La rosa, en este caso en forma de corona, es un elemento presente en varios de los trabajos
La muestra estará abierta al público hasta el 5 de abril en la galería Nueveochenta en Bogotá.
“El arte es un camino espiritual, individual y que puedo compartir”, señala el artista Juan Carlos Delgado, quien expone actualmente ‘Hiperbarroco’, en Nueveochenta. El nombre de la muestra señala uno de sus intereses: la historia del arte. En este caso, la época del Barroco. También, símbolos que ha venido recolectando de forma intuitiva.
Se trata de aquellos que se refieren a la vida y a la muerte. Uno de ellos es una pequeña tina de cobre que se encuentra en el primer piso de la galería. Se encuentra sostenida por una especie de rampa que se podría interpretar o bien como el nacimiento o como la conexión entre lo humano y lo divino. Pero, principalmente, a lo que alude es al hecho de que “vinimos solos y así nos vamos”.
Otros símbolos presentes a lo largo de su obra, no solo de esta exposición, son la rosa y el hielo. Para ‘Hiperbarroco’, por ejemplo, creó una corona de rosas en cobre, la cual, dependiendo del clima, se llena de ‘escarcha’, como las neveras antiguas, o ‘llora’.
“La rosa es una especie de ícono de lo que es nuestra vida, viene de la poesía y tiene montones de asociaciones. La repito como si fuera una especie de mantra, que sucede una y otra vez”, explica el artista, quien ubicó esta pieza en el jardín de Nueveochenta, en una pared con un zócalo, en alusión a los museos clásicos, como el del Louvre (París) o el Metropolitan (Nueva York), pero, principalmente, a la casa donde se crió con sus abuelos, en Teusaquillo.
Porque su trabajo, si bien se basa en épocas lejanas como el Barroco o incluso el arte japonés, está marcado de forma transversal por sus propias vivencias. De ahí que otras referencias sean los libros sagrados, los cuales, dice, tienen “un montón de respuestas, pero casi nada es aplicable”. Porque solamente quien se ha enfrentado a lo que es perder a un ser querido entiende lo que esto significa. Por eso, insiste en recorrer ese camino espiritual a través del arte.
Algunas alusiones a elementos religiosos se encuentran en el segundo piso. Allí, hizo una serie de ‘burladeros’, como aquellos en los que se refugian los toreros cuando están en una plaza. Les puso una cruz particular, la de Malta, que en algunas piezas parece desaparecer, precisamente, para dar cuenta de esa exacerbación por medio del oro y el color dorado, para representar lo divino. Los burladeros en madera tienen un tratamiento que no hace evidente el material del que están hechos. En apariencia, podrían ser iguales, pero “cada uno tiene sus imperfecciones, porque quiero que se vea la mano humana en la elaboración”.
Igual sucede con el enorme rosario que se encuentra en el piso. Las bolas de cristal, cada una de seis kilos, hacen que su uso no sea como el de los tradicionales. Es un rosario para recorrer y contemplar.
“¿Hasta dónde está lo artístico en lo que yo hago?”, se pregunta este artista, quien considera que si titula sus piezas con nombres muy elaborados cae en el riesgo de “llevar demasiado al espectador donde uno quiere”. Por eso, la interpretación está sujeta a las vivencias personales que, distintas, están marcadas por todo aquello que ‘narran’ sus piezas, la vida y la muerte y lo sagrado y lo humano.
¿Dónde y cuándo?
‘Hiperbarroco’ estará abierta al público hasta el 5 de abril. Nueveochenta. Diagonal 68 n.° 12-42. Bogotá. Tel.: 649-5478.
MARÍA ALEJANDRA TORO VESGA
Cultura y Entretenimiento
Cultura y Entretenimiento
Fuente
No hay comentarios:
Publicar un comentario