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sábado, 14 de junio de 2014

Una "microrrevolución" de arte latino contemporáneo subleva al Guggenheim




Las tropas del arte latinoamericano contemporáneo entran en el Guggenheim de Nueva York con la exposición "Bajo un mismo sol", en la que 50 obras seleccionadas por el comisario Pablo León de la Barra muestran la diversidad y el hilo argumental de lo que él considera una "microrrevolución" artística.
"Es fundamental que se reconozca este cambio de mapas artísticos, políticos y económicos del mundo. Ya no podemos seguir pensando en Nueva York como centro del mundo, se tiene que abrir un diálogo con Latinoamérica, y este diálogo tiene que ser entre iguales, un diálogo horizontal", explica a Efe el comisario mexicano, quien durante dos años forma parte del Guggenheim de Nueva York.

                                         
Las obras que ha seleccionado, de 37 artistas diferentes, no solo conforman esta exposición que ocupará el edificio diseñado por Frank Lloyd Wright en Nueva York, sino que pasarán a la colección permanente. "Que tantas obras entren de un solo golpe al museo es una cosa histórica y que ha de celebrarse", dice satisfecho.
El himno de Estados Unidos recreado con botellas y latas de cerveza latinoamericanas propuesto por Donna Conlon y Jonathan Harker; la carretilla con una planta con la que Wilfredo Prieto recorrió 5 kilómetros o el "minuto de libertad de expresión" que la cubana Tania Bruguera dio a sus compatriotas a través de un vídeo, forman lo que el comisario denomina "microrrevoluciones".
"En Latinoamérica, los artistas se han autoorganizado para crear espacios de exhibición de arte, escuelas independientes para producir y pensar el arte (...) Ese es el cambio fundamental en la escena artista latinoamericana y le da una vitalidad enorme. Los artistas están tomando las riendas, haciendo lo que muchas veces las instituciones de sus lugares no están haciendo", asegura.
Así, esta exposición juega a mostrar la diversidad, pero también es el hilo conductor de artistas que comparten "pasados coloniales, pasados recientes, modernidades compartidas, historias de crisis económicas, gobiernos represivos, dictaduras... Crean respuestas y sensibilidades similares entre los artistas que investigan y responden a su entorno", asegura.
Las respuestas abarcan muchos formatos: pintura, escultura, videoarte, instalaciones, y las secciones temáticas se dividen en la abstracción de artistas como Gabriel Sierra o Alexander Apóstol, el arte conceptual, con Iván navarro o Alejandro Cesarco; el activismo político de Carlos Motta o Minerva Cuevas; o el toque tropical de Gabriel Orozco y Juan Downey.
Esta exposición forma parte de un ciclo del Guggenheim titulado UBS Map Global Art, que también viajará de la misma al sur y al sudeste de Asia, a Oriente Medio y a África, pero algunos artistas manifestaron hoy su voluntad de que el arte latinoamericano consiga una integración real más allá de la mirada exótica.
"Espero que en algún momento lleguemos al punto en el que no tenga que ser un gesto de 'ahora miramos a Latinoamérica', sin que esté realmente integrado. Si bien hay un espíritu común y muchos artistas nos sentimos afines, cada obra es única y puede estar en diálogo con cualquier obra del mundo y no esté en un nicho especial latinoamericano", aseguró a Efe la argentina Amalia Pica.
Su colorida instalación tiene como motivo la intersección y el diagrama de Venn, corriente pedagógica que en la Argentina de la Dictadura fue excluida de los temarios escolares, y reflexiona sobre cómo "la escuela es la primera homogenizadora de imágenes" y qué motivos llevaron a considerar la matemática moderna como un factor de riesgo de rebelión.
Para el mexicano, Carlos Amorales, con su móvil de influencia de Alexander Calder pero utilizando platos de batería y mezclando la escultura con el instrumento musical, sí que existe una generación de artistas surgida en los últimos diez o quince años que se han ido reencontrando en diferentes eventos culturales.
"Todos venimos de sociedades, lo voy a decir, un poco disfuncionales, y eso te genera un pensamiento crítico. Empiezas a problematizar, a intentar entender por qué no funciona", asegura a Efe Amorales.
La exposición "Bajo el mismo sol" también incluye "performances" como "On the Future of Art", de Pablo Helguera, o "The Francis Effect", de Tania Bruguera, la serie de charlas "Siesta Talks" o la proyección de películas con la asociación del festival Cinema Tropical y, tras su paso por Nueva York, se exhibirá en el MASP de Sao Paulo y el Jumex de Ciudad de México.
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