NORA MÁRQUEZ
En el Museo de Arte Ruso de Málaga se podrá visitar hasta octubre de 2015 la exposición “Arte Ruso. De los iconos al siglo XX”. En esta muestra se realiza un recorrido por la Historia del Arte Ruso comenzando por iconos de inspiración bizantina para terminar con obras de la época soviética.
La historia de la pintura rusa comienza con la cristianización de Rus, en torno al 860, cuando el intercambio cultural con el Imperio bizantino llevó allí la tradición de la pintura de iconos. Con éstos, empieza también, esta exposición. Encontramos siete temperas realizadas sobre tablas en los que predominan los colores rojizos y dorados. La pintura religiosa se convertiría así en género predominante hasta el siglo XVIII.
La occidentalización del país en este siglo eliminó el carácter religioso de la pintura y se relacionó con los finales del Barroco que se desarrollaba en el resto de Europa. Para conseguir este cambio fueron atraídos a Rusia artistas extranjeros y se enviaron a jóvenes rusos a estudiar a los maestros italianos, franceses e ingleses. Además se crearon importantes museos como el Hermitage. En esta época destacaban, el paisajismo y los retratos que ensalzaban a la nobleza. Un artista destacado en esta corriente fue Dmitri Levitski, retratista de Catalina II. En el Museo Ruso de Málaga podemos admirar su obra “Retrato de Catalina la Grande (1729-1796)”.
Después de gran influencia de estéticas extranjeras en el siglo anterior, en el s. XIX se opta por el establecimiento de una escuela de arte genuinamente rusa. Durante el romanticismose prefirieron retratos intimistas de caracterización psicológica, paisajes mediterráneos idílicos o escenas históricas dramáticas. Destaca “Aparición de Cristo al pueblo” deAleksándr Ivánov, obra a la que dedicó 20 años de su vida. En el museo encontramos varias obras de Ivánov, entre ellas “Figura de Cristo” que serviría como estudio previo a la obra antes comentada. También, romántica, podemos ver la obra “Esfinges en el muelle ante la Academia de Bellas Artes de San Petersburgo” de Maxim Voroviev.
Tras el romanticismo, el movimiento realista nace con la idea de que el arte no debía apartarse de la realidad, sino explicarla y juzgarla. Esto, junto con la aparición de un interés por la historia de Rusia explica que muchos artistas se volcaran en mostrar escenas de la vida popular. No obstante, la Academia Imperial seguía prefiriendo los temas románticos. Por ello, en 1863, trece artistas insatisfechos crearon la llamada Peredvízhniki (Sociedad de exposiciones ambulantes), que pretendía recuperar cierta tradición pictórica rusa, en particular la pintura de iconos, pero con un tratamiento naturalista. Tuvo un enorme éxito y llegaron a un público mucho más amplio, lo que obligó a la Academia a aceptar esta corriente. Isaac Levitan fue uno de los miembros de esta sociedad y el paisajista más destacado de la época. En el Museo Ruso podemos ver su obra “Estanque abandonado”.
A finales del siglo XIX nació el grupo Mundo del Arte (Mir Iskusstva) fundado por el pintor y escenógrafo Léon Bakst, Alexandre Benois y Serguéi Diáguilev, a quien está dedicada la exposición temporal. Sus ideas eran más liberales y más abiertas a las influencias de Occidente que los ambulantes. Por lo que se adoptaron estilos modernistas. Su intención era hacer un arte accesible a todos, por lo que escogieron materiales más baratos como el gouache y la acuarela y redujeron la escala de sus trabajos.
Fuente
http://www.elglobomalaga.es
En el Museo de Arte Ruso de Málaga se podrá visitar hasta octubre de 2015 la exposición “Arte Ruso. De los iconos al siglo XX”. En esta muestra se realiza un recorrido por la Historia del Arte Ruso comenzando por iconos de inspiración bizantina para terminar con obras de la época soviética.
La historia de la pintura rusa comienza con la cristianización de Rus, en torno al 860, cuando el intercambio cultural con el Imperio bizantino llevó allí la tradición de la pintura de iconos. Con éstos, empieza también, esta exposición. Encontramos siete temperas realizadas sobre tablas en los que predominan los colores rojizos y dorados. La pintura religiosa se convertiría así en género predominante hasta el siglo XVIII.
La occidentalización del país en este siglo eliminó el carácter religioso de la pintura y se relacionó con los finales del Barroco que se desarrollaba en el resto de Europa. Para conseguir este cambio fueron atraídos a Rusia artistas extranjeros y se enviaron a jóvenes rusos a estudiar a los maestros italianos, franceses e ingleses. Además se crearon importantes museos como el Hermitage. En esta época destacaban, el paisajismo y los retratos que ensalzaban a la nobleza. Un artista destacado en esta corriente fue Dmitri Levitski, retratista de Catalina II. En el Museo Ruso de Málaga podemos admirar su obra “Retrato de Catalina la Grande (1729-1796)”.
Después de gran influencia de estéticas extranjeras en el siglo anterior, en el s. XIX se opta por el establecimiento de una escuela de arte genuinamente rusa. Durante el romanticismose prefirieron retratos intimistas de caracterización psicológica, paisajes mediterráneos idílicos o escenas históricas dramáticas. Destaca “Aparición de Cristo al pueblo” deAleksándr Ivánov, obra a la que dedicó 20 años de su vida. En el museo encontramos varias obras de Ivánov, entre ellas “Figura de Cristo” que serviría como estudio previo a la obra antes comentada. También, romántica, podemos ver la obra “Esfinges en el muelle ante la Academia de Bellas Artes de San Petersburgo” de Maxim Voroviev.
Tras el romanticismo, el movimiento realista nace con la idea de que el arte no debía apartarse de la realidad, sino explicarla y juzgarla. Esto, junto con la aparición de un interés por la historia de Rusia explica que muchos artistas se volcaran en mostrar escenas de la vida popular. No obstante, la Academia Imperial seguía prefiriendo los temas románticos. Por ello, en 1863, trece artistas insatisfechos crearon la llamada Peredvízhniki (Sociedad de exposiciones ambulantes), que pretendía recuperar cierta tradición pictórica rusa, en particular la pintura de iconos, pero con un tratamiento naturalista. Tuvo un enorme éxito y llegaron a un público mucho más amplio, lo que obligó a la Academia a aceptar esta corriente. Isaac Levitan fue uno de los miembros de esta sociedad y el paisajista más destacado de la época. En el Museo Ruso podemos ver su obra “Estanque abandonado”.
A finales del siglo XIX nació el grupo Mundo del Arte (Mir Iskusstva) fundado por el pintor y escenógrafo Léon Bakst, Alexandre Benois y Serguéi Diáguilev, a quien está dedicada la exposición temporal. Sus ideas eran más liberales y más abiertas a las influencias de Occidente que los ambulantes. Por lo que se adoptaron estilos modernistas. Su intención era hacer un arte accesible a todos, por lo que escogieron materiales más baratos como el gouache y la acuarela y redujeron la escala de sus trabajos.
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http://www.elglobomalaga.es
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