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miércoles, 29 de agosto de 2018

Jorge Palacios triunfa en Nueva York







Desde el 3 de marzo, Sketch in the air, una escultura de gran formato en madera de teca del artista madrileño se expone en la emblemática Spring Street de Manhattan junto al edificio Trump SoHo New York. Coincidiendo con la presentación de esta pieza, tendrá lugar una importante exposición individual, Convergences, en la prestigiosa Fridman Gallery




No hay dudas de que Jorge Palacios (Madrid, 1979) es uno de los artistas emergentes con más proyección internacional. Sus esculturas están en los espacios públicos de grandes ciudades y su nombre ocupa las páginas de los medios especializados.


                           


                              Sketch in the air en Spring Street de Manhattan, Nueva York.


Sketch in the air es su nueva propuesta para Nueva York, una escultura de gran formato, realizada en madera de teca, y que plantea un diálogo entre arte y arquitectura, y que logra integrarse perfectamente en un entorno donde predominan las grandes torres de acero y cristal. La obra se exhibe en la Spring Street de Manhattan.


Coincidiendo con la presentación de la escultura pública, se inaugura en la neoyorquina Fidman Gallery Convergences, una importante exposición individual. Esta muestra, surgida de la colaboración con los arquitectos neoyorquinos Steven Harris + Rees Roberts, contará con algunos de los últimos e inéditos trabajos del escultor madrileño.




En palabras de la crítica de arte y arquitectura Anatxu Zabalbeascoa, los trabajos de Palacios “hablan al cerebro desde el tacto y desde la relación que establecen con el espacio y el tiempo. Pero sus esculturas también dialogan con el tacto a través del ojo. Se palpan con la vista (…). Más cercano a la línea de Barbara Hepworth, de Noguchi o de Henry Moore, que a la de cualquier otro maestro moderno, Palacios busca que la materia hable, la reta. Como Barbara Hepworth, Palacios puede perforar sus formas, pero al contrario de la escultora británica, rara vez las desdobla, las intersecta, o las despliega. Incluso cuando perfora y se acerca al interior, Palacios elige siempre la resta. La suya es una búsqueda de la esencialidad de un volumen”.


              



Las obras de Jorge Palacios indagan, desde la abstracción, “los límites del material, del trazo, de la expresión contenida; el equilibrio entre el material esculpido y el aire esculpido, jugando a su vez con la dicotomía entre solidez y ligereza. Sus volúmenes revelan una tensión permanente entre la línea y la curva, unas convergencias entre líneas y planos que dan título a esta exposición, y nos muestran el camino emprendido por este artista a caballo entre la abstracción geométrica y la abstracción orgánica”.

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http://www.descubrirelarte.es

Participará Tlaxcala en el Festival “Vive México-Tokio 2018”

Del 1 al 16 de septiembre, los artistas Abel Benítez y Fernando Larios representarán a la entidad en este evento internacional

El Instituto Tlaxcalteca de la Cultura (ITC) informó que, del 1 al 16 de septiembre, dos artistas tlaxcaltecas participarán en el Festival “Vive México-Tokio 2018”, con la finalidad de fortalecer el intercambio cultural entre ambas naciones.
Juan Antonio González Necoechea, Director General del ITC, dio a conocer que Abel Benítez y Fernando Larios, representarán al estado en este evento internacional con dos piezas de arte contemporáneo derivadas del proyecto “Inmensidad”.
González Necoechea abundó que posterior a la presentación de los artistas a finales del año pasado en París, fueron invitados a este festival cultural para mostrar sus obras en la embajada de México en Japón.
En su oportunidad, Abel Benítez explicó que el proyecto “Inmensidad” utiliza desechos de residuos tecnológicos de los años noventa para generar piezas de arte.
“Con este proyecto queremos despertar en los espectadores la sensibilidad sobre la importancia de la naturaleza, recalcando que la tecnología nos aleja de ella, pero al mismo tiempo nos puede acercar”, enfatizó.
El artista dijo que ser partícipe de esta experiencia es una gran aportación para el arte, ya que las personas asiáticas podrán conocer la cultura e historia de México mediante piezas de arte que se realizan en el país.
Cabe señalar que en el festival cultural “Vive México-Tokio 2018” se presentarán las exposiciones: “Apologías del color y la forma”, “Ecos místicos, miradas de 4 mexicanos a Japón”, “Instalación itinerante del colectivo track-thor”, “Literatura-Jaime Chabaud”, “Música de Xilitla por Eusebio Sánchez”, “Teatro de papel por Antonio Cerezo”, además del tradicional Grito de Independencia.
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Lo que tienen en común Grace Jones y Francesca Thyssen

Grace Jones y Francesca Thyssen
                  Grace Jones y Francesca Thyssen durante el rodaje del documental, en 2016.

