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lunes, 2 de marzo de 2015

Raúl Anguiano, último representante del muralismo en México





Su obra, realizada a lo largo de 78 años de trayectoria, confirma su maestría en el dibujo y el manejo de recursos que le permitieron plasmar su genio en materiales como óleos, acuarelas, escultura, bocetos para murales, monotipos, cerámicas, tapices y esmaltes. (Especial)


AL MORIR, EL 13 DE ENERO DE 2006, EL CREADOR EMÉRITO DEL SISTEMA NACIONAL DE CREADORES TENÍA 78 AÑOS DE TRAYECTORIA Y 90 DE EDAD


Considerado uno de los máximos exponentes de la escuela mexicana de pintura, Raúl Anguiano Valadez (Guadalajara, Jalisco, 26 de febrero, 1915 – Ciudad de México, 13 de enero, 2006) destacó en sus obras las cualidades expresivas de México, sus procesos sociales, su diversidad étnica, sus tradiciones y sus festividades.
Su obra, realizada a lo largo de 78 años de trayectoria, confirma su maestría en el dibujo y el manejo de recursos que le permitieron plasmar su genio en materiales como óleos, acuarelas, escultura, bocetos para murales, monotipos, cerámicas, tapices y esmaltes.

En el Centenario de su Natalicio la pintora Rina Lazo describió como “un mexicano de corazón” al artista plástico que recreó los momentos que forjaron la historia de México, quien supo retratar personajes y momentos significativos de su pueblo, y en cuya obra mujeres, niños, madres y campesinos conforman el bagaje temático.
“Raúl Anguiano era un artista que apasionadamente pintaba lo que veía y sentía de México. Lo que conozco de su trabajo realmente está relacionado con el país, su obra fue para México y de México”, aseguró la artista seleccionada para asistir a Diego Rivera en la elaboración del mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central del Hotel del Prado, en el Distrito Federal.

Con personalidad


El pintor y escultor mexicano Manuel Felguérez, señaló que Raúl Anguiano fue un artista con su propia personalidad, fiel a sus principios y que siempre mantuvo una postura a través de medio siglo de producción.
En opinión de la académica de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán de la UNAM, Mercedes Sierra, Raúl Anguiano conjuntó en su obra lo que fue el mundo rural indígena, las fiestas, las tradiciones y la religión de una sociedad como la de México.
“El legado del maestro Raúl Anguiano va en dos sentidos: el proceso que tuvo de composición bajo un pensamiento y disciplina muy rigurosa, y una influencia muy fuerte de pintores como Paul Cézanne. No debemos olvidar este conocimiento de la composición de estos artistas con los cuales tenía coincidencias el maestro, lo que lo hizo tener un estilo claro y sencillo. Él fue un artista totalmente académico”, expuso.

Raúl Anguiano Valadez, considerado como uno de los grandes artistas mexicanos, fue hijo de José Anguiano Peña y Abigail Valadez. Llegó al mundo en una época de grandes cambios artísticos y sociales. Pronto comenzó a participar en ellos debido a su temprana afición por las artes, y a su interés por cuanto ocurría en las esferas de lo político y lo social.

Reconocido con un grande

La historiadora de arte del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, Leticia López Orozco, comentó en entrevista con Conaculta que el nombrado académico de número de la Academia de Artes en 1982, decía que no hacia pintura nacionalista sino nacional y que en su trabajo creativo muestra la capacidad y el oficio de pintar y dibujar. “Es uno de los grandes artistas que destacó porque los rasgos de su obra tiene que ver con el trabajo de observación, el de acercarse a las comunidades en los viajes, era un hombre que tenía contacto con la gente.

Destacó que desarrolló un trabajo creativo muy peculiar. “Uno ve su obra de trazos amplios, se identifica por el color, el dibujo, sobre todo por esta influencia que ejerce con artistas que lo precedieron pero también logró hacer su estilo muy singular”.

Para la investigadora del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas (Cenidiap), Guillermina Guadarrama, se debe recordar a Raúl Anguiano, además de cómo pintor, muralista y grabador, como ilustrador de notables escritores y poetas, entre ellos León Felipe, Alfredo Cardona Peña, Octavio Novaro, Fernando Sánchez Mayans, el arqueólogo Carlos B. Margain y el dramaturgo Wilberto Cantón; y por ser uno de los artistas que fueron a la expedición a Bonampak, en 1949.

“Tras la expedición a la selva generó una serie iconográfica en sus cuadros de caballete, como La espina obra por la que se le reconoce. Retomó el interés por los pueblos del sur, los mayas. También se le debe recordar como parte de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR), y por ser uno de los fundadores del Taller de Gráfica Popular”, explicó la especialista.

Un promotor del arte

Agregó que el Creador Emérito del Sistema Nacional de Creadores del Fonca fue fundador de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, colaborador de programas realizados en los veinte, treinta y cuarenta dedicados a la formación de escuelas de arte de México fungiendo como maestro de dibujo e inspector de artes plásticas en esas escuelas. “Raúl Anguiano fue un personaje muy completo”.

El artista plástico Arturo García Bustos recordó que de Raúl Anguiano tuvo “la fortuna” de contar con su amistad y compartir momentos “gloriosos” en los grupos de trabajo en el Taller de Gráfica Popular. “Hace medio siglo que estábamos juntos ahí. En los años 44 o 45, en días de la Segunda Guerra Mundial hicimos carteles contra el fascismo, volantes que llegaron con sus mensajes a manos del pueblo mexicano. Posteriormente también participamos en el Frente Nacional de Artes Plásticas y compartimos en la Academia Mexicana de Artes”.

Aseguró que el artista, condecorado con el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el 2000, fue un hombre trabajador y entusiasta de la pintura de la Escuela Mexicana. “En sus obras mostraba las preocupaciones de México, siempre representó la presencia de nuestra tierra, el que se sintiera el gusto por las tradiciones, todo es parte de la conciencia y la obra del maestro”, dijo Arturo García Bustos.

Comprometido

Sobre la época en el Taller de Gráfica Nacional, Rina Lazo comentó que Raúl Anguiano hizo la primera litografía del taller (un retrato de Emiliano Zapata). “Siempre estuvimos cerca porque éramos de la esa gran escuela de pintura, la pintura de México que se conoce en el mundo.

“Él era una persona muy cariñosa con la gente, muy amable, hicimos una gran amistad. En aquellos años todos los artistas estábamos inmiscuidos en lo que nos había dejado la Revolución Mexicana. Raúl Anguiano siempre mostró amor verdadero a nuestras raíces, a la pintura, a México”, manifestó la artista egresada de La Esmeralda.

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