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viernes, 12 de diciembre de 2014

La tensión entre grupo e individuo en la obra de Juan Muñoz llega a Nueva York


12/10/2014 7:06 PM
Nueva York, 10 dic (EFE).- El silencio, el confort del grupo o la búsqueda de la soledad son algunos de los enigmas que despierta una exposición sobre la obra del escultor español Juan Muñoz, que se abre hoy al público en la galería Marian Goodman de Nueva York.
Desde hoy y hasta el próximo 31 de enero, los neoyorquinos podrán experimentar la preocupación del prematuramente desaparecido creador por la tensión entre la comodidad de formar parte de una comunidad y el deseo por las atracciones de la individualidad.
“El grupo puede ser muy confortable, es acogedor, pero al mismo tiempo mucha gente necesita separarse de él y tomar el riesgo de estar solo a veces. Este es el principal tema que cuenta la exposición”, explicó a Efe el comisario Russell Ferguson.
La muestra incluye una de las obras más emblemáticas del autor, “Muchas veces” (1999), compuesta por cien esculturas de poliester y resina dispuestas en grupos, además de otra muy destacada como “Trece riéndose los unos de los otros” (2001), que invita al espectador a subir las escaleras y unirse a figuras de bronce.
Las escenografías dramáticas de estos temas están realizadas a partir de figuras humanas a escala casi natural y evidencian que el hecho de formar parte de un grupo no siempre implica escapar del aislamiento.
Si bien en muchos casos las figuras se divierten, “al mismo tiempo hay un tema debajo de esa risa, como la pérdida o la soledad. Hay muchos sentimientos en la exposición, Muñoz amaba la vida y lo podemos comprobar”, explicó Ferguson.
La potencialidad del individuo se refleja en otra de las inquietantes piezas que destacan en esta muestra. Se trata de “Figura colgando de un pie” (2001), una sola escultura cuya teatralidad sitúa al espectador en una posición ambigua, porque al mirar la figura también se sabe observado.
“Muñoz es español pero también universal -continuó el comisario-. Por la reacción de la gente, puedo ver que su trabajo habla a todo el mundo. Todos sacamos nuestra propia conclusión o placer de él, y esto es una de las cosas que lo hacen un gran artista, su habilidad de hablar a diferentes culturas sin perder la propia”.
La principal contribución del artista madrileño fue retornar la importancia de la figura a la escultura, además de reintroducir la implicación de una historia o narrativa en el arte contemporáneo.
Por este motivo, Ferguson, que forma parte del Departamento de Arte de la Universidad de California (UCLA), definió a Muñoz como “uno de los mejores artistas de su generación y de la segunda mitad del siglo XX”, y subrayó la capacidad del escultor de desdibujar los límites del tiempo en sus trabajos.
“Es muy interesante mirar esta obra ahora porque, de algún modo, es atemporal. Cuando repaso otros artistas de su época, al ver su trabajo puedes identificar el tiempo en que lo creó, puedes ver signos de los años 80. Pero es muy difícil adjudicarle un tiempo a Muñoz. Sus trabajos son a la vez oportunos y fuera de tiempo”, dijo.
El artista, que murió en 2001 a la edad de 48 años, es reconocido internacionalmente por ser uno de los creadores más relevantes de su tiempo al renovar el lenguaje escultórico y abrir nuevas puertas al arte contemporáneo en España.
Previamente a esta exposición se realizaron importantes retrospectivas de la obra de Muñoz en el Museo Reina Sofía de Madrid (2009), el Tate Modern de Londres (2008), el Guggenheim de Bilbao (2008), el Hirshhorn Museum and Sculpture Garden de Washington (2003) o el Museum of Contemporary Art de Los Angeles (2003).
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