El festival In-Edit estrena en Barcelona un documental de Sophie Fiennes, que ha seguido a la diva jamaicana durante diez años por todo el mundo. La coleccionista de arte es una de las productoras.


Grace Jones es muy nicho. La mayoría de la gente que ve la televisión preferiría ver una sala de maternidad que una película sobre ella”. Esa fue una de las respuestas que le dieron a la directora Sophie Fiennes cuando buscaba financiación para rodar una película sobre la intérprete de Slave to the Rhythm. Tras el rechazo de todas las entidades públicas, la británica buscó pequeños inversores privados que apostaran por su proyecto. Y así dio con Francesca Thyssen.
La hija del barón Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza que protagonizó las más agrias polémicas con Tita Cervera a cuenta de la herencia de su padre, es una coleccionista de arte que gestiona sus adquisiciones a través de la fundación TBA21. Pero también es, aunque de una forma más discreta, productora de cine.

El resultado de la alianza con Fiennes es Grace Jones: Bloodlight and Bami, que puede verse hoy en Barcelona en la programación de verano del festival de documentales musicales In-Edit.

ANTES, MARINA ABRAMOVICH

La cinta, fruto de los diez años que Fiennes ha estado siguiendo a Jones por todo el mundo, explora la vida de la performer desde diversos ángulos y aunque la crítica de otros países ha echado de menos un poco más de riesgo estético y crítico a la hora de radiografiarla, también ha destacado que ofrece un retrato de mujer artista que no cae en el patrón de la pobre chica de la que todos abusan. PorqueGrace Jones sabe lo que quiere. Y lo exige. Un tipo de señora y de creadora al que Francesca está muy acostumbrada.
Así lo reflejan su biografía y la lista de invitados que presentó en su último cumpleaños, en el que cantó la misma Jones y asistieron artistas como Marina Abramovich. También sobre la artista serbia produjo Francesca un documental en 2012 titulado, La artista está presente. La cinta obtuvo repercusión más allá del mundo del arte contemporáneo porque captaba parte de la performance que tuvo a Abramovich sentada tres meses en una silla recibiendo a los visitantes del Museo de Arte Moderno de Nueva Yorkincluido su ex, el artista Ulay, con quien protagonizó el momento más electrizante del documental y el más comentado.

PUNK, ‘NEW ROMANTIC’ Y ACTRIZ

Esta Thyssen no sólo entiende de cuadros. En su juventud, frecuentó a músicos de la escena punk durante el tiempo que vivió en Londres, donde llegó a compartir piso con Steve Strange, el polémico músico del new romantic, precedente del género que luego popularizaría Boy George con su Culture Club. Por eso, siendo una noble que heredó el título de su padre y la joie de vivre de su madre, la modelo fetiche de la revista Vogue en los años 50, Fiona Campbel-Walter, no debe extrañar que en la página que le dedica IMDB a Francesca aparezca como productora de seis cintas pero también como actriz.

Lo hace en un corto que también produce, Lightcatcher, western estrenado en 2017 ambientado en Islandia y en el que la noble hace un cameo como la Reina del Bacalao. Es su última aparición ante las cámaras, pero no la primera, ya que antes apareció interpretando a la Reina Enriqueta de Austria en una TV movie alemana que explica la relación entre el archiduque austríaco Rudolf, hijo de Sissi, y su amante, la baronesa Mary Vetsera.

