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domingo, 8 de febrero de 2015

Las obras que se disputarán los coleccionistas de arte


Bogotá_
Obras destacadas de artistas latinoamericanos serán el foco de la puja de varios coleccionistas del país el próximo lunes en el Gran Salón del Club El Nogal, en la subasta que marca la apertura de la temporada de arte en la capital. De los 68 lotes originales de arte colombiano y algunas piezas de arte latinoamericano, ocho obras concentran la atención de los compradores, referenciadas en esta página.





Los conocedores del arte esperan no irse con las manos vacías y obtener al mejor precio su obra de interés, aunque algunos no escatimarán valor alguno por las que consideran un gran tesoro para su colección y una buena inversión.

Los coleccionistas, inscritos previamente, visitaron la muestra para determinar las obras de su interés y estimar el valor máximo que estarían dispuestos a pagar por ellas. Diego Quintero, poseedor de una colección de 20 piezas, en su mayoría cuadros y arte contemporáneo, explica que se debe ir con cautela a las subastas para no dejarse llevar por la emoción. Por su parte Diego Carrizosa, poseedor de obras de Roda, Obregón y Negret, dijo que cuando elige una obra en una subasta, se fija en que el precio esté por debajo del comercial, y que sea de un periodo importante del artista.



La importancia de las subastas
Las casas de subastas son un importante jugador dentro del mercado del arte. A estas llegan obras importantes, que no se consiguen en otro lado a precios tan competitivos. Para el coleccionista y socio de Bogotá Auctions José Darío Gutiérrez, “es un importante mecanismo que da transparencia y deja constancia de lo que pueden ser precios justos por obras”.



Felipe Grimberg, coleccionista y comerciante de arte, autor del libro ‘Vendiendo a Botero’, en 30 años de carrera ha comprado y vendido más de 440 de sus obras. Para él, una obra se valoriza cuando el artista tiene trayectoria, una carrera sólida, hace un trabajo serio y mantiene una línea. El año pasado las ventas en subasta de Botero sumaron casi US$21 millones y en noviembre de 2014 se vendió la escultura en bronce monumental ‘Adán y Eva’ por un precio récord de US$2,6 millones.

El arte es un importante fondo de inversión, por lo que muchas personas con altos niveles de riqueza compran obras de artistas reconocidos. Incluso corporaciones y empresas se han dedicado a comerciar obras de arte, y hay bancos que brindan asesoría. Los que han invertido, de manera consciente y planificada, han logrado colecciones de gran valor. Por ejemplo, un óleo sobre tela de 1964 de Fernando Botero, en 1987 se vendió por US$45.000 en una subasta, y hoy supera los US$200.000.

Dinámica de la subasta
Cada obra tiene un rango estimado de venta, denominado en pesos colombianos, y un equivalente aproximado en dólares. El estimado es determinado por expertos y toma en cuenta la calidad y singularidad del bien, además de su condición y proveniencia. Un lote se puede vender dentro del rango estimado, por encima, y algunas veces por debajo. El Premium es el honorario que cobra la casa de subastas al comprador de un lote y se suma al precio del martillo. La casa de subastas también cobra una comisión al vendedor por su servicio.

US$2,6 millones fue el valor de venta de la obra ‘adán y eva’ de botero, subastada en noviembre de 2014.

Benjamín Creutzfeldt, martillo en la subasta
De nacionalidad inglesa y alemana, es sinólogo con maestría en historia de artes de Asia en Soas, Universidad de Londres. Trabajó durante cinco años como subastador y experto en arte chino en la casa de subastas Christie’s de Londres, y actualmente es profesor del Cesa en Bogotá, gerente de la empresa Keramis, y socio de Bogotá Auctions. “Ser martillo es un oficio como el de un actor y director de orquesta, es algo de una gran pasión. En las subastas se establece la coyuntura de un mercado, es absolutamente transparente y ágil, el martillo debe controlar el tiempo de un minuto por pieza. Para vender hay tiempo, para comprar es rápido”, explica Creutzfeldt.

Las obras

Sin Tít. de Guillermo Wiedemann – 1961
$50 millones es el precio máximo del rango estimado para esta obra.

Salcedo - 1969
$30 millones es el precio máximo del rango estimado para esta obra “caja amarilla” de bernardo salcedo.

Caribea de Alejandro Obregón – 1982
$6 millones es el precio máximo estimado para la pieza de obregón.

Río cauca de ricardo gómez - 1954
$45 millones es el precio máximo estimado para este lote.

Decoración de Beatriz González – 1981
$69 millones es el precio máximo del rango estimado para esta obra.

Bodegón de Freda Sargent – ochentas
$12 millones es el precio máximo estimado para esta obra.

Paisaje de Jesús María Zamora – 1914
$40 millones es el precio máximo del rango estimado para esta obra.

Eduardo Ramírez – 1986
$35 millones lo máximo estimado para ‘Manto emplumado’

Las opiniones

José Darío Gutiérrez
Coleccionista de arte y socio de Bogotá auctions
“Para que un mercado de arte funcione adecuadamente es importante que todos los elementos que lo constituyen estén presentes”.

Samir Estrada
Coleccionista de arte
“Cuando compro arte tengo en cuenta que me guste y sea una obra reputada, de un artista con trayectoria, fácilmente transable a futuro”.

Timothée de Saint-Albin
Director de Bogotá auctions

“El precio de la obra depende del momento en que se venda. Si hay dos coleccionistas muy interesados, puede subir mucho el valor”.

Para contactar al autor de esta nota:
Rayza Zambrano Triana
rzambrano@larepublica.com.co
Editor de esta nota:
Camilo Giraldo
cgiraldo@larepublica.com.co

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