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lunes, 9 de junio de 2014

La subasta de arte latinoamericano, un clásico cada vez con menos ventas

En la última edición se remataron un 10% menos de las obras ofrecidas por Christie’s y Sotheby’s. La estrella fue Botero, con el 12% de los u$s 36 millones recaudados
 Los cuadros de Benito Quinquela Martín de la década del 50 se pagaron entre u$s 40.000 y u$s 30.000
Los cuadros de Benito Quinquela Martín de la década del 50 se pagaron entre u$s 40.000 y u$s 30.000

Siempre para mayo y noviembre se venden obras de artistas nacidos al sur del Río Grande. Son los llamados remates de Latin American Art que se realizan desde hace 30 años. Hoy, no vemos un aumento de precios y ventas como se esperaría. Por eso, creemos que los departamentos de marketing de Chiristie’s y Sotheby’s replantearán sus estrategias.
En la última edición, la gran estrella fue el colombiano Fernando Botero. Representó el 12% de los u$s 36 millones vendidos. Es más, una de sus obras alcanzó los u$s 1,45 millones. 
Luego, hubo buena demanda para las obras del mexicano Rufino Tamayo. Una de las que vendió el Los Angeles County Museum, duplicó el estimado y llegó a u$s 845.000. Pero el mas demandado fue el uruguayo Joaquín Torres García, de quien se vendieron seis obras en u$s 2,7 millones. Dos fueron récords en u$s 1,57 millones, y u$s 1,02 millones. En tanto, los artistas OP-Art o Cinéticos fueron también muy demandados. Del venezolano Cruz Diez se vendieron siete obras en u$s 1,6 millones, y de Jesús Soto, cuatro a u$s 1,44 millones. 
Pero la gran venta de las subastas fue la pequeña escultura en aluminio de 60 cm de diámetro de la brasileña Lygia Clark (1920-1988). Fue muy pujada y logró u$s 1,17 millones. Son esculturas neoconcretas que se mueven modificando su forma, como la ‘Rayi’, creada en 1944 por Gyula Kosice. Esta obra es de 1960 y ha sido muy importante para su revalorización y venta, la muestra que se puede ver de 300 de sus obras en el MOMA de Nueva York, que dura hasta fines de agosto. También en el Malba de Buenos Aires se puede ver una de sus obras.
Otro artista que duplicó ventas es Emiliano de Cavalcanti, un clásico del arte de Brasil. Vendió una en u$s 437.000. En tanto, un Cándido Portinari triplicó su valor inicial y llegó a u$s 365.000. Regular precio alcanzó una pequeña obra cubista (30x40cm) de Diego de Rivera realizada en París en 1916. Alcanzó los u$s 941.000. Hace 14 años se había vendido en u$s 420.000.
Bajos fueron los precios para la obra del chileno Roberto Matta, a un promedio de u$s 90.000. Muy buenas fueron las ventas de los mármoles de Atchugarry, el gran escultor uruguayo, que estuvieron entre los u$s 52.000 y u$s 106.000.
Del ‘Arte de los Argentinos’ se vendieron 33 obras en u$s 1, 6 millones (un 4,5% de las subastas). El mayor precio, u$s 377.000, fue por una típica obra de Jorge de La Vega. Hace siete años no tuvo comprador en venta realizada en Dallas. Le siguió un mapa de las calles de Los Angeles, de Guillermo Kuitca, que trepó a u$s 233.000; una estupenda escultura de Alicia Penalba de casi tres metros, que llegó a u$s 125.000. En tanto, un importante Macció de 1957 con una base de u$s 20.000, alcanzó los u$s 69.000. Lo mismo que una obra temprana de Juan Melé (el bonito Aizemberg) que llegó a u$s 75.000. Tres Le Parc se vendieron entre u$s 30.000 y u$s 47.000; varios Seguí, entre u$s 30.000 y u$s 44.000. Los Quinquela Martín de la década del 50 se pagaron entre u$s 40.000 y u$s 30.000. Un bello Polesello se vendió en u$s 21.000. Pero la gran compra fue un Ernesto Deira en sólo u$s 11.000.
Fuente
http://www.cronista.com

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