INVERTIR EN CINE

Con Grace Jones, Francesca vuelve al papel de productora en una cinta en la que se puede presenciar la bronca que la jamaicana le echa a un productor de la televisión francesa: “¡Parezco la madame de un burdel!”, le grita en referencia al set que le ha preparado para cantar La vie en rose. Le abomina el decorado y el modo en que han vestido al grupo de bailarinas que la acompañan, todas blancas. “Era, evidentemente, la fantasía de un hombre”, ha explicado Fiennes sobre una escena que se rodó hace unos años pero que parece de hoy y del #Metoo.
La película, que Jones asegura nunca habría rodado con un hombre, la muestra por el Caribe, en casa, con amigos, en familia, por las principales ciudades del mundo y tras unas bambalinas en las que se puede ver qué han hecho de esta mujer una artista imponente e imperecedera: su temperamento artístico y su profesionalidad. Quizás por eso a Fiennes le chocó tanto que todos los que rechazaron invertir en el proyecto pusiera por delante términos como “extravagante” para referirse a ella. “Tiene más capas, es mucho más, es un icono”, dice la realizadora, que ha intentado reflejarlas todas en su cinta.
Quizás por la magnitud del personaje, a quien ha ido a ver a varios conciertos de la gira Hurricane, punto de partida del documental, Francesca Thyssen se lanzó a colaborar en un proyecto cinematográfico, esos en los que según dice el historiador del cine Romà Gubern con cierta guasa, no invierten los mecenas porque los cineastas y los intérpretes son menos formales y menos estables que quienes se dedican al arte pictórico. Pero Francesca conoce ese mundo y está acostumbrada, y también sabe que el mecenazgo, se invierta en cuadros o en cortos, desgrava.
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El arte que sobrevivió a la purga de Stalin en Rusia



"Fantasía" (1925). Kuzmá Petrov-Vodkin.
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Los 15 años posteriores a la revolución rusa de 1917 fueron de una gran riqueza creativa para el arte. Nombres como Chagall, Kandinski y Maverich se impregnaron de la gran esperanza y libertad traída por Lenin y encontraron nuevas formas creativas para expresarse. Esta ilimitada ebullición artística creó uno de los movimientos más importantes y perdurables para las artes de Europa: el avant-garde ruso. Sin embargo, al fallecer Lenin y con el ascenso de Stalin y su política del realismo socialista como herramienta política, muchos de estos florecientes nombres fueron silenciados.

 

El documental REVOLUCIÓN: Un nuevo arte para un nuevo mundo revela el destino de las obras que sobrevivieron a la purga y explora la fascinación que estas coloridas pinturas, esculturas ingeniosas y carteles de propaganda conservan sobre la conciencia moderna 100 años después. Centrándose en artistas como Wassily Kandinsky, Kazimir Malevich y Marc Chagall, la directora Margy Kinmonth explica la importancia y el legado de sus obras y entrevista a muchos de sus descendientes, muchos dedicados también al arte. Los dejamos con algunas de ellas.


              "Dos óvalos" Vasili Kandinski.
                                                                      "Dos óvalos" Vasili Kandinski.
El documental se exhibirá en salas colombianas el 1 y 2 de septiembre. Consiga sus boletas acá.

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Réplica de Muro de Berlín, arte que rodeará la capital alemana




