No es lo mismo, pero la tecnología permite apreciar aquellos cuadros casi como si estuviéramos en el museo.
Desde geolocalizadores que orientan y siguen a los visitantes, gafas para recibir información adicional, páginas web, redes sociales, multimedia y aplicaciones especiales, las cunas de exposición del arte en el mundo son los espacios físicos que mejor se visten de la tecnología actual para seguir vigentes
Los hay en todas partes del mundo, conservan y exhiben las obras de arte más importantes de la historia, aunque no sólo son edificios dedicados a estos fines, sino que también contemplan otras disciplinas como la arqueología, historia, monografía, ciencia, agricultura, etc. Toda información que pueda resguardarse para compartir durante el paso del tiempo es abrazada por distintos museos. El objetivo: proteger y difundir el conocimiento.
Hasta no hacen muchos años atrás conocer el “Retrato del mercader Gisze” de Hans Holbein el Joven, o “La botella de Anís del Mono” de Juan Gris, “La Gioconda” de Leonardo Da Vinci, o tantas otras reconocidas obras de arte requería de un paquete turístico destinado simplemente a recorrer museos y dedicarle unas cuantas únicas y preciadas horas a cada espacio.
Quien no pudiera hacer esos instructivos viajes debería conformarse con ver los cuadros en las enciclopedias de arte para obtener datos con precisión. Sin embargo, las cosas cambiaron, y el extenso brazo de la tecnología permite apreciar aquellos cuadros casi como si estuviéramos en el mismísimo Museo Reina Sofía de España, y luego con un clic trasladarnos al MoMA (Museo de Arte Moderno) para recorrer la galería de Paul Cézanne desde 1839 a 1906.
Para que sea posible presenciar obras de Odilon Redon, Henri Rousseau y Georges-Pierre Seurat sin poner un pie sobre el establecimiento de arte más conocido de New York, la evolución tecnológica tuvo que brindar varias herramientas con el paso del tiempo: una red más fluida, la creación de dispositivos y de softwares apropiados.
Por sobre todo estos adelantos, los museos debían abrir sus puertas a las nuevas tecnologías para fortalecerse. Al contrario de lo que sucedía con la industria de los libros y de la música, los espacios de arte no se mostraban reticentes al progreso. Con el correr de los años, algunos estudios demuestran que hasta aumentaron el caudal de visitantes físicos y virtuales.
El primer registro que habla de cómo los museos buscaron que el avance tecnológico los sostenga data de 1967 cuando se fundó el Museum Computer Network, una organización sin fines de lucro que tiene como objetivo “fomentar la innovación y la excelencia mediante el apoyo a los profesionales que buscan transformar la forma en que sus organizaciones culturales llegan, involucrar y educar a su público utilizando las tecnologías digitales”, según dice el portal.
Recién en el año 2000 empezaron a verse las primeras páginas web de los museos que proporcionaban información básica, como las tarifas y horarios. Después del 2010 llegarían las aplicaciones y las redes sociales.
Recién en el año 2000 empezaron a verse las primeras páginas web de los museos que proporcionaban información básica, como las tarifas y horarios. Después del 2010 llegarían las aplicaciones y las redes sociales.
Por entonces en Google comienza a gestarse una ambiciosa iniciativa llamada Art Project, que nuclea a los 17 museos más conocidos del mundo y que permite visitarlos sin necesidad de sacar los ojos de la pantalla y a un clic de distancia.
En aquel momento, las páginas web ya no eran simples plantillas básicas, sino incluían información multimedia, pudiendo procesar imágenes en gran tamaño, por ejemplo, en Art Project se pueden visualizar pinturas de 14 mil millones de caracteres, lo que permite mirar hasta el detalle de un cuadro.
Convergencias positivas
Contrario a las reacciones negativas que normalmente generan los cambios producidos por los avances tecnológicos, los museos de arte del mundo se han mostrado beneficiados, incluso, abiertos a que la tecnología se introduzca y trabaje en colaboración con ellos.
En palabras de Javier Rodriguez Zapatero, director de Google España, “Internet ha permitido que el acceso a la cultura se democratice y que cualquier persona, sin importar dónde se encuentre, pueda admirar el arte de maestros como Rembrandt, Van Gogh, Juan Gris o Manet”.
