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lunes, 17 de noviembre de 2014
Noche de luna, calor y museos abiertos para gozar del arte
Entre las 20 y las 3, el público disfrutó de 208 espacios en toda la ciudad, que combinaron exposiciones, charlas y espectáculos al aire libre
Como en las ediciones anteriores, mucho público hizo cola durante un largo rato para ingresar en el Malba. Foto: Santiago FilipuzziQue el nombre de la propuesta no se tome de modo literal. La Noche de los Museos, el acontecimiento que ayer celebró una década de vida, no es una velada en la que estos espacios culturales abren sus puertas sin motivo alguno hasta las 3 de la mañana. Cada una de las instituciones, un total de 208, invita con diversas, gratuitas y creativas ofertas a un gran público, en particular a aquel que no acude de modo frecuente a estos sitios.
Según la estimación de las autoridades porteñas y de la Dirección General de Museos, la concurrencia superó anoche las cifras de la edición anterior. El clima cálido fue un gran aliado de esta convocatoria, que invitó a muchos a sumarse de esta iniciativa.
En el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba), minutos antes de las 20, el horario de inicio de la actividad, tres cuadras de cola aguardaban de modo paciente su ingreso en la muestra recientemente inaugurada "Juanito y Ramona". Autoridades de este museo calculaban al cierre de esta edición que más de 10.000 personas asistirían a la exhibición que reúne 150 piezas, muchas de ellas desconocidas en la Argentina, del genial Antonio Berni.
Rosa Boccaccio, enfermera, había armado su periplo nocturno con una amiga y luego de su paso por la exhibición del artista plástico rosarino se sumaría a la "caminata shakespeariana" que, a las 23, partía desde las avenidas Callao y Del Libertador. "Viví en otras partes del mundo, soy italiana, pero elijo Buenos Aires. Ninguna otra ciudad del mundo tiene esta oferta cultural tan rica", decía Boccaccio, quien afirmó ser descendiente del mismísimo poeta.
Otro de los grandes atractivos fue el Museo Nacional de Bellas Artes, que acaba de inaugurar la muestra La seducción fatal, imaginarios eróticos del siglo XIX, que reúne obras de esta temática de pintores americanos y europeos.
"De aquí nos iremos caminando al Palais de Glace y luego al Museo Fernández Blanco. Hemos ido varias veces a estos lugares, en otros horarios, pero hoy se vive un clima diferente. Parece que toda la gente hubiera salido a la calle, parece una fiesta, además la temperatura de esta noche es ideal", planteaba el matrimonio Petite, uno de los primeros en ingresar en la exposición. En el Bellas Artes también se exhibía una muestra sobre El Greco, un imán que atrajo a varios estudiosos de su obra.
A metros de este museo, en las escalinatas de la Facultad de Derecho de la UBA, se alistaban los preparativos para la performance Vértigo, un espectáculo de Emilio García Wehbi y Maricel Álvarez, dos argentinos que triunfan en el país y en el exterior.
La Noche de los Museos es también una puesta en valor del interior y de la arquitectura de los edificios porteños. Uno de los centros fue el Planetario Galileo Galilei, donde con esta imponente construcción como telón de fondo se desarrolló la Zurich Gala del Bosque.
Las autoridades porteñas calculaban que unas 8000 personas asistieron a este encuentro. El maestro Ángel Mahler, con una orquesta de 40 músicos y un gran coro reunieron a una multitud.
Allí se conglomeraron a los fanáticos del teatro musical, los expertos en música clásica, así como a quienes habían pasado una jornada de descanso en Palermo y se quedaron para disfrutar del concierto.
"Destaco la organización. No es menor, pero pudimos estar sentados y la acústica fue muy buena", contó anoche a la nacion Mario Salvat, quien debió regresar al auto para guardar su reposera, ya que no la precisaría para poder disfrutar del espectáculo.
El museo del siglo XXI dista mucho del concepto tradicional y generalizado que se suele tener de estos espacios. De lo estático, a lo dinámico, y de una actividad de contemplación a la búsqueda de experiencias, hoy el interés está depositado en el visitante, y no en el objeto que se expone. En su origen eran los templos intelectuales de la antigua Grecia donde se rendía culto a las musas de la inspiración. Hoy buscan seducir a nuevos públicos, a convertirse en lugares no reservados para minorías y en este marco se inserta la iniciativa de la Noche de los Museos, una celebración que ya es un clásico de la primavera porteña y que seguramente superará los 800.000 participantes del año pasado..
Fuente
http://www.lanacion.com.ar/
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