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miércoles, 30 de marzo de 2016

'Orden natural': una muestra sobre el cosmos y el mundo representado

Esta pieza produce sonido cuando se apoya la quijada.                       Foto: Archivo particular            Esta pieza produce sonido cuando se apoya la quijada.

La exposición presenta diferentes elementos del universo y ciclos de la vida.

¿Qué pasa cuando se elimina el lenguaje? Esa inquietud, entre otras, motivó a los artistas Juan Cortés y David Vélez a desarrollar ‘Orden natural’, que se puede ver en la galería Valenzuela Klenner (Bogotá). Salvo un pequeño texto, las piezas que se exponen demandan un desprendimiento de esa necesidad por entender a través de la palabra y una disposición para sentir y observar.
Hay elementos en común que se manifiestan de forma sutil. Uno es la espiral y otro que, cada obra, a su manera, se encarga de generar preguntas sobre la vida o el cosmos, entre otras cuestiones. Para ello, usaron informes científicos, bases de datos con imágenes satelitales de la Tierra y trabajaron con ingenieros de la Universidad Nacional. Los artistas pasaron día y noche en la galería para hacer el montaje, en el que se destaca la ausencia de color.

El resultado es una serie de obras que involucran, en algunos casos, un “acto de fe”, según explica Cortés. Lo dice refiriéndose a una de estas, una esfera de vidrio en cuyo interior hay viruta, cera, larvas y unos micrófonos (que no se ven). Se encuentra junto a un parlante que la mayor parte del tiempo reproduce sonidos como el que produce la estática, y que a veces se alteran por el roce de los insectos con los micrófonos.
Desde que se inauguró la muestra, en ese pequeño espacio de cristal se ha desarrollado un pequeño ciclo de vida, en el que las larvas han pasado a ser crisálidas y luego, polillas. “Todo lo que se ve es resultado de ensayos y errores, una colección de estos”, señala Vélez. Lo dice porque la idea inicial era con larvas que se alimentan de algodón, que descartaron para este caso porque, por la altura de Bogotá, las larvas que se comen este material no sobreviven.
Las piezas aluden a eventos naturales y a veces catastróficos para el ser humano, como terremotos o tormentas y la manera de representarlos es el mayor aporte. Lo hacen con ‘artilugios’ sencillos, manejos de escala micro y macro con fotografías ‘cosidas’ entre sí. Y, por supuesto, desde el sonido, presente de manera constante. O con animación estroboscópica –que utiliza destellos de luz para generar la sensación de movimiento– y elementos básicos como el hollín, limadura de hierro, aceite de carro o glicerina.
En Orden natural n.° 9, por ejemplo, estos últimos confluyen en un video que constantemente inquieta por el manejo sonoro y porque no siempre se sabe qué se está observando. De manera automática, la imaginación empieza a operar para encontrarle un sentido a la obra. “A veces uno siente que la ciencia lo resuelve todo, pero muchas veces ni los científicos tienen respuesta”, continúa Vélez.


Aunque no se muestra de manera explícita, cada pieza tiene detrás un proceso de selección, de replantearse todo y de tomar decisiones, pues hablar de eventos naturales, representar el universo o las catástrofes a partir de alegorías no es sencillo.
“Vik Muniz decía que un ejemplo del concepto de magia es aquella transacción en la que una persona dibuja una círculo con rayas y otra la acepta como el sol”, dice Cortés, algo que sintetiza el reto de representar ese gran orden natural, en el que solo están presentes los seres humanos como espectadores, un recorderis de lo minúscula que es la raza humana en este incomprensible y fascinante mundo del universo.
La muestra se expondrá hasta el 2 de abril. Cra. 5 n.° 26B-26. Bogotá. Tel: 243-7752.
María Alejandra Toro Vesga
Cultura y Entretenimiento
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