                           Réplica de Muro de Berlín, arte que rodeará la capital alemana.- Publimetro

Berlín (EFE).- Una réplica del Muro de Berlín rodeará próximamente una porción del centro histórico de la capital alemana para albergar una instalación artística que sus promotores, que la presentaron hoy, tienen previsto abrir el 12 de octubre.
Al interior del muro, que se construirá en hormigón como el original, compuesto por 900 piezas y que rodeará una zona que se prevé abrir como experiencia artística y social durante cuatro semanas, se exhibirán 700 horas de material filmado por el cineasta ruso Ilya Khrzhanovsky.
Serán parte del “experimento social” que los promotores de la instalación, que tiene un coste estimado de 6,6 millones de euros (5,6 millones de dólares), pretenden ofrecer a los visitantes, quienes podrán acceder a la zona día y noche, en pleno centro de la ciudad junto a la Avenida Unter den Linden, con un “visado.”
Esa es la denominación de los billetes de entrada al recinto, explicó Thomas Oberender, director de los Berliner Festspiele (Festivales Berlineses), quien admitió, sin embargo, que todavía no cuentan con los permisos correspondientes para llevar a la práctica un proyecto que, no obstante, dio como seguro.
La base del proyecto, que se denomina “DAU Freiheit” (DAU Libertad) y que tendrá nuevas ediciones en París en noviembre (“Hermandad”) y en Londres (“Igualdad”) a principios de 2019, es el trabajo de Khrzhanovsky quien ideó un singular ejercicio histórico-artístico en el este de Ucrania.
Habrá intervenciones de la artista serbia Marina Abramovic, se podrá visitar un proyecto del realizador italiano Romeo Castellucci o asistir a un concierto del músico greco-ruso Teodor Currentzis; de la rumoreada participación de el misterioso artista británico Banksy los organizadores no dieron ninguna confirmación.
La gente que trabaje y resida en la zona, dentro de la cual está la Ópera Estatal, podrá acceder sin restricciones -y los organizadores se esforzaron en explicar a la prensa que han tenido mucho cuidado en explicarles que podrán seguir con su vida casi con normalidad- pero que percibirán algunos cambios.
Entre ellos, algunos elementos urbanos se modificarán en el interior del recinto amurallado (farolas o letreros, por ejemplo) pero no con la intención de ofrecer “referencias visuales a la Unión Soviética o a la República Democrática Alemana.”
Susanne Marian, representante de la productora Phenomen Films , indicó que al comienzo del proyecto hubo una participación financiera pública rusa pero que posteriormente la fundación detrás del proyecto prefirió prescindir de ese dinero (500.000 euros -429.000 dólares- que fueron devueltos).
Como conclusión de la instalación se ha pensado representar una “destrucción ritual” del muro replicado cuando se conmemore el aniversario (el número 29) de la caída del muro original, el 9 de noviembre de 1989.
Se permitirá que la gente “acabe” con la instalación y se pueda llevar, como ocurrió con el muro original, pequeños pedazos de hormigón de esta obra efímera. EFE
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El arte también conspira

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               Cartel del colectivo Silence= Death crítico con la política de Reagan sobre el sida

El Museo Metropolitano de Nueva York inaugura la primera exposición de artistas que han querido desentrañar complots políticos y sociales o los han tratado de forma surrealista en su obras


