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domingo, 18 de septiembre de 2016

Omar Rafael Carreño



Pintor y escultor. Hijo del orfebre Daniel Carreño y de Antonia María Rodríguez. Entre 1948 y 1950 estudió en la Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas. En este período su obra tiene como referencia la pintura precolombina y la figuración geométrica. En 1950, ya en París, formó parte del grupo Los Disidentes y colaboró en las actividades del Taller Libre de Arte de Caracas. Carreño se adhirió a las tendencias abstraccionistas de la época. Tempranamente comienza a realizar sus primeros relieves transformables por el espectador mediante un sistema de bisagras; Pierre Descargues los llamó Polípticos y Carreño los presentó en la Galería Arnaud en 1952, año y medio antes que Yaacov Agam presentara obras con propuestas parecidas en la Galería Craven, en 1953. Uno de estos polípticos fue reproducido en el catálogo del VI Salon des Réalités Nouvelles (París, 1951). Realiza estudios de grabado en la Escuela Superior de Bellas Artes y en la Escuela del Louvre. En 1952 participó en la "Primera muestra de arte abstracto", en la Galería Cuatro Muros de Caracas.
                                 

 Ese mismo año expuso junto a Édgar Negret en la colectiva "Grupo divergencias: 13 pintores, 4 escultores" (Galería de Babylone, París). Al año siguiente publica "Idées de l'artiste" (Cimaise, 4-5, París, julio 1953), texto que será llamado premanifiesto en el artículo del Diablo Cojuelo (Antonio Muiño) titulado "El expansionismo, último 'ismo' inventado en París por Omar Carreño, pintor abstracto" (El Nacional, 31 de diciembre, 1953). En 1953 realiza esculturas-poemas y sus primeros Ojos de buey (tableaux-objets), algunos de ellos transformables. Como único latinoamericano participa en la exposición "La síntesis de las artes", en el IX CIAM, organizado por Le Corbusier, en Aix-en-Provence. En 1955 regresa a Venezuela y realiza las primeras esculturas en metal y pintura con laca. Ese mismo año concluye una escultura abstracta en hierro y cobre para el hall de entrada del Hotel El Conde, en Caracas. Fue director artístico de la revista Integral de Caracas (1956-1958), ha colaborado igualmente en las revistas Cimaise de París, Nuestro Tiempo de Buenos Aires, Cruz del Sur de Caracas y Arte y Sociedad de Roma. En 1956 convoca las primeras reuniones para la formación del movimiento expansionista, las cuales prosperan al año siguiente, y escribe "Límite y expansión del espacio" (Integral, 4. Caracas, junio de 1956). En el XVIII Salón Oficial de 1957 recibe el Premio Puebla de Bolívar, por su escultura en hierro Estable nº 1, primera escultura abstracta premiada en Venezuela. 

Ese mismo año ejecuta una escultura móvil de hierro de 10 m de alto, para la Plaza Municipal de Pariata; las aspas de la estructura giraban impulsadas por el viento. Realiza la policromía interior y exterior, con un mural en la parte externa del auditorio de la Facultad de Odontología de la UCV, único edificio encargado totalmente a un artista por el arquitecto Carlos Raúl Villanueva, en el proyecto de integración de las artes de la Ciudad Universitaria de Caracas. En 1958 fue nombrado comisario por Venezuela y jurado del Gran Premio en la Bienal Internacional de Venecia. Escribe "Arte y técnica de expresión", texto fundamental para comprender su obra (El Nacional, 28 de enero de 1960).


Desde 1960 hasta 1963 se radica en París, recibe clases de René Huyghe en La Sorbona y de Pierre Francastel en la Escuela del Louvre (historia del arte y museología). A partir de este momento aborda el informalismo abstracto, etapa en la que tendrá reminiscencias de fondos marinos y que concluirá a finales de 1965. En 1962 participa con obras informalistas en "El arte latinoamericano en París" del Museo de Arte Moderno de la Ciudad de París, obras que adquieren el escritor Romain Gary y la actriz Jean Seberg. En 1965 viaja a Roma, concluyendo su etapa informal con la llamada serie de las Tintas únicas, e inicia sus estudios de conservación y restauración de bienes culturales en el ICCROM de la UNESCO.


En 1966 regresa a la abstracción geométrica y realiza transformables con cubos. En esa oportunidad Luigi Paolo Finizio, en el catálogo de la muestra, afirmaba: "si consideramos las fechas en las cuales estas obras fueron realizadas, no podemos dejar de reconocer a Carreño el haberse anticipado plenamente a ciertas corrientes sobre la interacción del signo". Publica en francés el Primer manifiesto expansionista, al inaugurarse en la Galería Fiamma Vigo (Roma, 1966) una exposición individual. A finales de 1966 regresa a Venezuela, ingresando al cuerpo docente de la Escuela Cristóbal Rojas (1967-1979). 



