Se revalorizan las esculturas y suben sus precios en las subastas

Aunque la pintura siempre fue la preferida del mercado del arte, las esculturas ganaron valor en los últimos años. Muchas ya superaron los u$s 10 millones en ventas

Siempre fue la pintura la preferido en el mercado de arte, en detrimento del dibujo, del grabado e insólitamente de la escultura. 
Pero en la última década las cosas están cambiando; son muchas las esculturas que se han vendido en subastas en más de u$s 10 millones. 
El más demandado es el suizo Alberto Giacometti, fallecido en 1966, con sus lánguidas y dramáticas figuras. Su obra y las fundiciones en bronce fueron muy bien cuidadas y catalogadas por la fundación que lleva su nombre y por el inolvidable marchand, Beyeler. 
De la mayoría de sus obras hay ocho piezas en bronce numeradas del uno al seis y, generalmente, hay también dos pruebas de artista; cuatro de estas obras en bronce se vendieron en más de u$s 50 millones; 24, en más de u$s 10 millones y el año pasado fue el de mayor volumen en sus ventas. 
En el caso de Amadeo Modigliani son sus obras talladas en piedra las que alcanzan mayor valor. Se discute si realizó 20 o 30 de ellas, que fueron creadas durante dos años, ya que luego la frágil salud y los excesos del artista no le permitieron el duro trabajo de esculpir. 




Hace cuatro años se vendió una muy bella en París en u$s 52 millones, y otra muy similar el año pasado, en u$s 71 millones, lo cual implica una valoración del 36% en cuatro años. 
Hay que pensar que en 20 años solamente han salido a la venta cuatro piedras del italiano y las otras dos eran pequeñas. Influyó mucho en él un genio, como era el rumano Constantin Brancusi, quien le enseñó que simplificando todo es mejor. 
También Brancusi es muy demandado; la mayoría de sus obras son en bronce, aunque su mayor valor fue por una talla en madera de 117 cm con influencia africana, titulada Madame L.R., que fue vendida en u$s 33 millones. Uno de sus bronces, "Pájaro", de 122 cm, fue vendido en u$s 24,5 millones. 
Otro escultor con un gran mercado es el inglés Henry Moore. De él se vendió una de sus figuras recostadas en u$s 30 millones. 
Un caso particular es el de Henri Matisse; algunos de sus bronces se pagaron más que sus coloridas pinturas; una se vendió en u$s 44 millones en 2010. 



Un caso aparte es el de Jeff Koons (1955). Sus obras en acero de diferentes colores y sus cerámicas alcanzan precios astronómicos. Su obra "Perro globo" se vendió en u$s 58 millones y hay otras cuatro más disponibles en distintos colores. Otra obra titulada "Tulipanes"‘ fue comprada por Steve Wyn de Las Vegas; está a la entrada del teatro del hotel y si le pagan u$s 50 millones la vende, ya que le costó u$s 34 millones. Parece que los colores de sus metales importan, ya que su escultura "Balloon", en color magenta, se pagó u$s 25 millones y dos años después salió la misma, pero en azul, y se vendió solamente en u$s 17 millones; números surrealistas para nosotros. 


Su actual exposición en París es el mayor éxito, aunque han retirado dos obras por acusaciones de plagio, que creemos perderá el artista. Una de ellas son dos niños en cerámica, que en su momento se vendió en u$s 13 millones y es copia literal de una foto de dos niños de un fotógrafo. Más de 14 esculturas del marketinero artista se han vendido superando los u$s 10 millones. 
En nuestro país los escultores mejor valuados son Pablo Curatella Manes, Líbero Badii, Gyula Kosice y Alberto Lagos. Vivir con esculturas es un gran privilegio; la tridimensionalidad permite disfrutarlas en forma variada; con un pequeño movimiento las sensaciones son diferentes; además, cuando el material lo permite, podemos colocarlas en exteriores y en comparación a las grandes firmas de la pintura son mas económicas que los lienzos con colores.

por ignacio guitiérrez zaldívar Especial para El Cronista Comercial

Fuente
http://www.cronista.com/