La escultura de un olivo centenario de Ugo Rondinone abre la puerta al nuevo templo del arte de Cáceres, el museo Helga de Alvear, con sus 3000 metros cuadrados de espacio expositivo. Este museo lleva el nombre de la famosa galerista y coleccionista de arte de origen alemán que ha impulsado el proyecto y aportado las obras expuestas.
Hay joyas de artistas ineludibles como Kandinsky, Paul Klee, Picasso o Ai Weiwei, cuya icónica escultura, "Descending Light", preside el vestíbulo del edificio. Helga de Alvear cuenta que adquirió la obra en 2008, cuando el artista chino era un gran desconocido.
"A Ai Weiwei todavía no lo conocía nadie. Hoy en día ha expuesto en todos los museos, pero en aquel momento me la mandaron gratis", explica.
"Una de mis obras preferidas es de Thomas Hitschhorn. ¿Habéis visto abajo con lo de las hachas?", dice la galerista refiriéndose a "Herramientas del poder", un conjunto de más de mil piezas compuesto por hachas, tornillos y martillos. Cuenta que la conmovió al recordarle la destrucción de la Segunda Guerra Mundial. "__Me encanta. Es como una destrucción de todo".
El Kandisnky encontrado en un cajón
Una de las historias más curiosas es la del Kandisnky olvidado en un cajón.
"Estábamos haciendo limpieza en la galería, abrí un cajón y me encontré en un papel, maravillosamente envuelto, un dibujo de Kandinsky (...) Y han estado en mi dormitorio durante mucho tiempo, pero ahora está aquí".
Un hueco para los Caprichos de Goya
La mayoría de las obras son de la segunda mitad del siglo XX y del siglo XXI. Una de las excepciones es una rara edición de Los Caprichos de Goya, que tiene cabida en la colección por su indiscutible modernidad y por la enorme influencia que el artista aragonés tuvo en muchos de sus sucesores.
En definitiva, este museo Helga de Alvear coloca a la ciudad de Cáceres, Patrimonio de la Humanidad, en la primera línea del arte contemporáneo.
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