La Casa de las Américas lamenta la pérdida del artista cubano y Premio Nacional de Artes Plásticas, René de la Nuez, quien nos acompañó con su obra en múltiples ocasiones
No solo dentro de la caricatura y el humor gráfico cubano René de la Nuez es un nombre indispensable. Su obra, con los inolvidables personajes del Loquito, Don Ciñazo o Barbudo, se incluye desde 1976 entre la de los mejores cien caricaturistas del mundo, según una encuesta promovida por la Casa del Humor y la Sátira de Gabrovo, en Bulgaria. La trascendencia creativa de su trabajo y el nivel de análisis alcanzado han sido imprescindibles para entender el imaginario social cubano por más de 50 años y lo continúan siendo aun después de su muerte este 6 de enero.
La Casa de las Américas recuerda el primer encuentro con De la Nuez en 1972, durante el Primer Encuentro de Plástica Latinoamericana, donde participó con dos de sus obras: Fuga de Cerebros y Mi deber, ambas con la técnica de dibujo y las cuales se conservan hoy en la Colección Arte de Nuestra América Haydée Santamaría, al igual que otras presentadas en los encuentros de 1973 y 1976, como La rendija en el bohío, La lección de Anatomía y Angola no está sola.
Aunque la Casa no tuvo el privilegio de contar con una exposición personal de su obra, sí pudo disfrutar de la integración de su arte a la lucha colectiva de los pueblos durante estos Encuentros de Plástica Latinoamericana. Lo mismo él, que otros artistas como Mariano Rodríguez, Lesbia Vent Dumois, Julio Le Parc y muchos otros, demostraron en aquellas citas su confianza en el desarrollo de la conciencia revolucionaria, a través de la unidad cultural latinoamericana. “Arte revolucionario es el que surge del pueblo creando las formas plásticas necesarias para su propio desarrollo”, dijo entonces René en el catálogo del primer encuentro.
Más recientemente, en 2003, durante la Subasta Humanitaria organizada por la Casa, René donó una de sus piezas a la sala de oncología infantil del Hospital de Santa Clara. En aquella ocasión todos los fondos recaudados se donaron a la institución de salud y participaron también otros de sus colegas artistas como Tonel, Kcho, Montoto y René Peña.
En 2011 también lo vimos recorriendo estas salas durante la temporada de verano Va por la Casa, en la cual ofreció un taller de dibujo para niños. Allí recordó los trazos iniciales de sus famosos personajes y compartió con los infantes buena parte de sus experiencias como dibujante y caricaturista. Un oficio que selló con el arte, pero que desarrolló también durante su paso por numerosas publicaciones periódicas como el semanario humorístico Zig-Zag y el diario Granma.
Además del Premio Nacional de Artes Plásticas, René de la Nuez contaba con otros reconocimientos como el premio Hernández Cárdenas en costumbrismo en 1966; el premio del semanario Eulenspiegel, de la República Democrática Alemana, por la obra La Gallina de los huevos de oro, en 1983, y en ese mismo año el premio Jean Effel por su obra Vencerá la vida. Además, había merecido el premio de periodismo Juan Gualberto Gómez, de 1960; la Orden Lázaro Peña de Primer Grado y la Distinción por la Cultura Cubana. Igualmente, las medallas Raúl Gómez García, Alejo Carpentier y la Medalla de Oro de la Bienal de Humor Gráfico de Castilla en 2007.
La Casa, como otras instituciones culturales que resguardan su trabajo creativo, se suma ahora a las condolencias por su pérdida y lo recuerda como uno más de los grandes creadores del arte y el humorismo gráfico contemporáneos. Fuente http://laventana.casa.cult.cu/
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