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viernes, 19 de agosto de 2016

Abrió la Feria Mercado de Arte, que tomará la ciudad de Córdoba durante cuatro días

Artista: Sandra de Berduccy - Obra: Decodifica.
Artista: Sandra de Berduccy - Obra: Decodifica.
SE REALIZARÁ, CON ENTRADA LIBRE Y GRATUITA, EN EL CABILDO HISTÓRICO Y LA PLAZA SAN MARTÍN, CENTRO NEUROLÓGICO DE LA CIUDAD. FUNCIONARÁ COMO UNA GRAN VIDRIERA QUE PERMITE ACERCARSE A LAS ÚLTIMAS TENDENCIAS EN EL ARTE CONTEMPORÁNEO ARGENTINO, A TRAVÉS DE GALERÍAS LOCALES QUE OFRECEN UNA VASTA DIVERSIDAD DE SOPORTES Y ESTILOS.


Como una gran vidriera que permite acercarse a las últimas tendencias en el arte contemporáneo argentino, a través de galerías locales que ofrecen una vasta diversidad de soportes y estilos, entre pinturas, dibujos, fotografías, videos y obras que cruzan disciplinas, se despliega desde hoy y hasta el domingo la feria Mercado de Arte, con entrada libre y gratuita, en el Cabildo Histórico y la Plaza San Martin, centro neurálgico de la ciudad de Córdoba.

El entusiasmo entre galeristas, coleccionistas, artistas y organizadores es palpable ni bien se ingresa a la feria, organizada por la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Córdoba, organismo que en su carácter de organizador otorga un plus al evento, ya no centrado exclusivamente en lo comercial sino también en la difusión, el apoyo y el crecimiento de la escena artística cordobesa.

“La feria creció un 30 por ciento desde el último año a la edición actual, en la que participan 60 galerías, por primera vez varias internacionales. Además, hemos privilegiado el criterio de cruces en el territorio, que responde al leit motiv ‘zonas limítrofes’ como lugar de confrontación y de negociación, planteado por el curador de la feria, Gustavo Piñero”, explicó a Télam Natalia Albanese, directora general de Desarrollo y Cooperación Cultural, durante una recorrida para prensa.

Así, la oferta es variada y heterogénea, pero se destaca especialmente la presencia de galerías cordobesas como El gran vidrio, que además de la muestra dedicada a Leopoldo Estol en su local se presenta en la feria con un stand variopinto con las obras del artista y poeta Guillermo Daghero, una serie en la que juega con las palabras “si” y “no”, contó la directora del espacio, Catalina Urtubey.

En la galería The White Lodge se destacan las poéticas fotografías de Ramiro Chaves, los paisajes en pequeño formato de Julia Romano y las piezas escultóricas -que aluden al vacío y los límites de arte- de la cordobesa Dolores Cáceres, quien tuvo una enorme repercusión mediática el año pasado cuando presentó en el Museo Caraffa tres salas completamente vacías en lo que significó una retrospectiva de su carrera. En este stand, los precios oscilan entre los 200 dólares y los 6.000, contó la galerista Georgina Valdez.

En el sector principal de la feria -apodado Carlos Crespo- se encuentra también Rolf, con un proyecto individual del artista Livio Giordano, quien a través de fotografías evoca la imagen que en la ciudad se tiene del campo. La propuesta, titulada “Interior”,
cuestiona un juego de mesa tradicional y en apariencia inocente como “El estanciero”, donde los jugadores pueden recibir tarjetas con leyendas como “Suerte. Hábeas corpus concedido. Con esta tarjeta sale Ud. gratuitamente de la Comisaría”, y en el que las provincias se compran y venden por diferentes valores.

En la porteña galería Quimera, donde las obras rondan entre los 5 y los 40 mil pesos, se apuesta a los artistas jóvenes y de diversas disciplinas, como los collages de la fueguina Nacha Canvas (madera y lápiz) o las bellísimas pinturas de óleo y lápiz sobre tela de Alejandro Pasquale, una imaginería que remite a atmósferas oníricas, tan cautivantes como melancólicas.

