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miércoles, 20 de agosto de 2014

Bilderberg Collection: ¿Y si la colección de arte más secreta del mundo saliera a la luz?

- A través del Club Bilderberg, el artista alemán Christoph Steinmeyer reúne, para la St. Moritz Arts Masters, una selección de obras secretas que no han sido registradas.

- La exposición, ofrecerá entre el 22 y 31 de agosto en St. Moritz (Suiza), las 40 obras exclusivas, pero desde el absoluto anonimato. 

- En ella se exploran temas como la sexualidad, la educación o el trabajo desde una base crítica con el capitalísmo, “constituida con un abanico de posturas y posibilidades”.

Por HECTOR LLANOS

Imagen del artículo
© Imagen cortesía de Billderberg Collection
Del Club Bilderberg se dice que mueve los hilos del mundo, que es una selecta reunión anual de políticos, financieros, miembros de la realeza y de los medios de comunicación. Mucho se ha especulado por culpa de su secretísimo, pero hasta ahora nadie había hablado de una misteriosa colección de arte, la Bilderberg Collection. Se trata de una selección de obras que se inicia, aproximadamente, a finales de la década de los sesenta con la aportación privada de dos o tres relevantes miembros de la Conferencia Bilderberg, asegura a Vanity Fair el artista alemán Christoph Steinmeyer (Düsseldorf, 1967).
Él es el comisario de una exposición que muestra por primera vez una pequeña parte de “una selección de piezas que es inmensa, de un tamaño y un valor imposible de calcular, ya que abarca varios continentes”, apunta el artista afincado en Berlín. Días más tarde confirma el origen de las mismas y da más datos a Alexander Forbes, de la publicación especializada artnet. Son más de diez mil las piezas que componen este catálogo.
Sea su procedencia cierta o un simple juego artístico, ahora se enfrentan a la mirada pública entre los próximos 22 y 31 de agosto en St. Moritz (Suiza), un lugar muy ligado a la historia del club. “En su entorno se han celebrado varios encuentros a lo largo de los años desde que se estableciera en los años cincuenta”, recuerda Steinmeyer, quien demuestra un gran conocimiento del grupo.
Dentro del ambicioso programa de actividades de la inminente edición del St. Moritz Arts Masters -evento cultural en cuya inminente edición también expondrán Julian Schnabel y Subodh Gupta- se encuentra este curioso reto para el espectador. Las instalaciones de un edificio histórico, el Chesa Planta, dan cobijo durante unos días a más de treinta obras de pintura, fotografía y escultura seleccionadas por el propio Steinmeyer, quien asegura haber dedicado parte de los últimos cuatro años de su vida a este proyecto. Del mismo modo que los miembros de la Conferencia Bilderberg permanecen en el anonimato, se muestran las piezas sin nombrar a su autor -por muy célebre o desconocido que sea- y, evidentemente, tampoco al propietario de la obra. De este modo prima el criterio artístico por encima del nivel de fama de sus autores, invitando a juzgarlas de un modo libre, ajenos a las reglas del mercado del arte que son las que, en definitiva, encumbran a unos artistas por encima de otros. En la selección se obvian las obras más célebres de la colección, las que puede ser reconocidas a primera vista, aclara su responsable.
"Imagen del artículo
© Imagen cortesía de Billderberg Collection
¿Es posible que la existencia de esta colección pueda mantenerse en secreto durante tanto tiempo y que ahora salga a la luz? "Solo hay registros privados del comité gestor de la Bilderberg Collection, pero no existe un registro público. Una prueba para demostrar su existencia puede ser esta exposición”, argumenta el alemán, que no deja claro la razón de sus supuestas buenas conexiones con un grupo tan exclusivo. “Puede que algunos de mis trabajos hayan sido adquiridos, pero no por la Bilderberg Collection -no admitiría algo así porque estaría destruyendo algunas de las reglas básicas de la colección-, si no por algunos de los miembros que han formado la colección. Después, con el paso de los años, comencé a involucrarme por distintas razones con la Bilderberg Collection, afirma. Con palabras como estas parece jugar a la ambigüedad. No admite que su obra pertenezca a la Bilderberg Collection, pero no cierra la puerta a que se especule sobre ello, consciente de que tanto secretísimo es una de las bases de la misma.
Lo cierto es que una de las obras del propio Steinmeyer forma parte de esta exposición. ‘Semper Augustus’, pieza pictórica que se incluye en la galería de imágenes que el propio comisario ha facilitado a Vanity Fair, se mostró bajo su autoría el año pasado en la exposición colectiva Boese Blumen de la Galerie Volker Diehl de Berlín.
A través de los trabajos que ha seleccionado para el St. Moritz Arts Masters, se exploran la sexualidad, la educación o el trabajo. Son problemas propios de tiempos recientes reflejados en trabajos artísticos, con independencia de su año de creación. Con ellos surgen críticas al capitalismo y al sistema social en el que vivimos, que no tiene por qué ser necesariamente la misma visión que la de los supuestos propietarios de las obras. ¿Acaso la Conferencia Bilderberg no es el epítome del capitalismo? "Evidentemente el capitalismo está próximo a los mercados y a las regulaciones y dificultades que nacen de ellos. Y la Conferencia Bilderberg es una entidad muy abierta con intenciones, no me atrevería a decir filantrópicas, pero sí que pasan por lo valores de nuestro sistema democrático -responde Christoph Steinmeyer- Además, la crítica al capitalismo no se hace desde la postura de todo es blanco o negro. Se propone al espectador un inmenso abanico de posturas y posibilidades con tan solo treinta o cuarenta piezas de arte".
"Imagen del artículo
© Imagen cortesía de Billderberg Collection
Ser comisario de esta exposición parece un trabajo artístico en sí mismo: "Estoy más interesado en la reacción de espectador que en la respuesta del club Bilderberg, en plantear muchas preguntas y resolver algunas respuestas”, dice su responsable. El lugar específico donde se exponen también juega una parte importante de la identidad de esta exposición. “Sinceramente no puedo imaginar esta muestra entre la asepsia de cubos blancos de las galerías de arte actuales -dice-. Chiesa Panta es un sitio extraño, algo místico, construido en el siglo XVI cuyas habitaciones siguen decoradas como entonces, solo colocamos nuestras obras de arte contemporáneo en el lugar de las originales. La selección específica de obras que hemos hecho ha sido también influenciada por este entorno donde iban a terminar siendo expuestas".
¿Veremos algún día una selección más amplia de este misterioso catálogo artístico expuesta al público, lejos de St. Moritz? ”Por mi experiencia gestando esta muestra puedo decir que esta exposición está abierta a viajar a otros lugares, pero dudo mucho que se cree una muestra permanente de la Bilderberg Collection. No entra entre los intereses de sus miembros”, apunta el comisario de esta supuesta prueba de su existencia.
Fuente
http://www.revistavanityfair.es

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