«Encontramos muchas capas diferentes, así que seguimos adelante», ha afirmado Rachel Reichert, la asesora cultural del Departamento de Arte del Ayuntamiento, a Artnews. Lo que encontraron fue más valioso que una datación: Once piezas inéditas, cuyo precio en el mercado alcanza el millón de dólares.
Reichert describe estos nuevos trabajos como «preciosas representaciones de sus dibujos y otros montajes». El motivo por el que el artista decidió esconderlos entre las paredes continúa es una incógnita. «Es muy difícil afirmar cuál fue la intención, pero parece una cápsula del tiempo».
Ahora, estas y otras obras del artista se presentarán al público por primera vez en la James Castle House a finales de mes, fecha de su inauguración oficial. «Una de las partes más increíbles de este proyecto fue darnos cuenta de la conexión entre la casa y el trabajo de Castle. Hemos descubierto que muchos de los materiales que usaba Castle en su trabajo eran muy similares a los que se usaron para construir la casa o reformarla», remata Reichert.
El trabajo artístico de Castle ha sido objeto de varias retrospectivas, como la que le dedicaba el Museo Reina Sofía en 2011. El precio más alto conseguido por una de sus obras en una subasta fue de 43.750 dólares. Se trataba de «Construcción Sin título», un montaje de cuerda cuerda, hollín y saliva, y papel que vendía Christie's en Nueva York.
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