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jueves, 2 de agosto de 2018

Los 20 mejores desnudos masculinos de la historia del arte

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A lo largo de la historia, y con diversos enfoques (de la exaltación a la cosificación), han sido muchos los artistas que se han inspirado en la belleza del cuerpo del hombre. Hemos pedido a cuatro especialistas los mejores ejemplos de desnudos artísticos masculinos: el historiador y novelista Bruno Ruiz-Nicoli, especializado en la antigüedad clásica; los artistas Carmen González Castro y David Trullo, que desde una mirada contemporánea suelen emplear el motivo del desnudo en su obra; y el periodista cultural Ianko López. Este es el resultado



1'Marte' (hacia 1638), de Diego de Velázquez. Museo del Prado (Madrid)

 ¿Pero qué hace este hombre desnudo? 

En un contexto tan puritano (de puertas para afuera) como la España del Barroco, la mitología ofrecía una interesante coartada para representar cuerpos desnudos. Así que Velázquez (Sevilla, 1599-Madrid, 1660), el pintor real, representó al dios romano de la guerra para Felipe IV y la obra se integró, junto a otras de Rubens con motivos similares, en la decoración de uno de sus pabellones de caza.

¿Por qué es tan bueno? Parece ser que Velázquez utilizó como modelo a un veterano de guerra, y el realismo con el que lo retrató es lo que más llama la atención del cuadro. No se trata solo de la increíble autenticidad de la carne, sino de algo que va mucho más allá de lo que podría tocarse u olerse: la melancolía del personaje rompe con la clásica rigidez y la idealización con que se representaba a los dioses clásicos, y siglos después nos hace pensar irremediablemente en el ocaso de un imperio basado en el poder –ya herido de muerte– de las armas.



2'Hombre en el baño' (1884), de Gustave Caillebotte. Museo de Bellas Artes de Boston

¿Pero qué hace este hombre desnudo? 

El especialista en historia del arte Bruno Ruiz-Nicoli destaca la excepcionalidad de esta obra de Gustave Caillebotte (Francia, 1848-1894), realizada en un momento en el que por lo general se representaba a mujeres en este tipo de actitudes: “Si la intimidad femenina ha sido representada en el arte como espacio erotizado desde el siglo XVIII, el aseo masculino se ha mantenido en un terreno marginal”.

¿Por qué es tan bueno? “Caillebotte burla el tabú con un gesto enérgico. La figura ha salido de la bañera dejando un rastro de humedad y seca con fuerza su espalda”, analiza Ruiz-Nicoli. El vigor realista y la sensualidad del momento nos interpelan.





3'Edipo y la Esfinge' (1802), de Jean-Auguste-Dominique Ingres. Museo del Louvre (París) 

¿Pero qué hace este hombre desnudo? 

“Edipo se enfrenta desnudo a la Esfinge porque es un héroe y un hombre. Los esqueletos que le rodean muestran las consecuencias que provocaría un error al responder al acertijo. ¿Qué ser camina sobre cuatro patas, sobre dos y sobre tres? Edipo responde inclinando su torso hacia el monstruo en una afirmación de su propia identidad. Lo tienes ante ti, parece decir”, explica Bruno Ruiz-Nicoli.

¿Por qué es tan bueno? Jean-Auguste-Dominique Ingres (Francia, 1780-1867) es uno de los pintores más excéntricos de la historia del arte. Clásico y anticlásico a la vez, modernísimo y arcaico, ha desconcertado a muchos historiadores. Sea como fuere, aquí nos fascina por la cualidad alabastrina de la piel del protagonista, que parece invitarnos a tocarla.


4'The most beautiful part of a man’s body' (La parte más hermosa del cuerpo de un hombre) (1986), de Duane Michals 

¿Pero qué hace este hombre desnudo? 

Ah, esa parte del cuerpo masculino. “La parte más hermosa del cuerpo de un hombre creo que está allí donde el torso se asienta”, ha dicho el autor de esta obra, el fotógrafo Duane Michals (Pensilvania, Estados Unidos, 1932). Y no es el único en pensarlo.

¿Por qué es tan bueno? El especialista en historia del arte Bruno Ruiz-Nicoli nos recuerda que Duane Michals hace explícita su opinión a través del texto y manifiesta así lo que, a lo largo de la historia, permanecía codificado en la propia obra: “Las líneas gemelas, de una gracia femenina, envuelven el tronco, guiando los ojos hacia abajo, hacia su intersección, el punto de placer.”



5'San Juan Bautista' (Doria-Pamphilj) (1602), de Caravaggio. Galleria Doria-Pamphilij. Roma.

 ¿Pero qué hace este hombre desnudo? 