Poco después del atentado del 11 de septiembre, el Museo Whitney de Nueva York recibió una extraña visita. Agentes del FBI se acercaron a la institución para examinar las obras de Mark Lombardi, un «artista de la conspiración» que por entonces comenzaba a ganar bastante reconocimiento. Los agentes incluso exigieron a las autoridades del Whitney que retiraran los pictogramas de Lombardi -que mostraban una enorme red de intercambio ilegal de dinero a nivel mundial- de su sala de exposición, a lo que estos se negaron. Poco más de un año antes, el 22 de marzo de 2000, la Policía había encontrado muerto al artista en su estudio de Brooklyn. La escena parecía sacada de una película: Lombardi colgaba por el cuello de una cuerda amarrada a una de las vigas del techo, impecablemente vestido de azul marino, con un frasco de Tylenol en el bolsillo de su camisa y una botella de champán flotando a su lado y sostenida por otra cuerda que bajaba del techo. En el suelo, cientos de tabletas de paracetamol.
La muerte fue declarada un suicidio y el caso cerrado, pero las investigaciones de Lombardi –entre ellas, una que vinculaba a George W. Bush, por entonces candidato a la presidencia, a un banquero que habría financiado a Al Qaeda– despertaron la sospecha de los amantes de las teorías de la conspiración. En consecuencia, los precios de sus pictogramas ascendieron de manera astronómica y, para el horror del FBI, su popularidad siguió aumentando. Ahora, el Museo Metropolitano de Nueva York, en su sede de la avenida Madison, expone algunas de las obras de Lombardi, junto con las de otros treinta artistas, en una muestra titulada «Todo está conectado: arte y conspiración».
Doug Eklund, uno de los comisarios, explica que «esta es la primera exposición de la que tengo conocimiento que reúne a artistas interesados en la conspiración como sujeto artístico». Mientras en Washington se debate hasta el cansancio la legalidad de la campaña presidencial de Donald Trump y sus vínculos con Putin, además de las campañas de desinformación vinculadas a Facebook, el otro comisario, Ian Alteveer, reflexiona sobre la vigencia del tema: «Estos días se habla mucho de conspiración. Al organizar esta muestra nos dimos cuenta de que es algo que ha estado presente desde hace mucho tiempo. La exposición abarca alrededor de cincuenta años de trabajo artístico», desde 1969 hasta 2016, cuando comenzó la última campaña presidencial de EE UU.
Contra el «establishment»
La idea surgió en 2010 a partir de una entrevista entre los artistas estadounidenses John Miller y Mike Kelley. Los comisarios se reunieron con ellos para compilar una lista de creadores que han tratado la conspiración y la protesta contra el «establishment» en sus obras, muchos de los cuales forman parte de la exposición. Entre ellos, Trevor Paglen, que ha pasado años investigando la existencia de los llamados «Black Sites», lugares secretos en Afganistán y otras partes del mundo a donde el Gobierno de Estados Unidos llevaría a personas –que él llama prisioneros fantasma– para interrogarlas y torturarlas sin dejar rastro.
También se podrán ver obras de Jenny Holzer, que crea instalaciones y cuadros utilizando documentos desclasificados del Archivo Nacional de Seguridad estadounidense, y del también artista conceptual Hans Haacke, que en 1971 se dio a la inmensa tarea de hacer un mapa de las propiedades de Harry J. Shapolsky, un inversor inmobiliario que, utilizando compañías que no existían, compró más de 200 edificios en Harlem, el East Village y el Lower East Side de Manhattan. Vale la pena destacar que tanto Lombardi como Holzer y Haacke han expuesto en España; de hecho, en el Guggenheim de Bilbao puede visitarse una instalación permanente de Holzer creada específicamente para el museo.
«Otro de los momentos en los que indagamos es la crisis del sida. El Silence=Death Project creó un póster sobre cómo decenas de miles de americanos habían muerto de esa enfermedad para 1987 y, sin embargo, el presidente ni siquiera había pronunciado la palabra sida», explica Alteveer. Se refiere a un cartel en el que aparecía un triángulo rosa sobre un fondo negro y, en blanco, el eslógan Silence=Death (Silencio=Muerte). En algunas versiones también se podía leer la siguiente frase: “¿Por qué Reagan guarda silencio sobre el sida? Los gays y las lesbianas no son desechables... Utiliza tu poder... Vota... Defiéndete... Convierte tu rabia, miedo y dolor en acción”. El póster fue creado en el 87 por seis activistas que eligieron el triángulo porque era un símbolo gay tomado de los campos de concentración nazi, donde los homosexuales eran obligados a llevar uno, aunque invertido, en el uniforme.
También los Panteras Negras, tan investigados por el FBI desde finales de los sesenta hasta su disolución en 1982, están presentes en la exposición gracias a las ilustraciones de Emory Douglas. Sus dibujos aparecieron durante años en el periódico oficialista; en ellas los policías eran representados como cerdos en uniforme y frecuentemente venían acompañadas de frases como: «Me he quedado al margen por demasiado tiempo mientras los cerdos racistas violentaban y asesinaban a mi gente. La sangre del cerdo debe correr por las calles».
Aquel noviembre en Dallas
Por supuesto, los comisarios no podían dejar fuera uno de los eventos que más teorías de la conspiración ha despertado desde 1963, el asesinato de JFK. La misteriosa artista Lutz Bacher ha tratado el tema en sus «Entrevistas sobre Lee Harvey Oswald», en las que junto a recortes de fotografías de Oswald, superpuestas para dar la sensación de que se trata de más de un hombre, Bacher se entrevista a sí misma sobre el asesino de Kennedy, un personaje alrededor del cual han surgido cientos de versiones sobre lo ocurrido aquel 22 de noviembre en Dallas. La segunda parte de la exposición, que estará en el Met Breuer a partir del 17 de septiembre, investiga el lado más delirante de las conspiraciones. «Es donde nos adentramos en la madriguera del conejo y revisamos a un grupo de artistas –tenemos a Mike Kelly, Jim Shaw, Tony Oursler, Sue Williams, todos amigos del California Institute of the Arts– que ofrecen una respuesta más fantasmagórica a los modos en los que los hechos, a veces, no casan», afirma Alteveer. Jim Shaw, por ejemplo, trabaja actualmente en un proyecto titulado «Oism» con el que intenta crear una nueva religión, con sus tradiciones, historia y tótems, para lo que ha investigado los cultos mesiánicos presentes en la llamada «Bible Belt», la región del sur de Estados Unidos en la que el protestantismo y el cristianismo tienen un papel muy relevante –mucho más que en el resto del país– a nivel social y político. Tony Oursler, por su parte, indaga con sus instalaciones multimedia en temas de corte psicológico, como la influencia de la televisión en el modo de pensar de las personas, aunque también aborda el estado del medioambiente y la polución biológica.
La muestra también incluye obras de Peter Saul, que frecuentemente toma aspectos de la realidad política y social para sus coloridos y satíricos cuadros. Considerado uno de los padres del Pop Art, Saul (San Francisco, 1934) ha sido un gran crítico de la cultura y la sociedad americana, tratando en su obra desde el movimiento por los derechos civiles y la guerra de Vietnam (conflicto que retrata en “Saigon”, uno de sus cuadros más famosos) hasta la pena de muerte y la presidencia de Trump.
«Todos los artistas que forman parte de la exhibición son “outsiders”. Operan en los márgenes, y eso refleja el tema de la muestra, que tiene que ver con explorar las partes de nuestra cultura que están escondidas o soterradas. Me gustaría recuperar la idea de que el arte puede ser un modo de sacudir a la gente para que se olviden de sus ideas preconcebidas y, ojalá, cuestionen más las cosas», asegura Eklund.
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martes, 28 de agosto de 2018