Comienza a promover sus ideas del expansionismo en conferencias y exposiciones. En 1967 tuvo lugar la "Primera exposición expansionista" en el MBA y publica en el catálogo-afiche una versión abreviada del Primer manifiesto expansionista entre cuyos puntos estaban la ruptura total con la pintura de dimensiones reales, la creación de obras no figurativas transformables, la intervención activa del espectador en la transformación de la obra y el empleo de nuevos materiales. Carreño mismo trabaja en obras transformables por cubos, reflejos sobre metal, proyecciones virtuales transformables por varios espectadores y termina incorporando elementos tecnológicos como luz artificial y micromotores. Su Segundo manifiesto expansionista, aparece en el catálogo-afiche de la segunda exposición del grupo expansionista ("Luz y transformación", 1967) en el Ateneo de Caracas.

 En esa misma época se inicia su serie de Cajas luminosas transformables, una de las cuales expone en el XXIX Salón Oficial de 1968 (actualmente en la colección GAN, junto con otras obras pertenecientes a diferentes períodos). Publica el Tercer manifiesto expansionista en francés con motivo de su exposición en la Galería Número (Venecia), visitada por Frank Popper, quien incluye el nombre de Carreño en la segunda edición de su libro L'art cinétique (París: Gauthier-Villars, 1970). Una de sus cajas luminosas entra en la colección del Museo de Macerata (Italia). Realiza in situ las obras destinadas a su participación en el Pabellón de Venezuela de la XXXVI Bienal de Venecia (1972); la obra de la sala principal fue un mural de luces transformables y envolventes de 23 m de largo. Ese año recibe el Premio Nacional de Artes Plásticas. Alfredo Boulton, al referirse a su trabajo, expresó: "su obra [...] tomó un nuevo rumbo y entró de pleno en una etapa cinética en que se valió de nuevos y exóticos instrumentos a la manera de utensilios plásticos. Se le vio emplear entonces extraños mecanismos eléctricos, materiales de refracción lumínica, tiras de hojas transparentes, luz de neón como elemento de color; accesorios éstos que no había manejado con anterioridad. 

El propósito del artista consistía en dar movilidad a un juego cromático, accionando en forma de movimiento constante y transformable, que cambiara el cuerpo de la composición y el diseño de las formas, para llegar a realizar una imagen mutable, en constante giro, que alterase, variara y se modificara, construyendo nuevas situaciones y nuevas tonalidades, a medida que la gestión cinética iba en curso, impulsada por el giro mecánico del objeto. 


Estas 'imágenes transformables' son, fuera de duda alguna, las que expresan la mejor parte de la sensibilidad del artista" (1972, p. 449). En 1973 recibe el premio principal del XXXI Salón Arturo Michelena por su obra Transformable I. En 1974 participa en el Festival de la Peinture, de Cagnes-sur-Mer. Al año siguiente participa en la exposición preinaugural del ala nueva del MBA y en "The Venezuelan Culture at the University of Nebraska" (Lincoln, Nebraska, Estados Unidos). Colabora con el arquitecto Carlos Celis Cepero y el grupo Ca-tekto en el proyecto artístico del Helicoide, y realiza una exposición antológica en la Galería Marcon IV, Roma, 1976. Manuel de Pedro lo incluye en su película Arte constructivo en Venezuela 1945-1965, con guión de Bélgica Rodríguez. Uno de los acontecimientos más resaltantes en la vida artística de Carreño fue su gran exposición antológica en el Museo Español de Arte Contemporáneo (Madrid, 1983), que incluyó 96 obras y fue montada en el MBA un año después. En aquella oportunidad, en Madrid, la crítica especializada le calificó como "el más latinoamericano de los pintores abstractos".

             


En 1985 se radica en París por cinco meses e inicia una etapa de síntesis abstracto-figurativa, centrada en el tema de los barcos, que durará hasta 1992. En 1991, obtuvo el título de arquitecto en la UCV. Siguiendo la huella de los años cincuenta explora un aspecto no desarrollado suficientemente de la organización de verticales y horizontales trabajadas como piezas o legos, sobre el mundo de la abstracción. La GAN posee una importante representación de su obra, entre ellas, piezas tempranas como Tríptico A (1951, esmalte sobre madera) y Composición geométrica (1959, laca sobre madera). Su papel como pionero de la abstracción geométrica no ha sido suficientemente subrayado por la crítica. Manuel Quintana Castillo precisó: "Omar Carreño es el clásico de los abstractos venezolanos: él ha sido para el abstraccionismo local lo que Juan Gris fue para el cubismo en su momento". Por su parte, Roberto Guevara ha concluido que sus imágenes "no sólo son transformables, sino que se convierten en el curioso ámbito de continuidad real-virtual, en sucesos de un espacio indeterminado. A tal punto se implican y confunden los planes reales y los resultados de reflejos y cambios internos. De una serie de colores y formas a otra, la profundidad se manifiesta también como negación de las dimensiones lógicas. Son imágenes remitentes, que pasan de un señalamiento espacial a otro. Que se refieren entre sí negando, por así decirlo, la realidad física de una realidad visual de las apariencias" (1981, p. 25).

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