Caravaggio (Italia, 1571-1610) revolucionó la pintura religiosa tomando como modelos a personas que encontraba en las calles, con lo que logró un extra de realismo que supuso un avance respecto a los modos manieristas inmediatamente anteriores. Y eso se transmite a los desnudos, incluidos los de personajes de los Evangelios.

¿Por qué es tan bueno? “La carga homoerótica que transmite el joven que representa a San Juan Bautista radica en su realismo. El abrazo al carnero y el apoyo sobre la piel de cabra enfatizan la sensualidad de la composición en espiral”, analiza Bruno Ruiz-Nicoli.



6'Hércules Farnesio' (siglo IV a.C.), de Lisipo. Museo Arqueológico de Nápoles

 ¿Pero qué hace este hombre desnudo? 

En la antigua Grecia, el gimnasio (o “palestra”) formaba parte del día a día de todo hombre con categoría de ciudadano. Y el semidiós Hércules o Heracles, hijo de Zeus, era epítome del superhombre, lleno de arrojo y vigor. “La desnudez era propia de los dioses, los héroes y los atletas”, explica sobre esta obra de Lisipo (hacia 370 antes de Cristo-hacia 318 antes de Cristo) el especialista en historia del arte Bruno Ruiz-Nicoli.

¿Por qué es tan bueno? Para Ruiz-Nicoli, todo radica en la originalidad del momento elegido por el artista: “Lisipo, a quien se atribuye el original de esta obra, reflejó el cansancio de Hércules tras finalizar sus doce trabajos. El reposo de su masiva musculatura oculta la clave de la obra: las manzanas de las Hespérides de su mano derecha”.





7'Cristo muerto sostenido por un ángel' (1475-1476), de Antonello da Messina. Museo del Prado. 

¿Pero qué hace este hombre desnudo?

 Cristo siempre ha sido representado ligero de ropa durante su Pasión, y el 'quattrocento' italiano no supuso una excepción a esto, como demuestra esta obra de Antonello da Messina (Italia, 1430-1479). Sobre todo cuando se trata de mostrar en toda su crudeza las terribles heridas abiertas en la carne del mesías cristiano.

¿Por qué es tan bueno? “El cuerpo del Cristo muerto sostenido por un ángel es de una belleza difícil de describir. El hijo de Dios todopoderoso, al que seguían miles sobre la tierra, ahora ha perdido su alma y solo queda su carcasa, su cuerpo, lánguido, inflamado, su cuello nacarado y el pecho marmóreo. Sin atributos, bastaría tapar su herida en el costado y omitir la presencia de la calavera que asoma tras él para encontrar una imagen ambivalente en una escena de sensualidad inusitada”, explica la artista Carmen González Castro.



8'David' (1501-1504), de Miguel Ángel. Galleria dell'Accademia, Florencia 

¿Pero qué hace este hombre desnudo? 

Miguel Ángel (Italia, 1475-1564) aplicó al héroe bíblico el mismo patrón formal que los antiguos griegos y romanos utilizaron para sus mitos y guerreros. Pese a su juventud (contaba solo 26 años cuando comenzó a esculpirlo), pretendía ser reconocido por este trabajo como el mejor artista de su tiempo, y desde luego la prueba infalible del paso del tiempo ha decidido a su favor.

¿Por qué es tan bueno? Al natural impresiona hasta lo indecible, pese a las multitudes que siempre la rodean. La terribilità, esa cualidad única de las esculturas de Miguel Ángel que convierte a sus figuras en titanes de fuerza sobrehumana, se materializa en esa mano surcada de venas que David apoya en su cadera. Hoy en día, ¿quién no ha utilizado la comparación con el David de Miguel Ángel para señalar la máxima expresión de la belleza del cuerpo masculino?



9'Joven desnudo junto al mar' (1835-1836), de Hippolyte Flandrin. Museo del Louvre (París)

 ¿Pero qué hace este hombre desnudo?

 Discípulo de Ingres, el pintor neoclásico Hippolyte Flandrin (Francia, 1809- Italia, 1864) fue becado para estudiar durante cinco años en la Academia Francesa de Roma, lo que le obligaba a enviar de vez en cuando algún trabajo que demostrara que sus habilidades progresaban adecuadamente. Aquí utiliza el cuerpo masculino como excusa para un alarde de dibujo que en lo formal es pura academia. Pero hay mucho más en él.

¿Por qué es tan bueno? Lo explica la especialista Carmen González Castro: “Es especialmente bello por lo enigmático de la situación que describe. No queda claro si algo ha sucedido o está a punto de suceder, pero en cualquier caso el desenlace queda fuera de campo. Su postura de introspección y la vista de su perfil en ese fuerte claroscuro que vela el pecho y el rostro lo convierten en un icono atemporal”.




