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jueves, 11 de febrero de 2021

Ana Cela, la filóloga que gestiona el otro gran 'tesoro' del Thyssen

 La tienda del museo es toda una referencia mundial por su cuidada selección de marcas artesanas y actuales a las que reta a inspirarse en las obras de la pinacoteca. Factura al año tres millones de euros.

Ana Cela, hace unos días, en la tienda del Museo Thyssen.
Ana Cela, hace unos días, en la tienda del Museo Thyssen. FOTOS: BERNARDO DÍAZ

Hubo una época no muy lejana donde el mundo del souvenir era un toro y una flamenca. Encontrar un recuerdo/regalo bonito vinculado a un museo o un monumento era misión imposible y cuando los había eran feos. Afortunadamente, en la última década este mundo ha dado un giro de 360º. Y en esto ha tenido bastante que ver la protagonista de esta historia, Ana Cela (58). Esta licenciada en Filología Hispánica llegó hace 14 años al Museo Nacional Thyssen Bornemisza de Madrid para encargarse de la tienda y las publicaciones. Y ha convertido el espacio en un referente mundial, con una facturación media anual de tres millones de euros.

"Todo lo que vendemos en la tienda tiene un vínculo con alguna obra del museo. Es lo que nos diferencia", dice delante de los diseños de La Casita de Wendy, una de las últimas colaboraciones que han cerrado. "Me gusta aunar arte, diseño y artesanía"... y también busca el enfoque sostenible "tanto en productos como en el packaging". Ecoalf, marca 'ecofriendly' de referencia, ha sido otro de los fichajes recientes.

Las mascarillas han sido producto estrella de la temporada.
Las mascarillas han sido producto estrella de la temporada.

Ana no pierde detalle de lo que ocurre alrededor. En la era prepandemia recorría ferias y ciudades a la caza de tendencias y marcas que podrían encajar en su filosofía. Ahora instagram y los paseos por Madrid que permiten las restricciones son su radio de actuación. "A veces he entrado en una tienda que me ha gustado y le he dicho a la persona: te regalo una entrada al Thyssen y me tienes que hacer una propuesta de tu producto vinculada a alguna obra".

Ailanto -que ya prepara su segunda incursión-, Swatch, Lomography, Peseta, Taller Silvestre, Helena Ronher, Piamonte, Ibride, mantas Ezcaray... son algunas de las firmas que son parte de la familia. Hay joyas, agendas, bolsos, tazas, chapas, jerséis, abanicos, delantales, libros, cojines, camisetas, posters, lápices, vajillas, juguetes, paraguas, bufandas y calcetines -lo más vendido-, por citar los más destacados."Intento ser lo más local posible. Hay alguna marca extranjera, pero predominan las nacionales", explica Ana. Las mascarillas y los geles hidroalcohólicos también se han colado en la fiesta. "Y con un éxito increíble".

Ecoalf, una de las últimas marcas en incorporarse a la tienda.
Ecoalf, una de las últimas marcas en incorporarse a la tienda.

Antes de aterrizar en el Thyssen, Ana trabajó en Aldeasa, en la sección Palacios y Museos. Gestionaba tiendas de museos, llevaba publicaciones y papelería". Hasta que empezó a meterse en producto y aquello la enganchó. "Recuerdo cuando fui a la catedral de Toledo y en la tienda había una mujer haciendo ganchillo y se vendían seis postales y poco más". Ahora en el Thyssen tienen hasta productos gourmet, donde no falta el aceite de oliva virgen extra, el chocolate -de Ascaso-, los vinos y las mermeladas -elaboradas con fruta de temporada-.

El primer pedido que hizo se lo mostró a la baronesa Thyssen, quien eligió buena parte de lo que fue a tienda. Ese año, las ventas se duplicaron. "De los dos millones pasamos a superar los 4. Fue un año excepcional", recuerda Ana, quien reconoce que a estas alturas goza de una gran libertad a la hora de trabajar. "Antes iba a París y a Londres y me sorprendían muchas cosas. Ahora, casi nada. De las tiendas de museo que me parecen espectaculares, me quedo con la del Museo de Historia de Tokio".

Cámara de Lomography que reproduce detalles de Portuguesa (la gran Portuguesa). Robert Delaunay, 1916.
Cámara de Lomography que reproduce detalles de Portuguesa (la gran Portuguesa). Robert Delaunay, 1916.

Las exposiciones temporales del museo también marcan la agenda de la tienda. "Solemos hacer colecciones que están tres meses a la venta y luego las retiramos". Las firma la diseñadora y artista plástica Carlota Pereiro, quien se empapa de la vida y obra del artista para pensar qué pueden hacer. "No es sólo coger un cuadro y reproducirlo". Una vez decidimos lo que vamos a hacer hay que buscar quién lo hace, elegir materiales... "Todo es producción propia". La próxima exposición en el calendario es Georgia O'Keeffe, artista estadounidense conocida por sus pinturas de flores, los rascacielos de Nueva York y sus paisajes de Nuevo México.

A diferencia de otros museos, la tienda tiene acceso directo desde la calle, no hace falta pagar la entrada para acceder, como ocurre en el Prado, por ejemplo. "Nuestro público es mayoritariamente nacional. Del extranjero, proceden de la UE, Reino Unido y EEUU, por ese orden". En 2020, la web ha sido su salvación. "La abrimos en 2010 y la renovamos en 2017. El año pasado vendimos un 25% más a través de ella".

Creaciones de La casita de Wendy.
Creaciones de La casita de Wendy.

Le gusta su trabajo. Eso se nota. Y parece que siempre va un paso por delante. Es menuda y expresiva. Lleva un estiloso vestido azul asimétrico y pulseras de Elena Ronher. "Me gustaría hacer productos con los Picassos de la colección, pero el tema de derechos de autor lo dificulta", reconoce. De marcas, ya tiene en su radar a Camper, a quien quiere proponer hacer unas zapatillas. Está claro que el souvenir hace tiempo que es otra historia...

DelicaThyssen ofrece mermeladas, vinos, mejillones, chocolate...
DelicaThyssen ofrece mermeladas, vinos, mejillones, chocolate...

Fuente
https://www.elmundo.es

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