Otto Dix


Retrato del artista




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Otto Dix (GeraAlemania2 de diciembre de 1891-Singen (Hohentwiel), id, 25 de julio de 1969) fue un pintor de la Nueva Objetividad y el Expresionismo alemanes.
El trabajo pictórico de Otto Dix abarca una gran diversidad de estilos, aunque el gran público conoce, principalmente, sus pinturas sobre la guerra. Dibujante excepcional, Otto Dix nos ha dejado 500 bocetos y diversos retratos, además de lienzos y acuarelas, que, sin duda alguna, evocan la época renacentista. Y es que Dix es, en efecto, uno de los grandes pintores alemanes del siglo XX. La mayor parte de su obra se halla expuesta en el Museo de Arte de Stuttgart.


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Otto Dix nace en Untermhaus, cerca de Gera, en Alemania. Su padre, Franz Dix, trabajaba de forjador de hierro en una herrería. Su madre, Louise, era una enamorada del arte y la música. En este ambiente creció Otto Dix, quien siempre se consideró hijo de obreros, pero desde luego no una persona inculta y sin recursos.
Durante su época escolar, su profesor de dibujo, Ernst Schunke, fue quien alentó al joven Dix, que, más tarde, en 1905 y hasta 1909 continuaría su formación junto al pintor decorativo Carl Senff. Sin embargo, Senff rehúsa apoyar a su aprendiz en sus primeros pasos artísticos, al tiempo que le augura un futuro no muy brillante en el mundo del arte. El principado de Reuβ (pequeño estado al este de Alemania, cuya capital era Gera) le concede una beca, gracias a la cual pudo realizar sus estudios superiores en la Escuela de Arte de Dresde (1909-1914), de la mano de profesores como Johann Nikolaus Türk y Richard Guhr. Allí, Otto Dix entra en contacto con la tradición de los pintores renacentistas alemanes. En 1914 realiza su propio autorretrato. En esta época, Dix experimenta con el Cubismo, el Futurismo y, más adelante, con el Dadaísmo.



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La Primera Guerra Mundial y la República de Weimar


Dix fue profundamente afectado por el horror de la guerra, posteriormente descrito como una pesadilla recurrente en la cual él se arrastraba a través de casas destruidas. Él representó sus traumáticas experiencias en muchas obras posteriores, incluyendo un portafolio de 50 grabados titulado Der Krieg (La Guerra), publicado en 1924.Cuando empezó la Primera Guerra Mundial, Otto Dix se alistó como voluntario en el Ejército alemán. Fue asignado a un regimiento de artillería de campaña en Dresde. En el otoño de 1915, fue asignado como suboficial de una unidad de ametralladoras en el Frente Occidental y tomó parte en la Batalla del Somme. En noviembre de 1917, su unidad fue transferida al Frente Oriental hasta el cese de hostilidades con Rusia y en febrero de 1918 estaba estacionado en Flandes. De vuelta al Frente Occidental, luchó en la Kaiserschlacht. Ganó la Cruz de Hierro de segunda clase y alcanzó el rango de Vizefeldwebel. En agosto del mismo año fue herido en el cuello, poco tiempo después tomó lecciones de vuelo. Se le dio de baja en diciembre de 1918.1
A su regreso a Dresde, funda en 1919, junto al también expresionista Conrad Felixmüller (1897-1977), el Dresdner Secession Gruppe 1919, un grupo radical de escritores y pintores expresionistas y dadaístas, con quienes realizará, en 1920, diversos collages de carácter crítico, en su mayoría, sobre la sociedad. El horror que durante la guerra se vio forzado a vivir en primera persona, le dejó, sin duda, una profunda huella que marcó, de manera evidente, toda su obra. Dos años más tarde, Dix se traslada a Dusseldorf. Allí, se une al grupo de artistas Das Junge Rheinland y tan sólo un año después, en 1923, contrae matrimonio con Martha Koch. Entre 1925 y 1927, Otto Dix reside y trabaja nuevamente en Berlín, ciudad en la que su pintura alcanza las cotas más altas de criticismo y análisis de toda su trayectoria artística, influido principalmente por la corriente de la Nueva Objetividad. En 1927, Otto Dix consigue la cátedra en la Academia de Arte de Dresde.



