A regañadientes, el Museo Guggenheim de Nueva York ha retirado 3 de las 150 obras de su retrospectiva Art and China after 1989: Theater of the World en las que se cometía maltrato animal
En particular, las obras retriadas son Theater of the World (Huang Yong Ping, 1993) pieza clave de la exposición donde centenares de insectos habitan una cúpula de cristal junto con los reptiles que los devorarán; A case of Transference (Xu Bing, 1994), en la que una pareja de cerdos se aparean con la piel cubierta de carácteres chinos inventados y palabras escritas en alfabeto latín; y Dogs That Cannot Touch Each Other (Sun Yuan y Peng Yu, 2003), que coloca frente a frente dos perros entrenados para pelear atados en cintas de correr hechas de madera.
Todas ellas iban a ser mostradas en vídeo en lugar de producirse en vivo pero esto, como es lógico, no contó con la aprobación de los animalistas.
Señalado por el revuelo, el museo emitió un primer comunicado en el que declaraba que la exposición se abriría al público a principios de octubre según lo planeado por los comisarios, es decir, con las tres polémicas obras, e incluso sugería al público cómo había que interpretar la pieza:
“Al reflejar el contexto artístico y político de su tiempo y país, Dogs That Cannot Touch Each Other es una obra de arte desafiante y provocadora que busca examinar y criticar los sistemas de poder y control.Reconocemos que esta obra de arte puede ser molesta. Los comisarios de la exposición esperan que los visitantes consideren por qué los artistas la produjeron y qué pueden querer decir sobre las condiciones sociales de la globalización y la naturaleza compleja del mundo que compartimos”.
Sin embargo, el lunes veía la luz otro comunicado en el que, tal vez por las más de 600 mil firmas que recogió la petición de retirada en Change.org, la carta que envió la ong PETA a su director Richard Armstrong y la denuncia de American Society for the Prevention of Cruelty of Animals, se confirmaba que las obras no se expondrían:
“Debido a la preocupación por la seguridad del equipo, los visitantes y los artistas participantes, el Museo Solomon R. Guggenheim ha decidido que no mostrará las tres obras de arte . Aunque estas obras se hayan expuesto en museos de Asia, Europa y Estados Unidos, el Guggenheim lamenta que repetidas y explícitas amenazas violentas hayan hecho necesaria nuestra decisión. Como institución de las artes con el compromiso de representar una multiplicidad de voces, nos consterna tener que retener obras de arte. La libertad de expresión siempre ha sido y será un valor supremo del Guggenheim”.
Por su lado, Jane Perlez, jefa de la oficina del New York Times en Beijing, que anunciaba la retrospectiva la semana pasada, razonaba así sobre Theater of the World: “En su propia rareza, la pieza, llamadaTheater of the World, creada en 1993 por el artista conceptual Huang Yong Ping, captura perfectamente el tema de la exposición: China como un universo en sí misma, siempre evolucionando y cambiando en un nuevo orden. También resume el sentimiento de opresión que los artistas sintieron entre 1989 y 2008, mientras hacían estas obras”.
Pero desde algunos sectores, esta explicación y el lamento del Guggenheim se hace incomprensible. Basta leer algunos fragmentos de las cartas de PETA y ASPCA para comprenderlos:
“La gente a la que le parece entretenido ver animales intentando pelearse están enfermos y sus deseos turbios no deberían ser cumplidos por el Guggenheim. (...) Las peleas de perros deben ser condenadas y eso es algo que cada uno de nosotros tenemos que hacer. El Guggenhim puede cumplir con su parte simplemente rechazando exponer obras que alientan al abuso de los animales”, decía PETA.
“Esas cintas de correr son típicas de los régimenes usados para entrenar perros de pelea, y el mero poner frente a frente estos animales estimula la agresión y con frecuencia es sinónimo de pelea ilegal en muchos estados”, señalaba ASPCA sobre Dogs That Cannot Touch Each Other.
Es algo que para el co-autor de la obra, Peng Yu, que desoye cualquier explicación veterinaria simple, carece de sentido: “¿Los perros están siendo abusados? La respuesta es que no. Estos perros son naturalmente feroces”.
No es de extrañar que Sun Yuan y Peng Yu mantengan esta postura sobre el uso de animales en el arte. Se les considera parte de la escuela cadáver, liderada por el artista Fei Daewei y también de la del shock art. Algunas de sus obras lo ilustran a la perfección: en Safe Island, donde encerraron a un tigre tras unas vallas contra el perímetro de una pared; en Body Link, hicieron una transfusión de sangre al cadáver de unos gemelos siameses.
Fuente
http://www.playgroundmag.net/food
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