Recientemente, el Anuario de Cultura Digital de la institución Acción Cultural aseguró mediante un estudio que “los museos son los que mejor han aprovechado las herramientas digitales para mejorar sus muestras y enriquecer las visitas en España”. La mayoría de estos espacios cuentan con aplicaciones educativas, presencia en las redes sociales, imágenes digitalizadas, software de realidad aumentada o 3D.
Espacios como el MoMA, Colección Frick y Metropolitano de Arte, Altes Nationalgalerie y Gemäldegalerie, Galería Freer del Smithsonian, el Museo Reina Sofía y Museo Thyssen-Bornemisza, el Palacio de Versalles, Museo Hermitage, Museo Kampa, Museo Van Gogh y Rijksmuseum, National Gallery y Tate Britain (todos forman parte de Google Art Project) aseguran que no han perdido visitas físicas por abrir las puertas digitales y han cedido al menos 400 obras digitalizadas para conformar una muestra virtual.
¿Qué tecnología utilizan?
Desde un retroproyector que asista una instalación, hasta una página web, todo puede formar parte de la convergencia tecnológica que viven estos grandes espacios de exposición. Pero cada uno de ellos, sabe hacerlo a su manera, explorémoslos y quienes se animen, visítenlos:
MoMA : El Museo de Arte Moderno de New York desarrolló tutoriales para sus obras y aplicaciones adaptables para todos los sistemas operativos. Cuenta con participación constante en las redes sociales.
Musée du Louvre: Uno de los museos más visitados en el mundo, y además el más visitado en Facebook, su cuenta posee más de un millón y medio de seguidores y más de 220 mil opiniones avalan lo reconfortante que es visitarlo físicamente. Además, reemplazó las guías de audio por consolas de Nintendo 3DS cuyo software sirve para brindar información a los turistas, por ejemplo, para que sepan en dónde están y qué obras verán en ese pasillo, claro, en alta definición.
The Metropolitan Museum of Art: Otro museo de New York que se amigó con las redes sociales y aprovecha diario los 140 caracteres de Twitter para mantenerse en constante contacto con su millonada de seguidores.
Mauritshuis de La Haya: Alcanzó popularidad en las redes tras lograr un inigualable número de visitas en la muestra de Veermer con un evento en Facebook. Los usuarios debían compartir una foto del sitio donde colocarían una obra del artista.
Mauritshuis de La Haya: Alcanzó popularidad en las redes tras lograr un inigualable número de visitas en la muestra de Veermer con un evento en Facebook. Los usuarios debían compartir una foto del sitio donde colocarían una obra del artista.
Museo Nacional Smithsoniano de Historia Natural: Confeccionó una aplicación para equipos iPhone y Android que se basa en el conocimiento sobre los neandertales. Los visitantes de la muestra podían obtener un retrato de sus caras si hubieran vivido entre los años 130.000 y 50.000 a.C. utilizando un código QR en sus smartphones.
Museo Judío de Berlín: Gracias a una alianza con Acoustucquide (una plataforma de audio digital e interpretación visual) y con Apple, los visitantes cuentan con una guía de audio en ocho lenguajes en un iPod Touch que se activa cuando el usuario acerca el dispositivo a las obras, además expone fotos, videos y artículos.
Museo Provincial de Jaén: Este pequeño museo de España es el primero en el mundo que contendrá la primer muestra de seres humanos impresos en una impresora 3D. Se trata de los 372 habitantes de la localidad de Torrequegradilla que fueron escaneados a comienzos de este año por la empresa Sicnova 3D para generar miniaturas de 12 centímetros. Todo el pueblo dio el consentimiento para llevar a cabo el experimento que involucró desde bebés hasta ancianos.
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El escritor francés André Malraux escribió en 1947 sobre un museo imaginario, casi como un vaticinio de lo que estaba por pasar. Imaginó un museo sin paredes donde cada visitante puede crear su propia muestra. Para Malraux esto era posible gracias a las posibilidades que abría por entonces la fotografía que podía modificar el formato de una obra con el solo fin de reproducirla.
En la actualidad, las distintas tecnologías utilizadas por los Museos del mundo permiten atraer más visitantes, difundir más información de las obras y acercar el arte a todas las personas en donde quiera que estén. Los Museos no están reticentes a explotar estas oportunidades y se nutren cada vez más de ellas.
Fernando Llorente
Fuente: DonWeb
Fuente
http://www.rosario3.com
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