Por Alonso Barán
Tuve la posibilidad de entrevistar a un fotógrafo de gran talento y, como si de captar el instante se tratase, no perdí la ocasión. Alex Contell muestra su arte con una cámara y nos muestra su particular visión sobre las emociones humanas. No pierdan de vista sus fotos ni olviden este nombre Alex Contell. Aunque una imagen vale más que mil palabras, este genial artista vale por mil imágenes.
Hola, Alex.
Hola Alonso.
Vayamos al grano. ¿Por qué te dedicas a la fotografía?
Siempre he sido un gran devorador de historias, sobre todo en formato cinematográfico. La necesidad de contarlas fue viniendo gradualmente. Tras varios intentos de guiones y esquemas de novelas escritos en servilletas de papel, me di cuenta que debido a mi forma de ser necesitaba un medio más inmediato. Empecé a juguetear con ella de forma inocente, pero con el tiempo me di cuenta de que entró en mi vida para quedarse.
¿Por qué decidiste probar suerte con los EEUU?
Tres años después de terminar mis estudios en España vi como las posibilidades de crecer artísticamente allí eran claramente menores que en otras partes del mundo. Sobre todo bajo un punto de vista económico. Así que decidí hacer como tantas otras personas y probé suerte fuera. Estados Unidos no era ni de lejos mi primera opción, por la distancia y los costes de mudarme aquí, pero me surgió la posibilidad y decidí aprovecharla.
¿Qué es lo más duro de hacer “las américas”? ¿Y lo mejor?
Lo más duro siempre es alejarse de tu familia y amigos. Dejar de lado esa zona de confort de la que hoy día todo el mundo habla, y echar pa lante. Por eso tal vez a lo que más cuesta acostumbrarse sea a las 6 horas de diferencia horaria que separan España de la costa Este de Estados Unidos.
Lo mejor, en mi caso, ha sido poder rodearme de gente con las mismas inquietudes que yo y sentir formar parte de un caldo de cultivo artístico, en el que ves y palpas lo que es y será tendencia en las corrientes artísticas.
¿Qué consejo le darías a alguien que quisiera seguir tus pasos?
Que no lo piense más y lo haga. Que no lo deje para mañana, porque es algo que tendría que haber hecho ayer. Que confíe en su trabajo desde la humildad, y que luche por él sin dejar de aprender día a día.
¿Qué diferencia más llamativa encuentras entre ser artista en España y en EEUU?
A simple vista parece que en España el ser artista no es una profesión, solo puede ser un hobby del que tal vez puedas sacar un extra económico que acompañe a tu nómina de camarero o dependiente de unos grandes almacenes. El mercado del arte en España pertenece a cierta élite difícil de acceder, para el ciudadano medio es algo que queda tan lejos que ni sabe de su existencia.
Aquí todo se vive con mayor naturalidad. El número de artistas es elevadísimo, y a su vez hay un gran número de gente que invierte en arte. Por supuesto existe una elite difícil de acceder también, pero digamos que existen varias ligas más en las que uno puede debutar de forma digna.
¿Cuál es la sesión de fotos que más te gustó hacer?
Sería difícil escoger una solo, pero sin duda una que siempre me viene a la mente es la sesión que le hice a Dante, un chico que conocí de forma fortuita en el apartamento en el que viví el año pasado en Brooklyn. Mi casero era un tipo muy peculiar, y como todo tipo peculiar atraía a su alrededor a gente de lo más variopinta. Una mañana mientras bebía café, mi casero entro en casa con Dante, un estudiante de psicología y asistente de un artista plástico. Tras diez minutos de conversación supe que quería hacerle un retrato, y así recordar ese momento para siempre. Quedamos a la mañana siguiente para hacer la sesión y pasamos un rato agradable. Desde entonces, pese a que tengo su contacto, únicamente nos vemos cuando el azar lo decide y terminamos charlando durante horas cuando tratamos de despedirnos.
¿Algún proyecto de futuro que tengas en mente? Es decir, ¿qué te ves haciendo dentro de cinco años o te gustaría estar haciendo?
El siguiente proyecto es algo que me hace muchísima ilusión. Estoy trabajando junto a Gonzalo Hergueta en mi primer libro. Se llamará don’t think twice y formará parte de una serie de libros llamada Opaque Manifiesto . El mío será el número uno de una serie de libros de fotografía sobre diferentes ciudades del mundo. Sacaremos solo 25 copias firmadas, y cada pieza será diferente al resto. Queremos darle al libro el valor de una obra de arte. ¿He dicho ya que me hace muchísima ilusión?
Para el futuro solo puedo pedir seguir haciendo fotografía con la misma ilusión y pasión. O, por pedir, con incluso más.
¿En quién o qué te inspiras?
Hoy en día gran parte de mi obra se produce de forma espontánea en la calle, teniendo apenas segundos para reaccionar. Pese a ello, inconscientemente me nutro de toda referencia visual que anteriormente me ha impactado. La inspiración me viene del cine, de la música y por supuesto de otros fotógrafos.
¿Tienes algún fotógrafo de referencia?
Por supuesto. Creo que es importantísimo conocer el trabajo de otros artistas ya sean contemporáneos o no. Si tuviera que nombrar solo tres diría Saul Leiter, Cartier Bresson y Helmut Newton.
¿Trabajas en analógico o en digital? Crees que es importante para el tipo de fotografía que realizas?
A día de hoy trabajo en ambos formatos. Si bien es cierto que jamás se me ocurriría trabajar en analógico en mi fotografía comercial, en cuanto a la fotografía de calle se refiere prefiero usar el analógico.
Hoy en día la tecnología nos permite hacer fotografías en casi cualquier condición lumínica y sin tener muchas nociones técnicas. Cuando decido salir con mi vieja cámara analógica sé que voy a tener un reto más al que enfrentarme, y eso convierte cada toma en algo todavía más gratificante para mi y también para quién ve mi fotografía.
¿Qué opinión te merece el retoque digital (Photoshop)
La mejor de las opiniones. La tecnología está ahí, obviarla sería de necios. Considero que se deben usar cuantos medios se tengan a disposición para transmitir o contar una historia de la manera que se desee. Obviamente existen límites dependiendo del medio en el que se trabaje, no es lo mismo hacer fotografía conceptual que fotoperiodismo. Pero si no tienes por qué ser fiel a la realidad, utiliza todos los medios a tu alcance para conseguir tu objetivo.
En mi trabajo de calle utilizo Photoshop en todas mis fotografías, retocando únicamente ajustes básicos de color y recorte. No creo que tuviera sentido hacer filigranas en la sala de edición si lo que intento hacer es mostrar a la gente y su entorno tal y como son. Pero por ejemplo en retratos a veces me concedo ciertas licencias.
Muchas Gracias por atenderme, Alex.
Un placer, Alonso.
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