Otra porteña, Pasto -que dirige César Abelenda-, también presenta un conjunto diverso, como los acrílicos sobre gabardina del tucumano Agustín González Goytía, las pinturas de Gimena Macri, las fotografías del cordobés Raúl Flores y las esculturas de Martin Carrizo.

En tanto otra porteña, galería Gachi Prieto, desembarcó con una selección de diez artistas, como las pinturas de Leonardo Cavalcante, las instalaciones de Sabrina Merayo Núñez o los paisajes de Instagram que el artista Sebastián Camacho transforma en pinturas.

Las zonas grises en el afán de intentar delimitar disciplinas se vuelven contundentes en obras como la de Mariana De Matteis, en la galería rosarina Diego Obligado, bellas fotografías en toma directa con sobreexposición de luz, en papel de algodón, que parecen grafito; o en las piezas de Gerardo Oberto (galería Artis), quien transfiere fotos de filmes y luego los pinta. 

Algo similar ocurre en los retratos sobre palabras de Javier Bellomo (galería Sasha D), imágenes sobre hojas arrancadas de libros y también en la obra de la artista Florencia Walter (galería Hilo), quien pinta sobre lienzos pero en vez de dejarlos rectos los aplasta, los hace un bollo, como un guiño a aquello de “pensar la pintura en el espacio”. 

Las impactantes pinturas del cordobés Marcos Acosta, de la serie "Todas las ciudades" -que han sido parte de una muestra homónima en el Museo Caraffa- se destacan en Marchiaro, galería local con más de 40 años de trayectoria que reúne a un grupo variado de artistas, desde clásicos hasta contemporáneos. 

En contraposición galerías jóvenes como Piccadilly exhiben exclusivamente artistas sub 35, una camada caracterizada por una alta profesionalización.

Otra propuesta destacada, que desembarca desde la ciudad de Buenos Aires, es la flamante galería Hache, que presenta aquí obras de los artistas Diego Figueroa, Elena Losón, Valeria Maggi, Sofía Quirno, Catalina Schliebener y Leila Tschopp.

De gran atractivo, no sólo por su despliegue visual en el espacio sino también por su propuesta es Mini - Contemporáneo, que comanda el cordobés Juan Martín Juáres, un proyecto de autogestión dedicado exclusivamente a obras en pequeño formato (“un nicho que faltaba”, contó su director) sin staff fijo ni galería. “Es la oportunidad de trabajar con artistas que recién se están insertando en el circuito, con poca circulación”, aseguró Juáres frente a las vistosas y pequeñas creaciones, que arrancan en los 500 pesos, todas de artistas cordobeses.

“Este proyecto es una fotografía optimista del proceso del arte en Córdoba -aseguró por su parte el secretario de Cultura, Francisco Marchiaro, presente durante la recorrida. Podés ver la evolución de la propuesta, desde el año pasado, que Mini participaba en el barrio joven, a este que se presenta en la sección principal. Además apostamos no a un coleccionista sino a un comprador que adquiere arte por primera vez”.

Como el aleteo de una mariposa, la feria repercute por toda la ciudad, como los 600 asistentes que participaron en la jornada de disertaciones organizada por la Bienal Sur de arte contemporáneo, que dirigen Aníbal Jozami y Diana Weschler; o el primer encuentro federal de Residencias, con participantes de distintas provincias; y también la instalación en el espacio público de Leonardo Cavalcante, ganador del Premio Federal de Arte Contemporáneo, quien distribuyó cinco mil canicas translúcidas en la periferia del Cabildo Histórico de Córdoba.

Otros sectores de la feria, como Zona Bonino, suerte de barrio joven dedicado a los proyectos más experimentales, y Zona limítrofe, que nuclea a las galerías de Brasil, Uruguay, Paraguay, Bolivia y Chile -con propuestas como Nube Gallery de Santa Cruz de la Sierra y Casa Tomada de San Pablo- terminan de contornear una feria federal y plural, de puertas abiertas y disímiles propuestas creativas, que cuenta con el apoyo de la Fundación Pro Arte.
Fuente
http://www.telam.com.ar

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