El metro de Estocolmo es mucho más que un medio de transporte. Es arte en estado puro a lo largo de unos pasillos que conforman la galería de arte subterránea más larga del mundo.Una enorme exposición de las artes modernas en la que han participado más de 150 artistas con sus creaciones.
La red de subte de Estocolmo, con 110 km de extensión, es una genuina y peculiar galeria de arte que inunda sus techos y paredes para el deleite de los transeúntes.
Sus múltiples estaciones están repletas de coloridas pinturas, sinuosas esculturas, mosaicos, relieves, graffitis y vídeo instalaciones que hacen que caminar por este metro sea una experiencia única.
La primera línea de este particular metro fue construida en la década de los cincuenta. Por aquel entonces las paredes del metro se decoraron con azulejos inspirados en las estaciones de tranvía de los años treinta, una tendencia conocida como “arquitectura de cuarto de baño”. Este fue el inicio de la transformación artística de la red de metro de Estocolmo.
El subte de Estocolmo tiene 100 estaciones y unos 110 km de longitud en los que alberga tres grupos de líneas para viajar, roja, verde y azul. T-Centralen, la estación más céntrica y transitada de la ciudad que nació en 1957, es la única donde convergen las tres líneas de metro.
Gracias a esta impresionante iniciativa, viajar en el metro de Estocolmo es contemplar diferentes momentos históricos a través del arte, desde las tendencias de los pioneros artistas de los años cincuenta a las creaciones y experimentos más actuales.
La impresionante estación de Kungsträdgården, que simula una excavación arqueológica con los restos del antiguo palacio Stockholm Makalös, tiene una riqueza de formas y texturas únicas. También es de una peculiaridad absoluta la estación de Solna Centrum, con un cavernoso techo teñido de un rojo intenso que se eleva a lo largo de un kilómetro sobre la pintura de un bosque de abetos.
Una galería de arte única en el mundo, repleta de color y formas a lo largo de toda la red de metro de esta bella ciudad.
Erika Galípolo
Redacción
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