10'Torso Belvedere' (siglo I a.C.), Anónimo. Museos Vaticanos

 ¿Pero qué hace este hombre desnudo?

 Se cree que la pieza que hoy se conserva es una copia romana de un original anterior. Dada su naturaleza fragmentaria, no está claro a quién representa, aunque se ha hablado de que podría tratarse de Hércules o Ajax, dos clásicos héroes griegos: de ahí su impresionante musculatura.

¿Por qué es tan bueno? Es el desnudo clásico masculino por antonomasia, por no tener rostro ni apenas extremidades. Su influencia en el arte del Renacimiento y el Barroco fue enorme: solo hay que mirar la obra de Miguel Ángel para comprenderlo.



11'Thomas E. McKeller' (1917-1920), de John Singer Sargent. Museo de Bellas Artes de Boston 

¿Pero qué hace este hombre desnudo? 

Thomas E. McKeller era botones del Hotel Copley Plaza de Boston cuando conoció a John Singer Sargent (Italia, 1856-1925) en uno de sus ascensores en 1916. Y posó para él en varios estudios. Curiosamente, este retrato permaneció oculto hasta la muerte del artista.

¿Por qué es tan bueno? “Combina su particular estilo 'grandeur' de retrato con un engañoso aspecto 'academia', y tanto el modelo como la pose resultan inquietantes: la frontalidad que expone el sexo de un afroamericano en 1920 es toda una declaración”, explica el artista David Trullo.



12'Milón de Crotona' (1671-1682), de Pierre Puget. Museo del Louvre (París) 

¿Pero qué hace este hombre desnudo? 

Milón de Crotona era un mítico atleta del siglo VI a.C., originario de Magna Grecia (el actual sur de Italia). Mucho después, en el Barroco francés, el artista Pierre Puget (Francia, 1620-1694) lo tomó como tema de una de sus esculturas en mármol, aportando a su figura un elemento conceptual muy de la época: el paso del tiempo y lo efímero de las glorias terrenales.

¿Por qué es tan bueno? “El cuerpo hercúleo de Milón de Crotona contiene una carga poderosísima de erotismo”, indica la artista Carmen González Castro. Y añade: “Su brazo se ha quedado atrapado en el tronco de un árbol y eso lo mantiene indefenso ante el ataque del león. Como Prometeo, o un Ecce Homo atado a la columna, experimenta el dolor. Y en ese llegar al extremo del sufrimiento físico hay algo que remite primitivamente al placer, cerrando el clásico binomio dolor-placer como formas indistinguibles”.




13'Martirio de San Felipe' (1639), de José de Ribera. Museo del Prado.

 ¿Pero qué hace este hombre desnudo? 

De nuevo, el martirio masculino cristiano siempre lleva aparejada la desnudez, total o parcial. Y el maestro barroco José de Ribera (España, 1591- Italia, 1652) fue uno de quienes mejor representaron la piel humana, con su belleza y también sus imperfecciones.

¿Por qué es tan bueno? “Es el Torso Belvedere, pero también tu vecino. Sufre pero baila. Y provoca tanto devoción como compasión y deseo. En directo este cuadro da escalofríos”, explica el artista David Trullo.



14'El efebo de Kritios' (480 a.C.). Anónimo. Museo de la Acrópolis (Atenas)

 ¿Pero qué hace este hombre desnudo? 

Se trata de la primera estatua griega en emplear el 'contrapposto', ese efecto por el que el peso se carga en una sola pierna, aportando vida y movimiento a la figura. El típico motivo del efebo desnudo realizaba así un avance técnico fundamental. Luego vendrían los otros a cargo de Policleto, Lisipo o Praxíteles.

¿Por qué es tan bueno? El especialista en arte David Trullo tiene sus preferencias en lo que a estatuaria griega se refiere, pero destaca lo revolucionario de esta obra: “Me siguen gustando más los arcaicos, aunque este es fascinante: emerge de la piedra, y empieza a moverse. Ese incipiente 'contrapposto' que hará que ya nada sea lo mismo…”.



15'Abel' (1842), de Giovanni Dupré. Museo del Hermitage (San Petersburgo)

 ¿Pero qué hace este hombre desnudo?

 Este Abel moribundo –después de haber sido atacado por Caín, se entiende- pertenece a la primera generación de quienes no han conocido un paraíso terrenal del que fueron expulsados sus padres, Adán y Eva. Y, por tanto, va desnudo por la vida, apenas cubierto púdicamente su sexo por la piel de un animal. Todo con la suavidad típica del romanticismo academicista de su auto, Giovanni Dupré (Italia, 1817-1882).

