"Lenín en la tribuna", de Isaak Brodski. Óleo sobre lienzo. 71,2 x 54 cm. 1927.
"Radiante porvenir. El arte del realismo socialista" es el título de la exposición que podrá visitarse en la sede malagueña del inabarcable Museo Estatal Ruso de San Petersburgo. Esta conformada por casi 140 obras, la mayoría pinturas, pero también podrá encontrar escultura, muebles, documentos y estandartes con consignas.
Sin colección permanente, la sede malagueña del inabarcable Museo Estatal Ruso de San Petersburgo (cinco palacios; más de 500.000 obras entre sus fondos) viene alternando muestras algo más pequeñas con una gran exposición anual, y este 2018 le toca al realismo soviético de entre los años 30 y 60 del siglo pasado. Con cierto sentido, y en las postrimerías del centenario de la revolución, sustituye a la que durante 2017 se dedicó a la familia Romanov: la Historia rusa no deja de ser la que es... Está conformada por casi 140 obras, la mayoría pinturas, pero también alguna escultura, muebles, documentos y estandartes con consignas en caracteres cirílicos, ordenadas en siete secciones temáticas.
"Carrera" de Alexander Deineka. Óleo sobre lienzo, 229 x 259 cm. 1932-1933.
A lo largo de su recorrido se observa el previsible tono propagandístico del arte de la época, el culto al líder, la idealización del hombre nuevo, la celebración del trabajo o la épica de la resistencia y la victoria en la II Guerra Mundial: el totalitarismo imponía sus reglas. Pero las cosas no eran tan monolíticas, o al menos eso ha pretendido demostrar la comisaria de la muestra, Yevguenia Petrova, directora artística del Museo Estatal Ruso de San Petersburgo. "El visitante atento apreciará que no todo era tan duro y tan uniforme como se piensa al debatir sobre aquel periodo. Muchas de estas obras no se veían en las exposiciones oficiales y hablan de una utopía compartida". Destacan los nombres de Samojválov y sus cuadros de mujeres, Isaak Brodski y, en particular, Aleksandr Deineka, quizá el más dotado de los pintores traídos y en el que mejor se aprecia esa convivencia entre la adscripción a los cánones dictados y el acento de una personalidad pictórica propia. Cuadros suyos se pueden ver también en otra de las exposiciones recién inauguradas en el espacio malagueño: "La mirada viajera. Artistas rusos alrededor del mundo", que recopila obras de los siglos XIX y XX de pintores eslavos en hasta 16 países. El pintoresquismo de las nueve obras que representan España tira de espaldas, pero hay lienzos muy interesantes como "La mujer negra" de Iliá Repin, pintado en Parísentre 1875 y 1876, los "Acróbatas", también parisinos, de Víktor Vasnetsov o el"Paseo marítimo de Mergellina, Nápoles", de Schedrín.
"Sm Kirov en la marcha de deportistas" Samokvalov.
Simultáneamente, en el llamado Espacio 3 del museo, que tiene algo de misterioso, se exponen acertadamente 13 obras de Mikhail Schwartzman, uno de los nombres más enigmáticos del arte ruso de la segunda mitad del siglo XX. Totalmente fuera de los circuitos, exploró una suerte de intenso misticismo al que dio forma geométrica. Radiante porvenir, hasta el 21 de enero de 2019. La mirada viajera y Mikhail Schwartzman, hasta el 26 de agosto. coleccionmuseoruso.es
Fuente
http://www.expansion.com
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