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viernes, 8 de mayo de 2015

HONG KONG ES ARTE


Hong Kong es arte
                        Parte de la exposición Earth to Fuckface de Friedich Kunath en la galería White Cube.

Recientemente un tapiz tibetano se vendió por la escalofriante cantidad de 42 millones de euros. Y en los últimos años del Art Basel, los compradores saltan sobre castillos hinchables. Nonie Niesewand nos lo cuenta.

La magnate Pearl Lam, dueña de galerías de arte en Shanghái y Londres, se encuentra en la sede de Hong Kong, donde hoy ocurre todo. Un oligarca ruso, con avión privado, está interesado en la obra de Su Xiaobai, expuesta en una de sus galerías. Un comisario de uno de los grandes museos de arte moderno de Asia discute con ella sobre exposiciones monográficas. Y Lam trata de ilustrarme sobre caligrafía taoísta, budista y china. Con un Balenciaga blanco y el pelo violeta, unos Louboutins de 12 centímetros y pulseras del tamaño de unos manguitos, Pearl Lam parece una obra de arte.
“Me veo como un puente entre el este y el oeste”, apunta mientras toma un té oolong en una taza elíptica de porcelana. Sobre un sofá del diseñador Danful Yang, una pieza entre unasilla Chippendale con un sofá Luis Nosecuantos en oro, habla enérgicamente.
Hong Kong ocupa un lugar destacado en la escena  internacional del arte. Los coleccionistas y marchantes llegan en masa atraídos por su política libre de impuestos y por el idioma del negocio, el inglés. Como capital del arte en Asiadesafía a Londres y Nueva York con sedes de las galerías más punteras del planeta y, por supuesto, con el festival estrella del año: Art Basel Hong KongEl arte vive su mejor momento en la ciudad más diminuta de la tierra.
Mi primera sorpresa es comprobar cuánta tierra le ha ganado al mar: el edificio de HSBC de Norman Foster y el IM Pei del Banco de China (iconos de la arquitectura del sXX construidos en el litoral) se hallan hoy lejos de la orilla. Sus ciudadanos bromean: el puerto Victoria, entre Kowloon y la isla de Hong Kong, será pronto el dique Victoria.
El que será el espacio más importante del mundo del arte está en construcción, sobre 40 hectáreas de tierra recuperada del Kowloon, y tan colosal como para convertirse en el barrio cultural del oeste de Kowloon (WKCD). Con un coste de 1.800 millones de euros y una apertura por fases, WKCD acogerá una ópera, galerías de arte, un pabellón, un escenario al aire libre y el M+Museum (diseño del siglo XX y XXI y arquitectura), en un edificio deHerzog & de Meuron que parece un rascacielos tumbado. 
Hong Kong es arte
Vista del distrito Central.
Christian Schaulin
El ejército de Terracota de Antony Gormley, Asian Field, aterrizará aquí, así como la famosa barra de sushi en granito del japonés Shiro Kuramata. El mejor lugar para ver cómo se levanta el WKCD es desde el bar Ozone, en lo alto del hotel The Ritz-Carlton. En esta ciudad de cifras superlativas, este bar es por lo visto el más alto del mundo. Usa los prismáticos en unas cabinas diseñadas por la japonesa Wonderwall, con asientos en forma de tiestos sorprendentemente cómodos. Una buena manera de entrar en estado de shock con la factura, también por las nubes, de los cócteles. 
LAS TIENDAS DEL CENTRO SE MAQUILLAN CON ARTE 
En el núcleo urbano, un bosque de centros comerciales y sedes bancarias en rascacielos, los viejos y anodinos edificios coloniales se han remodelado. Por el momento son 15 edificios, entre la antigua comisaría central de la policía y Victoria Gaol, los que hoy son centros de arte y patrimonio. Todo gracias a la inyección de presupuesto del filántropo Jockey Club(que organiza carreras en Hong Kong desde la década de 1860) y la colaboración profesional de arquitectos como Herzog & De Meuron.
A unos cientos de metros de la galería londinense White Cube, el edificio neoclásico Pedder, levantado por los británicos en 1924, se ubican reputadas galerías internacionales como la neoyorquina Gagosian, con exposiciones monográficas de artistas de la talla de Giacometti o Damien Hirst, y la hongkonesa Hanart TZ, que exhibe a los mejores artistas chinos, como Gu Wenda.