¿Por qué es tan bueno? “Es una pura contradicción del material. Una transubstanciación de la carne al mármol y del mármol —casi— al marfil, que se diría cálido. El escultor se ha recreado en el vello de su axila y su sexo. Como Salomé a la vista de la cabeza sin cuerpo del Bautista, invita a hacernos decir: 'Besaré tu boca, Jokanaán”, explica Carmen González Castro.



16'Ted Starkowski' (1955), de George Platt Lynes 

¿Pero qué hace este hombre desnudo?

 George Platt Lynes (EE UU, 1907-1955) fue un magnífico fotógrafo de moda y publicidad que en sus series, digamos más artísticas, se centró sobre todo en los desnudos masculinos. Su enfoque homoerótico interesó sobremanera al célebre sexólogo Alfred Kinsey, que adquirió gran parte de su obra tras el fallecimiento del artista.

¿Por qué es tan bueno? David Trullo destaca cómo Platt Lynes se adelantó a fenómenos muy actuales: “Una imagen icónica que hoy pasaría desapercibida porque, consciente (Robert Mapplethorpe) o inconscientemente, ha sido revisitada desde entonces innumerables veces por fotógrafos y ahora por 'instagramers'. Esa mezcla de clasicismo y carga sexual es todavía seña de identidad de la fotografía homoerótica”.



17'Leigh Bowery' (1991), de Lucian Freud. Tate Gallery (Londres) 

¿Pero qué hace este hombre desnudo?

 “Leigh Bowery, 'performer' de la escena londinense, se muestra en esta obra desprovisto de los modelos extravagantes y fetichistas que vestía en sus actuaciones”, indica el especialista en arte Bruno Ruiz-Nicoli. Lucian Freud (Alemania, 1922- Reino Unido, 2011) quería destacar ese despojamiento llegando a la desnudez misma. “Me parecía maravillosamente bello”, afirmó Freud.

¿Por qué es tan bueno? Hay algo turbador en el modo en que se muestra un desnudo que va contra todas las convenciones de lo normativo. “Su desnudez es radical porque descubre la piel bajo el personaje, y es transgresora porque se aleja del canon clásico”, comenta Ruiz-Nicoli.



18'Fauno Barberini' (s.III ac.C.). Anónimo. Gliptoteca de Múnich. 

¿Pero qué hace este hombre desnudo?

 El descubrimiento de esta estatua en el siglo XVII, durante el pontificado de Urbano VIII en Roma, causó sensación. La pose impúdica se debe a la naturaleza de los faunos o sátiros, criaturas mitológicas amantes del vino, la holganza y los placeres.

¿Por qué es tan bueno? “Es para mí la quintaesencia de la sensualidad masculina, mostrando su sexo abiertamente y sin pudor. El fauno está dormido y su actitud sugiere que el suyo es el sueño que sucede al éxtasis. Pero el éxtasis es difícil de distinguir en las representaciones de modelos masculinos. Se oculta, muchas veces, bajo las formas del dolor —de Prometeo a San Sebastián—, del martirio sacro o profano, y paradójicamente resulta más evidente en obras de corte religioso”, explica la especialista Carmen González Castro.



19'Caín' (1902), de Wilhelm Von Gloeden 

¿Pero qué hace este hombre desnudo? 

El fotógrafo alemán Wilhelm Von Gloeden (1856-1931) retrató obsesivamente a los jóvenes sicilianos, utilizando las poses clásicas como coartada para la desnudez.

¿Por qué es tan bueno? “Aquí versiona el ‘Joven desnudo frente al mar’, de Flandrin, carnalizándolo, y lo llama ‘Caín’. Muy osado. Von Gloeden baja a tierra a los clásicos y los despoja de su inmaculada perfección. Apolo es Dioniso, y Dioniso un chico de la calle”, analiza David Trullo.



20'Derrick Cross' (1982), de Robert Mapplethorpe

 ¿Pero qué hace este hombre desnudo?

 De entre las muchas fotografías de hombres desnudos de Mapplethorpe (EE UU, 1946-1989), impresionan especialmente las de individuos de color. La 'fetichización' de sus cuerpos resulta evidente, y por esto ha sido muy criticado al entenderse que el fotógrafo neoyorquino perpetuaba el mito del objeto sexual exótico.

¿Por qué es tan bueno? Suspicacias políticas aparte, la fotografía es un prodigio de composición, despojamiento escénico y sensualidad fría que habita en algún lugar entre Miguel Ángel y Leni Riefenstahl.

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