                   

Nacionalsocialismo

Tras la llegada al poder de los nacionalsocialistas en 1933, Otto Dix fue uno de los primeros catedráticos de arte en ser destituidos por el régimen. Justo ese mismo año, Dix inicia lo que puede considerarse como un "éxodo interior" por el suroeste de Alemania, que le llevará primero a Randegg (1933), y más tarde a Hemmenhofen, junto al Lago Constanza (1936), donde establece su residencia. Allí, Dix retrata el paisaje de Hegau. A partir de 1937, los nacionalsocialistas tildan a Otto Dix de "artista degenerado" (ver Entartete Kunst) y difaman su obra tachándola de "sabotaje al espíritu militar de las fuerzas armadas". Le fueron, además, confiscadas 260 obras que se hallaban expuestas por toda Alemania. Algunas de estas obras fueron vendidas, mientras que otras fueron, al final, quemadas en una hoguera. Pero ni aun con estas medidas logran restarle ni un ápice de notoriedad a la figura de Dix: mientras los nacionalsocialistas exhiben la difamatoria exposición Arte Degenerado por toda Alemania, dos de las obras de Dix son expuestas en su ciudad natal, Gera, con motivo de la celebración de su 700 aniversario. Sin embargo, estas obras fueron retiradas al cabo de dos semanas por orden expresa de altos mandos nacionalsocialistas.
En 1938, la Gestapo le detiene, acusándole de tomar parte en el atentado contra Hitler en Múnich y es, por ello, encarcelado durante dos semanas. Sin embargo, durante estos dificilísimos años, Dix recibe uno de los encargos más importantes para su carrera artística: el magistral retrato que Dix realiza, a petición de un importante fabricante de cerveza, de San Cristóbal mártir. En el año 1945, no obstante, es llevado de nuevo al frente y, finalmente, hecho prisionero por los franceses. Tras ser puesto en libertad en 1946, Otto Dix regresa, por fin, a su casa de Hemmenhofen.

Sus últimos años tras la guerra

Después de la guerra y hasta el día de su muerte, Otto Dix es incapaz de encontrar su lugar en ninguna de las dos corrientes artísticas —cada vez más alejadas entre sí— que predominan en los dos estados alemanes. No se identifica ni con el Realismo Socialista de la RDA, ni con el Arte Abstracto de posguerra de la República Federal Alemana. No obstante, en ambas Alemanias, sus obras alcanzan un gran reconocimiento y recibe múltiples homenajes.
Entre 1947 y 1966, Dix realiza anualmente visitas a Dresde por motivos de trabajo. En 1959 se le otorga la Cruz del Mérito Federal —premio compartido con el escritor y filósofo Ernst Jünger— y es, también, propuesto para recibir el Premio Nacional de la RDA, a petición de la asociación cultural de Gera en 1950.
En los años sesenta, Dix organiza numerosas exposiciones y consigue varios premios en ambas partes de Alemania. En 1966, coincidiendo con su cumpleaños 75, obtiene el premio Alfred-Lichtwark y el Martin-Andersen-Nexö y, además, es nombrado ciudadano honorario de Gera. En 1967 se le hace entrega del premio Hans-Thoma, y en 1968 recibe el premio Rembrandt de la fundación Goethe en Salzburgo.
Otto Dix fallece el 25 de julio de 1969 tras sufrir un segundo ataque de apoplejía en la ciudad de Singen, situada a las faldas de la montaña Hohentwiel. Su tumba se encuentra en Hemmenhofen.

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