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martes, 9 de junio de 2015

Zurbarán: llama cuando llegues

  • Vista de varias obras de la muestra "Zurbarán: una nueva...

  • Vista de varias obras de la muestra "Zurbarán: una nueva mirada" que se expone en el Museo Thyssen. EFE


  • ¿Quién cubre los riesgos en una exposición como la del Museo de Bellas Artes?

  • ¿O en una muestra, más cara y compleja, como la de Zurbarán del Thyssen?


No hace ni un mes que un teletipo anunció el incendio de un camióna la puerta del Museo de Bellas Artes de Bilbao. ]. Había ocurrido a las 7.30 horas de la mañana del 20 de mayo y, a lo largo del día, hubo tiempo de ampliar la información. El camión se dirigía a recoger varios cuadros del Equipo Crónica que habían pasado la primavera en Bilbao para volver a sus propietarios. Después del susto, un alivio. Si el motor hubiese explotado con las obras de arte dentro, una fortuna se hubiese evaporado con el fuego.

¿Quién cubre los riesgos en una exposición como la del Museo de Bellas Artes? ¿O en una muestra, más cara y compleja, como la deZurbarán que ayer inauguró el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid? "Si usted quiere asegurar un coche, seguro que tiene 50 opciones en el mercado. En el arte, en cambio, las aseguradoras que estamos más o menos especializadas las puede contar con los dedos de la mano. Y, aún así, es un mundo muy competitivo. Los últimos años de crisis han hecho que las administraciones limiten mucho su actividad, ya no viajan tantas obras como antes. Y eso lo hemos notado todos".


Gonzalo de la Puente es una de las persona designadas por la aseguradora Hiscox para dirigir su trabajo en el mercado del arte ("Suscriptor Senior de Arte y Clientes Privados" es el nombre de su puesto). La exposición del Thyssen no está dentro de su cartera pero puede explicar cuál es el procedimiento para asegurar una operación así.

-De modo que pongamos que yo soy el Thyssen, ya sé qué cuadros quiero traer a Madrid. ¿Qué es lo que tengo que hacer entonces?

-Lo primero, saber cuál es el valor total de las obras de arte y tener claro de dónde vienen, cómo de difícil va a ser traerlos. No es lo mismo llevar una pieza del Prado al Thyssen que llevarla desdeSeattle".

Bien. Pero, antes, un paso para atrás: ¿Es difícil llegar a un acuerdo sobre el valor de las obras? ¿Es habitual que el señor de Seattle diga que su 'zurbarán' valga seis cuando, en realidad, vale cuatro, o que ocurra a la inversa y que el proceso se convierta en un calvario? "No, porque todo el mundo es profesional. En el mercado del arte siempre hay un margen de subjetividad sobre el valor de las obras pero, en el fondo, el museo o el coleccionista que envía la pieza también quiere que se dé el intercambio porque es un ingreso para él y no quiere poner obstáculos.".

Y ahora un pasito adelante. Las obras viajan por carretera, ¿verdad? "Sí, si vienen desde Europa. Con empresas de transportes que den una serie de garantías: dos conductores, cámara con control de temperaturas... Si vienen desde América, lo normal es usar aviones, aunque a veces sale alguna operación en la que el transporte es por vía marítima".

¿Y qué puede ir mal? "El servicio", explica De la Puente, "es 'de clavo a clavo'. Nosotros aseguramos el momento en el que se descuelga el cuadro de la casa de su dueño y no dejamos de actuar hasta que alguien vuelve a colgarlo. En ese tiempo hay operaciones delicadas: embalaje, desembalaje, transporte, paso de aduanas... Y todo en viaje de ida y vuelta. La gente tiende a pensar en las películas de ladrones de cuadros pero, en realidad, la posibilidad de que pase algo cuando el cuadro ha llegado al museo es pequeña. Siempre hay margen de que llegue un niño y rompa algo o que el personal de limpieza se equivoque y haga un destrozo [estas cosas pasan], pero a mí, lo que de verdad me preocupa es el transporte".

Bien. Hablemos por fin de dinero. ¿Cuál es la operación más cara que recuerda De la Puente desde que se dedica a este negocio? "No sé. Quizá la de Jeff Koons en Bilbao. El Guggenheim suele ser el cliente en las operaciones más grandes y, justo detrás, están el Thyssen, elMuseu Picasso, la Fundación La Caixa... El Reina Sofía y el Pradopueden hacer exposiciones aún más caras, pero suelen recurrir al aval de la Garantía del Estado". O sea, que si algo se rompe, paga el Ministerio de Hacienda y si no se rompe, ese dinero que nos hemos ahorrado en seguros.

¿Cuánto dinero? Cada operación es distinta, porque no es lo mismo traer un 'zurbarán' desde Seattle que una araña de Louise Bourgeois desde París. No es lo mismo traer la pieza de un artista muerto que la de uno vivo, que, en el peor de los casos, puede dirigir las reparaciones de una pieza dañada. Pero De la Puente ofrece una referencia: "El uno por mil. Es decir: si valoramos la obra en un millón de euros, asegurarla costará mil euros". Y, a partir de ahí, hay operaciones más complicadas y caras y otras más sencillas y baratas. La tentación es echar cuentas con la exposición del Thyssen: 36 piezas, de las cuales hay que restar dos que pertenecen a la Fundación o a la familia Thyssen a un precio de... Y ahí es mejor dejar de jugar al seguro-ficción. Hay 'zurbaranes' mayores y menores en el mercado. El más caro que se haya vendido nunca costó 3,39 millones de euros (en 2011), pero también hay noticia reciente de algún lienzo suyo despachado por menos de 400.000 euros.

Última pregunta: todos nos acordamos de aquella discusión periódica sobre la posibilidad de llevar el 'Guernica' de Picasso a Gernika o a Bilbao, ¿verdad? Pues alguna vez alguien dijo que el problema no era político sino financiero, que la operación era imposible porque no había aseguradora que pudiese asegurar una obra cuyo valor de mercado es incalculable. ¿Es así? "Sería una operación muy difícil, pero no imposible. Hay fórmulas, trocear la operación entre varias aseguradoras, hacer seguros parciales, extremar las medidas de precaución...". Si alguien en el Reina Sofía cambia de opinión, que llame a su corredor de seguros.
Fuente
http://www.elmundo.es


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