Sotheby's subaSotheby's subastó esta obra de Francis Bacon en formato digital a finales del mes de junio.
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El mercado del arte atrae a los grandes inversores que van a la caza de activos capaces de incrementar su valor en plena incertidumbre en los mercados más tradicionales como la construcción o la bolsa.
El confinamiento puso en riesgo la supervivencia de miles de negocios en la ciudad de Nueva York. Las galerías en el barrio de Chelsea no son una excepción. Abrieron en cuanto se lo permitieron en junio. Pero siguen vacías y se vieron forzadas a adoptar nuevas tecnologías de inmersión para responder a la nueva realidad del distanciamiento social. La situación es muy diferente en lo más alto del mercado del arte. Va completamente por libre, como Wall Street.
Hace tiempo que se habla de una burbuja que no termina de explotar en el negocio de las subastas. En situaciones como la actual se da además la circunstancia de que los inversores con efectivo tienen difícil dar activos que capaces de aguantar tanto su valor como las obras maestras de artistas que no están vivos. Por eso el 86% de los gestores de patrimonio aconsejan a sus clientes más acaudalados apostar por el mercado del arte como inversión de crecimiento a largo plazo. Se vio la subasta virtual que celebró a final de junio Sotheby´s, que incluía obras de una en vivo que debía haberse celebrado en mayo durante la semana grande de la primavera en Nueva York.
Toda la atención se centró en un tríptico de Francis Bacon, con el que se esperaban recaudar 60 millones de dólares. Se vendió por 84,6 millones y machacó el récord de 28,7 millones que un mes antes marcó el 'Femme au chapeau rouge' de Joan Miró tras una intensa puja.
Las restricciones impuestas por el coronavirus hacen imposible las subastas físicas. Eso obligó a los corredores de arte a ir todo online. Y por las cifras, está probando ser una alternativa lucrativa. Con su nuevo experimento virtual, Sotheby´s vendió trabajos por un total de 363 millones en dos días, por encima de los 250 millones de objetivo.
Su rival, Christie´s, también acudió al formato digital para atraer la atención de los superricos refugiados en sus mansiones y recaudó 421 millones. Charles Stewart, el consejero delegado de Sotheby´s, lo considera un resultado "extraordinario" pese a las dificultades y la incertidumbre económica provocada a escala planetaria por la pandemia. Asegura que la demanda por las obras de artes de calidad es "robusta" en todas las categorías. "El mercado está demostrando ser increíblemente resistente", afirma al tiempo que anticipa "un otoño excitante".
Hay dos factores detrás de este sustento que se combinan. Por un lado, está el poder de los inversores en Asia. Por otro, fue central el apetito de los coleccionistas más sofisticados. Y a estos se le suman nuevos clientes. Una tercera parte de las ventas las realizó compradores con menos de 40 años. Bank of America, en un informe a sus clientes, señala además que la inyección masiva de liquidez de la Reserva Federal funciona de estímulo en el mercado del arte. La rebaja de tipos por la vía cuantitativa, de hecho, llevó a los inversores a ir a la caza de nuevos lugares para poner el dinero. Los valores tecnológicos fueron los grandes beneficiarios de esta laxitud monetaria pero también activos tradicionales no relacionados con la economía digital como el oro, el arte o los coches antiguos. Lo que está claro también, es que las galerías, los museos y las muestras de artes llenas de gente parecen algo lejano en la memoria.
Una convulsión como la creada por el coronavirus funciona a la vez de catalizador y acelerador del cambio. Esta transformación hacia un formato virtual que surge de la realidad impuesta por el distanciamiento social es algo que también se ve en los museos. El Metropolitan empezó a ampliar su oferta online tres días después de cerrar en marzo. Esta semana volverá a abrir al público con la capacidad limitada. El MoMA y el Whitney también dan los últimos retoques a su plan.
El cambio tecnológico no es tan radical para Sotheby´s, Christie´s y Phillips, que llevan tiempo organizando pujas electrónicas. El reto es más bien replicar la tensión psicológica que se vive durante en la venta de arte en vivo, donde la especulación brilla en todo su esplendor. De hecho, antes de la pandemia, eran reacias a hacer subastas a gran escala online por temor a que ese frenesí se perdiera en el ciberespacio. La crisis, además, les obligó a hacer recortes para conservar liquidez. Pese a esta resistencia del mercado del arte y al incremento del 500% en las ventas online, los ingresos combinados de las tres mayores casas de subastas progresaron hasta mediados de julio a la mitad del volumen que hace un año, según ArtTactic.
Los expertos anticipan, además, que la recuperación a partir de ahora será desigual y dependerá también del resultado de las presidenciales en Estados Unidos. Los precios podrían al mismo tiempo bajar en otoño por una mayor ofrecer de obras. El inicio de 2020 fue especialmente complicado para Christie´s, que vio caer un 60% las ventas en las subastas en el primer semestre tras un mes de mayo sin nada de negocio por las cancelaciones. En el caso de Phillips la contracción fue del 47% mientas que para Sotheby´s fue del 37%. Por categorías, los viejos maestros fue la que menos sufrió, con un 22%, comparado con el 34% de los artistas de postguerra y contemporáneos y el 68% en impresionistas y arte moderno.
Este boom repentino del mercado del arte gracias a las subastas digitales para los superricos plantea a su vez un dilema, porque refuerza el ciclo en el que los dueños de estos activos incrementa más su riqueza mientras la clase media queda rezagada en el proceso de recuperación de la economía. Y si la desigualdad sigue aumentando, también lo harán las voces que demandarán medidas como elevar los impuestos a la élite. Eso podría tener implicaciones para la industria del arte.
Fuente
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n formato digital a finales del mes de junio.
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