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jueves, 8 de febrero de 2018

Chicheri, el escultor del «Espinoso», lleva diez años tratando de recuperar su obra

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«Desde principios del año 2005 llevo denunciando el vandalismo sufrido por la escultura que instalé en el parque escultórico de la torre de Hércules. He pasado por varios departamentos (Cultura, Patrimonio, Medio Ambiente e Infraestructuras) y nadie ha solucionado el problema». Esto relata Enrique Saavedra Chicheri el autor de la obra Espinoso, que «en el año 2008 cae al mar debido a la acumulación de pedradas recibidas», recuerda.


                                                                Vista de la torre desde el parque.

Sobre la ubicación de la pieza evoca que «se midió la altura desde la pleamar hasta la parte más baja de la pieza y eran unos 16 metros; además miré también cómo rompían las olas allí, que se deshacen bastante, normalmente lo hacen en zigzag». En estas labores de comprobación recuerda que «la primera vez que fui a ver el sitio antes de poner la pieza fue el día que el temporal rompió por primera vez el paseo marítimo, que tiró la balaustrada en Riazor, y al sitio donde iba a ir la escultura llegaba espuma, no llegaban ni olas».

Tras las denuncias de vandalismo, «la pieza continúa sufriendo agresiones sin el refuerzo que propuse como necesario y en el año 2008 cae». Con el fin de evitar esto, «entregué un primer presupuesto para reparar desperfectos y reforzar la parte superior de la escultura el día 13 de mayo del 2005». El 1 de octubre del 2006 «sale la noticia en el periódico del compromiso del Ayuntamiento para reparar el Espinoso, pero no se hace», evoca el escultor que cuenta con obras al aire libre en espacios que van desde la costa de Arteixo a la de Dumbría, pasando por Nueva York, Madrid o Sevilla.

El 4 de julio del 2008 «presento un nuevo presupuesto en el departamento de Infraestructuras para la construcción de una nueva escultura, exactamente igual a la anterior y con los refuerzos correspondientes y durante un tiempo mantengo contactos con el departamento de Cultura e Infraestructuras para llevar a cabo la obra y no consigo nada».

Con el actual gobierno municipal también ha hecho gestiones, mantuvo alguna conversación y «espero que esta vez no caiga en saco roto mi petición de volver a colocar la escultura Espinoso,que es patrimonio de todos». En este sentido señala el escultor el atractivo turístico que representa el parque escultórico de la Torre y alerta del riesgo de ir perdiendo obras que se encuentran en el mismo, como ha ocurrido tras el último temporal con la Caracola, escultura de Moncho Amigo y que Chicheri califica como «una de las mejores del parque escultórico».

Moncho Amigo estima que la nueva «Caracola» estará instalada en verano

La Caracola de Moncho Amigo ha sido la segunda obra que ha perdido el parque escultórico de la Torre tras la desaparición de Espinoso. En el caso de la emblemática pieza instalada en punta Herminia, el Ayuntamiento ya ha puesto en marcha el mecanismo para construir una nueva que, según apuntaba ayer el escultor, «para el verano debería estar puesta, aunque lo que no hay que tener es prisa». También explicó que es «más barato, más rápido y más cómodo» construir una pieza nueva que tratar de reparar la que llevaba un cuarto de siglo azotada por la salitre «y el viento que allí en cualquier momento es de 100 kilómetros».

NO DISPONIBLE
El «Vouyeur» de Arteixo tendrá que cambiar de ubicación


El artista sostiene que fue el vandalismo lo que motivó la caída al mar de esta figura instalada en el parque escultórico de la Torre


Confesaba ayer Enrique Saavedra Chicheri que estaba «desconcertado» después de que desde la Autoridad Portuaria le indicaran que su escultura instalada en la costa de Arteixo, Vouyeur, tendrá que cambiar de ubicación. Transcurridos once años desde la colocación de esta pieza de 15 metros de largo, el problema parece estar ahora en que parte de la figura provoca «una pequeña zona de sombra» en la línea de enfilación de los barcos que llegan para atracar en Langosteira.

«Parece que me ha mirado un tuerto», se lamenta el escultor argumentando que las dos esculturas de las que está más satisfecho son precisamente esta de Arteixo, a la que ahora tendrá que buscarle otro emplazamiento, y el Espinoso, en las inmediaciones de la torre de Hércules.

Detalla Saavedra que, según las explicaciones que le han dado, la línea de enfilación tiene un punto blanco «que mirando hacia el mar está a la derecha y con ese no hay ningún problema». Donde sí lo hay es en el punto rojo, al que la escultura, que pesa unas cuatro toneladas, deja en una zona de sombra.

«Por supuesto que no quiero poner ningún obstáculo a la seguridad», enfatizaba Saavedra, y por ello buscará otra ubicación para esta pieza que había ideado después de ver el promontorio rocoso sobre el que se asienta. Por el momento, reconocía ayer, no sabe cómo va a solucionar este cambio ni siquiera si la escultura seguirá en algún punto del litoral de Arteixo.

Fuente
https://www.lavozdegalicia.es

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