Hong Kong es arte
D. R.
Cuando acudí a Art Basel HK, participé en una iniciativa junto a un moderno grupo haciéndose selfies durante la inauguración de los edificios del Police Married Quarters (PMQ), hoy un animado centro de diseño. Abandonados durante una década, los anodinos pero respetables edificios gemelos, levantados en la década de los cincuenta, se usaron como localización de películas de terror. En el mismo lugar donde un policía trata de resucitar a su esposa con medicina china (Going Home de Peter Chan), Swarovski participó en Art Basel con una colosal luna llena, hecha con 8.000 topacios. En PMQ encontrarás firmas hipsters de Hong Kong como los zapatos de cuero brocado de BlkSheep Empire; zapatos artesanos con tigres tatuados G.O.D (The Goods of Desire), pendientes con forma de sandía deThe Refinery y los candelabros de coral rojo en Lala Curio.
La oferta culinaria es internacional: tapas en Vasco, hamburguesas y burritos en Wilburs, comida china en Sohofama y vanguardia británica en Aberdeen Street Social de Jason Atherton. Prueba elsalmón marinado en remolacha y los huevos de corral en haggis con cortezas. Si crees, como me ocurrió a mí, que Hong Kong es el lugar para comprar tecnología a buen precio, relojes falsificados y bolsos, te quedaste en el siglo pasado. 
Hong Kong es arte
El restaurante francés Bibo.
Christian Schaulin
CUANDO LOS ARTISTAS REMUEVEN EL PASADO 
Alan Lo, un amable chino anglófilo ha abierto numerosos restaurantes, vinotecas y cafeterías en edificios retro de Hong Kong. En el bar The Pawn, en el viejo Woo Cheong Pawn Shop, de la década de 1890, hay Chesterfields de cuero y bancos de madera propios de un club de caballeros, y el chef británico Tom Aikens supervisando la cocina. En The Principal, en un antiguo colegio y con dos estrellas Michelin, el chef Jonay Armas sirve un menú internacional (lechón cocido con puré de limón, venado con castañas y alcachofas de Jerusalén) y 700 referencias vinícolas mundiales.
“Soy un apasionado de la conservación de edificios antiguos y de darles una nueva vida”, me comenta. Como director de los Embajadores del Diseño de Hong Kong, ese sentimiento resulta mucho más valioso para la ciudad que cualquier placa azul de Londres, que vinculan edificios con alguna celebridad o hecho histórico.
Lo es cofundador de Duddell’sla casa de arte más conocida de la ciudad. Diseñada por Ilse Crawford en una mansión art déco recuerda al Chelsea Arts Club de Londres, sin esa actitud soberbia pero con una comunidad orgullosa. Aquí suena jazz y se aloja un elegante restaurante cantonés de dos estrellas Michelin, una terraza y una biblioteca. El arte contemporáneo que cuelga de sus paredes es un entretenimiento en sí mismo.
Hong Kong es arte
El complejo PMQ.
Christian Schaulin
Lo prepara el lanzamiento de un hotel (para  2017) en el margen más descuidado de Kowloon, a siete minutos en coche desde el futuro West Kowloon Cultural District. El hotel sin nombre aún lo está diseñando Thomas Heatherwick como “un alojamiento con la historia y legado de su arquitectura”. Unas palabras que no suelen escucharse en una ciudad de rascacielos.
Le pregunté a Lo en qué otros lugares solía comer la comunidad artística. Me llevó a Ammo, un bistró en un antiguo vertedero de municiones que alberga el Asia Society. Los arquitectos norteamericanosTod Williams y Billie Tsien diseñaron una caja de cristal en un escenario que recuerda a la jungla de Parque Jurásico. El diseñador Joyce Wang cuenta con instalación: una tubería de cobre en forma de casquillo de bala. Wang también diseñó el restaurante Mott 32, en lo que fue caja fuerte del Standard and Chartered Bank, que recordaba al hogar de los emigrantes chinos (años treinta), y tan glamuroso como uno de los escenarios de Chinatown.
