El pintor inaugurará en diciembre una macroexposición en el National Art Museum of China, el museo de artes plásticas más grande del mundo
La carrera asiática del artista castellonense Juan Ripollés se mide a lo grande. Si en enero anunciaba otro salto en su trayectoria tras el encargo del magnate y mecenas de las artes Guang Tsao para decorar con sus esculturas tres de sus grandes parques ceremoniales en China y la capital taiwanesa, ahora añade otro reto. El pintor inaugurará el próximo diciembre una macroexposición en el National Art Museum of China (NAMOC), el museo de artes plásticas más grande del mundo, y se convertirá en el primer artista español con muestra monográfica en este espacio.
La exposición antológica, que mostrará obra reciente de Ripollés entre pintura, grabado y esculturas de distintos formatos, se ha gestado con el apoyo de la embajada española en Pekín.
El NAMOC exhibe tanto arte chino clásico y contemporáneo como obras de reconocidos artistas occidentales en sus más de veinte áreas expositivas. El nuevo museo, fruto de un concurso internacional de arquitectura que ha reunido a nombres como Frank Gehry o Zaha Hadid y que ha ganado finalmente Jean Nouvel –creador del Louvre Abu Dabi, el primer museo universal del mundo árabe- tendrá 130.000 metros cuadrados, que unidos a los casi 40.000 del actual edificio lo convertirán en el espacio museístico de artes plásticas más grande del mundo.
El hito artístico que coronará dentro de escasos meses sorprende al propio autor de la proeza, cuyo sello icónico y naif ha enamorado al público chino. Ripollés reconoce, entre risas, no tener “ni idea” del porqué de este éxito. Pero en China empieza a sentirse como en casa. Sus idas y venidas entre el que sigue siendo su espacio inspirador, el Mas de Flors (Sant Joan de Moró, Castellón), y el gigante asiático, son cada vez más frecuentes. De hecho, el artista se encuentra ahora entre Taichung (Taiwán) donde comparte estudio con un escultor local y proyecta nuevos prototipos de esculturas, y Fujian (China), donde supervisa los trabajos de fundición de una de las esculturas que el magnate taiwanés Guang Tsao le ha encargado para sus parques ceremoniales. “Aquí [en China] me siento querido, apreciado y a gusto y mi obra aún les gusta más que yo, pero tampoco tengo ni idea del porqué”, incide Ripollés.
Su entorno encuentra varias razones para explicar las muestras explícitas de este afecto, como el hecho de que le paren por la calle “para hacerse selfies con él”. A su peculiar indumentaria, en la que prima su pañuelo blanco con dos espárragos en los extremos protegiendo su cabeza, se une su arte icónico, fácilmente decodificable. Sus figuras volumétricas, reconocibles, coloristas. “Llama poderosamente la atención. Entienden su obra y les gusta como persona, porque es muy próximo, entrañable”, indica su círculo más cercano.
Esta primera incursión macro de un artista español en el NAMOC no hace sino relanzar la meteórica carrera del castellonense en Asia, que arrancó en mayo de 2012, cuando expone por primera vez en Pekín, en el World Art Museum de la capital china. Una carrera que alimentan ya otros encargos de relieve acumulados en los últimos meses. Desde su agencia señalan que ha llegado a un acuerdo con el Museo de Shandong para llevar la exposición del NAMOC una vez ésta concluya. Y a ello se suman los tres parques ceremoniales propiedad del magnate Guang T. Tsao, que salpicará con esculturas de gran formato. Son el Yuzi Paradise en Guilin, el Moon Lake Sculpture Park en Shanghai y la necrópolis ceremonial de ChinPaoSan en Taiwán, una de las más grandes del mundo y donde Ripollés será el primer artista español en tener obra. Tres gigantes paisajísticos en los que Guang Tsao ha seguido el legado de su padre, el billonario de origen taiwanés Rhy-Chang Tsao, y con los que refuerza su contribución a la arquitectura paisajística-ceremonial y al arte cosmopolita.
Además, Ripollés está trabajando en el diseño de varias esculturas para el empresario, urbanista y coleccionista de arte chino Lee Bo. El gigante asiático se pone a los pies del artista español. Del inquilino más famoso del Mas de Flors.
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