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miércoles, 4 de noviembre de 2015

La fusión de Coll & Cortés y Colnaghi sacude el mercado del arte en Londres

«San Pedro arrepentido», de Ribera, vendido al Metropolitan en 2012
«San Pedro arrepentido», de Ribera, vendido al Metropolitan en 2012 - COLL & CORTÉS
Los marchantes españoles se convierten en el relevo generacional de la mítica firma británica
En diez años ha logrado posicionarse no solo como una de las galerías especializadas en arte antiguo más punteras y activas de España, sino que también se ha hecho un hueco en el competitivo mercado internacional, donde nuestro país apenas tiene visibilidad. En 2005 dos jóvenes amantes del arte, Jorge Coll y Nicolás Cortés, se embarcaron en la aventura de abrir un anticuario en la calle Justiniano de Madrid bajo el nombre Coll & Cortés. En 2012 llegó la internacionalización de la empresa con la apertura de una segunda sede, esta vez en el barrio de Mayfair de Londres, y su presencia habitual en las ferias más prestigiosas del sector como Tefaf, en Maastricht.
Diez años en los que sus propietarios han apostado no solo por conseguir piezas españolas de primer nivel. Esta galería nació con una clara vocación investigadora, fruto de la cual han llevado a cabo proyectos y estudios centrados en la pintura española entre los siglos XVI y XIX, la escultura española en madera policromada y el arte del mundo hispanohablante. A ello hay que sumar al buen ojo de Coll y Cortés para buscar piezas y sus contactos con los grandes museos internacionales. El Prado, el Metropolitan de Nueva York o el Louvreson algunos de los que han adquirido sus piezas. Así, el museo español se hizo con «La Agonía en el jardín», del artista italiano Giulio Cesare Procaccini; el MET neoyorquino adquirió dos esculturas de Pedro de Mena, «Ecce Homo» y «Mater Dolorosa», además de un «San Pedro arrepentido», de Ribera; mientras que el museo parisino compró una obra de Eugenio Cajés.

Apuesta de futuro

El trabajo llevado a cabo por estos jóvenes marchantes españoles no pasó inadvertido en Londres. Konrad Bernheimer, uno de los pesos pesados del sector y presidente de Colnaghi –fundada en 1760, Lord Rothschild la compró en 1970 y él la adquirió en 2002, siendo una de las galerías de arte antiguo más prestigiosas del mundo–, se fijó en Jorge Coll y Nicolás Cortés como una apuesta ganadora para la firma. Las tres hijas de Bernheimer se dedican al arte contemporáneo y su hasta ahora socia, Katrin Bellinger, se marcha. A sus 67 años buscaba«sangre nueva» para afrontar el relevo generacional de Colnaghi. Y así fue como se ha llegado a la fusión entre la empresa británica y Coll & Cortés, que se hará efectiva a partir del 1 de enero de 2016. El próximo año la compañía cambiará su sede de Londres: se trasladará de Old Bond Street a un nuevo espacio en el número 26 de Bury Street, en St. James’s.
Como explicaba ayer Jorge Coll en conversación telefónica con ABC, serán ellos sus únicos socios, permaneciendo Bernheimer como presidente de la compañía. La sede de Coll & Cortés en Madrid mantendrá su actividad centrada en el arte español (salvo algunas operaciones de grandes nombres, que podrían llevarse desde Londres), pero desaparece la sede de la capital británica. Entre ambas cuenta con una plantilla de unas 16 personas. La de Colnaghi es más reducida: apenas cinco.

Experiencia y clientela

¿Qué se aportarán mutuamente? «Konrad nos aportará su experiencia, su cartera de clientes, su influencia en el mercado», advierte Jorge Coll. Ellos, su labor investigadora, su trato con los museos... «Ser el relevo generacional de una de las empresas más antiguas del mundo es, para nosotros, una gran responsabilidad», añade. En 2009 hubo un punto de inflexión para la galería española: su exposición «El misterio de la fe» se sumó a la muestra que la National Gallery de Londres dedicó a la escultura española del Siglo de Oro como trampolín para su despegue en el mercado internacional.
Bernheimer no ha escatimado elogios hacia Coll y Cortés: «Estoy deseando empezar a trabajar con estos dos jóvenes y apasionados marchantes que representan el brillante futuro de Colnaghi. Ambos combinan experiencia y conocimientos con un enfoque nuevo y emocionante». ¿Cuál es ese nuevo enfoque? «Mucho trabajo, muchas publicaciones, hacer stands diferentes, el trato con los clientes...Tenemos muchas ideas, incluidas las nuevas tecnologías». Es consciente Jorge Coll de que el arte contemporáneo le ha ganado la baza al antiguo en el mercado. Por eso propone «hacer más atractivo el arte antiguo, conectar mejor con los jóvenes coleccionistas». Su trabajo, dice, «no es sólo comercial, sino de promoción cultural y marca de excelencia. Damos a conocer el arte español y a nuestros artistas». Advierte, eso sí, de que aún faltan en España ayudas al sector, bajar la tributación y la consideración que hay en Gran Bretaña de que los anticuarios son canal de cultura y no meros comerciantes.
Fuente
http://www.abc.es

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