Hong Kong es arte
Christian Schaulin
FUERA DEL CIRCUITO, SURGE UNA NUEVA FIEBRE DEL ‘LOFT’ 
Desde que China se llevó toda su producción al continente, las fábricas vacías y almacenes de Hong Kong han sido ocupadas por artistas y diseñadores, creando una floreciente escena de lofts en las áreas industriales, a la altura del SoHo de Nueva York y de los Docklands londinenses. Y sabes que funciona cuando ves llegar a los elegantes clientes de The Peninsula a Fo Tan y Wong Chuk Hang a bordo de un Mini Clubman con chófer.
En Wong Chuk Hang, la heredera americana Mimi Brown coordina su asociación Spring Workshop, en el amplio espacio de un almacén de ropa abandonado, sepultado bajo el humo de tubos de escape y rodeado de grúas amarillas. Desde su centro de operaciones, cuyas paredes lucen papel rosa pintado a dedo por niños, Brown organiza atrevidos programas artísticos que concentran la atención en la remota Central, a un viaje en bus. En 2016 inauguran su propia estación de metro.
Hong Kong es arte
Christian Schaulin
Donde una vez  trabajaban máquinas de coser, hoy rapea Gujarati sus canciones de protesta,mientras que en Astro Turf, la terraza de Brown, artistas y agrónomos recolectan sus cultivos comestibles, esculpen la comida y graban sus experimentos. Una de sus publicaciones es un mapa que ilustra sobre lugares donde comer: el mercado de comida cocinada de Nam Long Shan Road,Pattaya Thai, Mum Veggie + Coffee + Sweet, GCX Café y Kyoto Matcha Café, cuyas señales de neón revelan la naturaleza de su comida: sencilla y a buen precio. Al este, en una humilde torre de apartamentos de Chai Wan, artistas jóvenes y diseñadores han fijado sus estudios en edificios abandonados y, en paralelo, aparecen nuevas galerías que venden su obra.
AO Vertical Art Space es la primera galería vertical de fotografía del mundo: de la tercera a la decimotercera planta de una fábrica abandonada. Platform China lleva a cabo irreverentes proyectos de artistas como Zhao Zhao, que troceó un Buda de 200 años en piezas tipo Lego. Las cubrió de oro y las ensambló como fichas de ajedrez. Colgando de vigas de acero, en el espacio 10 Chancery Lane Gallery, los enormes billetes en seda de dinastías pasadas de los artistas Shao Yinong y Muchen, demuestran cómo estos espacios industriales estimulan el pensamiento espacial. En otro lugar, los aventureros diseñadores Jesse McLin y Julie Progin moldean vasijas de porcelana en Latitude #22 N, un estudio en un almacén de los setenta y Paolo Sinisterra e Ignacio García diseñan ropa para su propia firma TangramAquí no vienes para adquirir solo una bonita acuarela.
HASTA EL ÚLTIMO HOTEL SE PONE CREATIVO 
La comunidad artística dirige su atención al lujoso templo del hedonismo de André Fu, el hotel The Upper House, en el acomodado Pacific Place. También a EAST, diseñado por William Lim en el extremo de la nueva zona financiera de TaiKoo, ambos de Swire Hotels Group. “Un gran hotel debe contar una historia”, afirma Fu, un licenciado en arquitectura por Cambridge, mientras me conduce en este “viaje poético” por The Upper House.
Hong Kong es arte
El salón industrial del bistró Ammo.
Christian Schaulin
El tour arranca, como en la mayoría de los rascacielos de Hong Kong, en unas escaleras mecánicas llamadas Torii (puerta de salida en japonés), construidas para transportar a los clientes desde la cortina de piedra de su soberbia fachada a The Secret Garden y The Pond, en lo que es posiblemente una de las fincas más caras del planeta. La piscina está ahí sencillamente para aliviar a los huéspedes, que  contemplan los reflejos de las ondas del agua que se proyectan en las lámparas de papel de pergamino en The Void, como llama Fu al patio interior.
