Obras que trabajan sobre el juego de lo solemne. Foto: D. Borrelli
Hoy abre al público la 3° Bienal de Montevideo, con 38 destacados artistas.
Hoy abre al público la 3a Bienal de Montevideo, que este año se instaló en un nuevo espacio físico, el Salón de los Pasos Perdidos. El montaje allí demandó mucho cuidado, por tratarse de un monumento histórico nacional, y las obras de arte fueron instaladas buscando un diálogo entre diversos estilos artísticos y el imponente salón.
El encuentro artístico irá hasta el domingo 4 de diciembre, y reúne a artistas nacionales y extranjeros, bajo el lema El espejo enterrado. "Los cuatro espejos en el Salón de los Pasos Perdidos son testigos mudos, incorruptibles de esta creación, y los aliados más confiables de los artistas", señala el curador, Alfons Hug, poniendo en juego la noción de espejo, siempre tan rica y estimulante en el terreno artístico.
Foto: Darwin Borrelli
Dos obras nacionales reciben al visitante. Por un lado, a la entrada de la exposición hay una obra de María Agustina Fernández Raggio, que trabajó con videos sobre los últimos cinco Presidentes de la República, aportando nuevamente la artista una mirada desde lo estético al mundo político. De algún modo el trabajo juega en dupla con la obra de Camnitzer, una instalación sonora sobre distintos himnos nacionales. Ayer en la inauguración la música fue ejecutada en vivo, y desde hoy se ofrecerá grabada, a través de una instalación de decenas de parlantes.
Teresa Puppo, otra figura de la plástica uruguaya, ideó una videoinstalación, llamada Los ojos mudos, que será complementada por una acción poética con el audio del video. La obra, relacionada con la matanza de los charrúas en Uruguay, tiene a la vez un horizonte mayor, abarcando los pueblos originarios del resto de América. "Está relacionada también con la construcción de la subjetividad desde el poder, esa construcción que depende del interés del sector que maneje el poder en cada momento histórico", reflexiona Puppo.
Otras propuestas estéticas seguramente también llamen la atención. Como la instalación del artista brasileño Maxim Malhado, que aportó una vivienda hecha en barro, que provoca un fuerte contraste con lo suntuario del Salón de los Pasos Perdidos, efecto que Hug buscó subrayar. También promete despertar comentarios la obra del argentino Gabriel Valansi, que a través de un visor ofrece una vista de una ciudad en miniatura.
La lista de artistas participantes abarca 38 artistas de las más dispares estéticas, incluyendo plásticos de China, Singapur, Australia, Estados Unidos, Rumania, Alemania, Italia, Austria, Francia y Suiza. De América Latina hay representantes de Argentina, Brasil, Perú, Cuba y Venezuela. Entre los uruguayos que participan están Pablo Conde, Diego Masi, Margaret Whyte, Santiago Velazco, Ernesto Rizzo y Guillermo Zabaleta, entre otros.
"La Bienal de Montevideo es probablemente la única en el mundo que se lleva a cabo dentro de un parlamento. El espacio plantea de por sí un desafío especial. El contexto político brota prácticamente de manera natural, sin que por ello la exposición deba estar dedicada a la política cotidiana", reflexiona el curador, y agrega: "El hecho de que el grandioso recinto lleve el nombre de Salón de los Pasos Perdidos le otorga a este escenario político una dimensión casi poética".
La bienal se puede visitar diariamente de 10.00 a 20.00 menos los domingos que abre de 14.00 a 20.00. La entrada es gratis.
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