Antoni Gaudí Jardines Artigas (1905)

Después de un exhaustivo estudio por parte de la Real Cátedra Gaudí, se determinó que los jardines que rodean la antigua Fábrica Artigas, en la provincia de Lleida, fueron proyectados por Gaudí. El arquitecto visitó al próspero industrial Joan Artigas i Alart en su casa de La Pobla de Lillet, donde recibió el encargo de diseñar el jardín.



La finca está ubicada a orillas del nacimiento del río Llobregat, por lo que el arquitecto tuvo la oportunidad de crear un jardín húmedo, el único de su obra. El solar es alargado y sigue, en todo su recorrido, el curso del río. Un puente marca la entrada natural al conjunto y lleva al visitante a la gruta y a una espectacular fuente natural llamada La Magnesia, nombre con el que popularmente se conoce el proyecto.

                  

Un sendero serpenteante conduce al segundo puente, donde la intervención de Gaudí consistió en levantar una pequeña glorieta de forma cilíndrica rodeada de muros de piedra seca y cubierta por una cúpula puntiaguda. Siguiendo el camino se llega al último de los puentes que ideó el arquitecto, donde las piedras cuelgan como si de estalactitas se tratase. Uno de los extremos del puente se convierte en una pérgola, que acoge a los visitantes y los resguarda de las posibles inclemencias del tiempo.















                  


         











Aparte de trazar y embellecer el recorrido a lo largo del río, Antoni Gaudí también dibujó numerosos parterres con flores y arbustos autóctonos, levantó pequeños muros recubiertos con piezas cerámicas y distribuyó varias esculturas por todo el parque, entre las que destacan las figuras de animales talladas en piedra.



Aunque el Park Güell se proyectó en un terreno seco, las similitudes con los Jardines Artigas son inconfundibles: el simbolismo de las esculturas, la utilización de la piedra y la madera, y la plantación de especies como las yucas, las palmeras o los rosales, que se trajeron del mismo Park Güell.

                         

En 1925, el arquitecto J. B. Serra Martínez, amplió la casa. Esta intervención supuso para el inmueble, en 1927, el premio al mejor edificio concedido por el Ayuntamiento de Barcelona.