El ascensor, una caja de ónix iluminada, lleva a los comensales hasta el restaurante Café Gray Deluxe, con vistas de los fuegos artificiales nocturnos de Victoria Harbour y un gran talento culinario. Prueba la sopa de langosta o el wagyu de leche con trufas y milhojas de maracuyá. Entre rascacielos de oficinas, el hotel EAST ofrece un giro radical en su restaurante, FEAST, entrenamiento en el gimnasio, BEAST, y habitaciones como oficinas. La nube de mariposas de bronce del lobby ilustra la buena conexión para llegar hasta aquí, desde Central en un viaje en metro de diez minutos a menos de 1€. La moderna entrada a la estación está justo a la salida del lobby. Las habitaciones de EAST son dos o tres veces más pequeñas que The Upper House, pero parecen mayores, con sus tonos naranjas y espejos en las paredes. Las que dan al puerto, en el piso 18miran a la nueva terminal de cruceros en lo que fue el aeropuerto de Kai Tak. En la planta 32, el bar Sugar con terraza es perfecto en noches cálidas con un DJ pinchando música cubana y un saxofonista. La vida no puede ser más dulce.
Hong Kong es arte
Christian Schaulin
EL ARTE URBANO SE CUELA EN LA ESCENA COCTELERA 
Durante mucho tiempo, la vida nocturna de la ciudad se reducía a los bares de hoteles modernos y clubs repletos de hombres de negocios. Hoy sofisticados espacios pensados para la comunidad artísticafuncionan en las áreas industriales gentrificadas.
En el caótico barrio de Sai Ying Pun, en lo que fue un club de ping-pong, funciona la mejor tapería barcelonesaPing Pong 129 Gintonería es una caverna con graffitis del Banksy hongkonés, Tsang Tsou Choi, alias The King of Kowloon. Con una señal de neón en chino, el enorme bar ‘Train your body’, ofrece 40 tipos de ginebra del mundo y cervezas artesanales. A la vuelta de la esquina, elegantes grupos ocupan la calle tras una visita privada a la pequeña 2P gallery.
En el distrito bohemio de Sheung Wan, donde lucen dragones de piedra en los anticuarios y leones a la entrada del templo Man Mo, la sociedad artística come en Yardbird, un bar de pinchos yakitoriminimalista en blanco, y en Bibo, un bistró artístico con obras de Takashi Murakami, Kaw y Jean-Michel Basquiat y hasta una scooter grafiteada por el mismo King of Kwloon. Su cóctel The Coffin Varnish sintetiza el sabor de este ecléctico barrio: habas sudamericanas infusionadas con calvados, vermú, limón, miel, té Earl Grey y champán.
Hong Kong es arte
El marchante de arte y diseño retro Ross Urwin.
Christian Schaulin
Una de las más independientes asociaciones artísticas, Para Site, en Sheung Wan, ha exhibido dos veces al controvertido artista chino Ai Weiwei, cuando la financiación del gobierno llegó a su fin. Pero una subasta de recaudación, un patrocinador corporativo y mecenas de todo el mundo asumen atrevidas muestras como la de Ten Million Rooms of  Yearning: Sex in Hong Kong.
En el Asia Art Archive, Claire Hsu (coronada como  ‘la reina de las artes’ por la revista Hong Kong Tatler) logró algo cautivador con material de archivo en la reciente exposición, Mapping Asia, sobre territorios disputados en Asia y sus nacionalidades. Al frente de una institución que alberga la mayor biblioteca online (y física) de la historia del arte contemporáneo asiático, abordó el Foro Económico Mundial 2014 de Davos desde la perspectiva del legado cultural. “Los artistas necesitan sentirse libres para expresarse. La censura debe evitarse a cualquier nivel. Y aquí es un tema tan importante como vulnerable de nuestra identidad cultural”, sentencia. Ahora bien, si Hong Kong ha alcanzado su madurez política y cultural, puede ahora ampliar sus miras más allá de vanguardistas ferias de arte.  
* Este artículo está publicado en el número 84 de la revista de Condé Nast Traveler de mayo. Este número está disponible en su versión digital para iPad en la AppStore de iTunes, y en la versión digital para PC, Mac, Smartphone, iPad y iPhone en el quiosco virtual de Zinio (en dispositivos Smartphone: Android, PC/Mac, Win8, WebOS, Rim, iPad, iPhone).Además, puedes encontrarnos en Google Play Kiosco (para smartphones y tablets Android).
Hong Kong es arte
'Flight of Colours 9' del artista Qin Yufen.
Pearl Lam Galleries
Fuente
http://www.traveler.es

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