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jueves, 5 de noviembre de 2015

Qué (narices) es el arte




 Normalmente, las conversaciones con los padres son más fructíferas de lo que solemos reconocer. Últimamente no hago más que darle vueltas a una conversación que tuve con mis padres sobre lo que era el arte. Ni somos ilustrados que bebemos vino al ritmo de la música de un piano, ni nos trasladamos al decimonónico, de hecho, esta conversación acabó a la española: gritando en la terraza de un bar.

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POR SANDRA HERRANZ Sandra Herranz, nacida en 1992 en el corazón de la Alcarria. Es casi jurista y casi politóloga, pero escritora entera
«La belleza perece en la vida pero es inmortal en el arte»
Leonardo da Vinci
Pero, al final, hablamos de lo que hablamos. Yo sostenía que un artista era el que creaba algo de la nada y conseguía emocionar, en el sentido de provocar algún tipo de sentimiento, al que observaba, tocaba, escuchaba… su creación.
Hasta ahí estábamos los tres más o menos de acuerdo, pero el punto álgido de la discusión vino con la siguiente pregunta: ¿son los actores artistas? Yo decía que no y ellos decían que sí. Por supuesto, no nos convencimos los unos a los otros, pero no dejo de preguntarme desde entonces: ¿qué es realmente el arte?
Hay bastantes acepciones tanto de arte, como de artista, recogidas en el Diccionario de la Real Academia Española. De hecho, el arte ha significado una cosa diferente para cada época que la vivió (o sufrió). ¿Quién le iba a decir a la Academia de Bellas Artes de París, y a todos los críticos que fueron a esa primera exposición en el Salón que se equivocaban y que Monet, Pissarro y toda la estela estelar de Vanguardias del siglo XX, sí que hacían arte? Así que, después de esa conversación y pasado un tiempo, puedo decir una cosa: no sé lo que es el arte.
Sí sé que el arte es contraste, y la historia así nos lo demuestra. No me voy a poner en plan materialista histórica pero cuando es, es. Quizá el arte no sea más que una representación fiel de lo que es el ser humano, desde la prehistoria hasta el mismo día de hoy hemos sido contrastes. Cuánto más sabemos, menos conocemos y viceversa.
Nacimiento de Venus
Nacimiento de Venus de Sandro Botticelli
En la época Clásica, después de alcanzar un conocimiento que hemos olvidado, el estudio del ser humano robó todo el protagonismo al Más Allá, a lo funerario, a los mismísimos dioses (de hecho, los griegos fueron los únicos en enfrentarse a sus propios dioses). Todo se reducía a qué narices hacemos en esta Tierra. Y los griegos se quisieron tanto que se obsesionaron hasta conseguir que todas las artes, y por encima de ellas la Filosofía, dieran vueltas alrededor del ser humano.
El resto de la historia ha ido odiando y amando esta costumbre que los griegos nos trajeron. Lo renacentistas amaron al ser humano de una manera mucho más insana que los helenos, y los barrocos no pudieron soportar tantísimo amor propio. Cada época ha interpretado el amor hacia el ser humano y, más adelante, hacia todas las acciones del ser humano bajo sus propias condiciones, que no dejaban de ser impuestas por el hartazgo de las condiciones que se venían imponiendo en la época anterior.
¿Quién fue más revolucionario? ¿El primer cavernícola que retrató su día a día en una pared o Leonardo da Vinci? Francamente, no sabría por dónde empezar a contestar. Y sin embargo, los dos son artistas.
Todavía no sé contestar a la primera pregunta que me he planteado, ¿son los actores artistas? Me temo, que si digo un no tan rotundo como el primero, no voy a distar mucho de los que no quisieron escuchar a Mozart o menosprecian un cuadro que se atreve a interpretar el subconsciente humano. Los cambios que se han dado a lo largo de toda nuestra historia más artística, en su momento, pasaron casi desapercibidos y siempre fueron mal acogidos por la crítica, que veía en ellos una subversión contra el arte que, en ese momento concreto, se admitía oficialmente.
¿Quién se atreve a decir que un grafiti no es una obra de arte? Imaginad el mejor grafiti que se ha pintado hasta ahora, quizá en un vagón de tren o en una fábrica abandonada en mitad de la M-30. Hay quién diga “pero eso es ilegal”. Sí, por supuesto, pero también es arte. Los Reyes Católicos y la perenne Inquisición Española decidieron que los pintores españoles sólo podían pintar escenas bíblicas para hacer frente a la Reforma de Lutero (la excepción fue Velázquez, ser un genio y poder viajar a Italia siempre le dieron cierta ventaja). Todos los cuadros paganos eran ilegales pero también eran arte.
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Banksy demuestra que el grafiti también es una obra de arte
El arte es contraste y también es una forma de sublevación. Siempre ha sido demasiado fácil intentar poner al pie del poder las artes. Desde la censura, hasta el poder que suele comprar el dinero, han hecho mella y huella en el mundo del arte. Y sin embargo, siempre ha habido una corriente crítica que se ha desmarcado de ese camino impuesto por alguien que, en ese momento, creía que tenía el poder.
Así que, puedo decir que el arte también es peligroso. Quizá me paso de rotunda, pero el arte hace pensar, y lo más importante, el arte emociona. Me da igual si es escuchando la que tú crees que es la mejor canción hecha hasta ahora, leyendo un libro que por casualidad te has encontrado o viendo alguien hacer piruetas encima de un escenario. El arte te traslada a otro nivel (quizá más bajo, más interno) y te ha ce pensar.
Y sin embargo, nos estamos olvidando del arte. Nos olvidamos de que los artistas son necesarios, son los que han hecho arrancar el motor de sociedades enteras. Bien desde el amor propio, o bien desde el odio hacia la industria o la guerra. Freud intentó desacreditar al arte, llamando al artista narcisistas, infantil y términos muy usados por el psicoanalista más famoso de la historia. Y es que, el arte también da miedo, miedo a lo desconocido y a lo que te puede provocar.
Por último y en conclusión, no sé lo que es el arte. Y ojalá siga siendo así.
Nos leemos,
Fuente
http://www.koboonga.es



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