Páginas

Translate


Powered By Blogger

visitas contador

lunes, 19 de abril de 2021

El “robo del siglo” en México: el día que dos estudiantes pusieron en jaque al mundo del arte



En la Navidad de 1985 se llevaron 140 piezas del Museo Nacional de Antropología. Planearon el atraco durante seis meses y tardaron cuatro años en descubrirlos. Uno sigue prófugo.



El 25 de diciembre de 1985, mientras el mundo celebraba la Navidad, dos jóvenes realizaron uno de los robos más grandes de la historia de México. El país quedó conmocionado al enterarse que faltaban 140 piezas prehispánicas del Museo Nacional de Antropología, cuyo valor era incalculable.


Si bien en principio se creyó que se trataba de un grupo de ladrones profesionales -debido a la magnitud del hurto- que se dedicaban al contrabando de piezas arqueológicas, la Policía tardó casi cuatro años en darse cuenta que este atraco había sido realizado por dos estudiantes universitarios.go de años de investigaciones, en 1989 la Policía dio con los nombres de Carlos Perches y Ramón Sardina, dos estudiantes de veterinaria que de unos 30 años. Ambos habían estado planeando el asalto alrededor de seis meses. Pero, ¿cómo dos jóvenes novatos cometieron semejante robo?, ¿qué los motivó a hacerlo y por qué tardaron tanto tiempo en descubrirlos?



Durante los meses previos, los ladrones visitaron más de 50 veces el museo más importante de México.
El "robo del siglo"

Luego del increíble asalto, los medios se hicieron eco de lo ocurrido e inmediatamente lo titularon como el "robo del siglo". De hecho, en la actualidad todavía figura como uno de los robos de arte más grandes del siglo XX.

Dentro del botín se incluía casi la totalidad de una ofrenda encontrada en una tumba de Palenque (zona arqueológica en la selva de Chiapas), varios objetos de oro de la cultura mixteca, un pectoral de oro, varias máscaras de mosaico y piezas de jade.

En total fueron 140 las piezas sustraídas, todas ellas pertenecían a las salas Maya, Oaxaca y Mexica del Museo Nacional de Antropología (MNA), uno de los recintos museográficos más importantes de México y de Latinoamérica.



Una de las máscaras funerarias exhibidas en en Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México.
Un valor incalculable

La preocupación de las autoridades no era solo por el valor del legado arqueológico de los pueblos mesoamericanos, sino porque ninguna de las piezas tenía seguro alguno. Para tomar dimensión del incalculable valor; uno de los objetos (un mono de obsidiana en forma de vasija) tenía un valor estimado de 20 millones de dólares.

Vale aclarar que durante esa fecha la Ciudad de México se recuperaba de un terremoto que había ocurrido tres meses antes y que causó graves pérdidas económicas e incluso víctimas fatales. Y todo se pondría peor, ya que al poco tiempo ocurriría el famoso "robo del siglo".

En la Navidad de ese 1985, los nueve vigilantes que custodiaban el museo durante la fatídica noche no advirtieron que los intrusos saltaron la cerca que rodea al edificio, cruzaron el jardín y luego ingresaron por una escalera que daba hacia el sótano, para después entrar a la sala Maya a través de los conductos de aire acondicionado.



Los ladrones se llevaron 140 piezas prehispánicas del Museo Nacional de Antropología de México.
Colección de reliquias

De esta manera, entre la 1 y las 4 de la madrugada, Perches y Sardina sustrajeron más de 100 piezas de la colección de reliquias mayas, mexicas y de Oaxaca.

De los objetos más reconocidos, cabe destacar la máscara zapoteca del dios murciélago, artículos de la tumba del rey Pakal de Palenque y el escudo de Yanhiutlán, una pieza de orfebrería mixteca de gran importancia.

Los ladrones huyeron con el botín y las autoridades entraron en pánico luego de ser alertadas del hurto, ya que las piezas no estaban aseguradas y el museo no contaba con un inventario completo para controlar.
 


Los ladrones entraron por los ductos del aire acondicionado a la sala Maya del Museo de Antropología.
La hipótesis de la Policía

A las 48 horas del atraco se reforzó la seguridad en las carreteras y se alertó a las autoridades en Europa, ya que allí está uno de los principales mercados de contrabando de arte.

Se cree que los ladrones huyeron al puerto de Acapulco para intentar vender las piezas. Pero era sabido que nadie intentaría comprar las joyas robadas por la imposibilidad de exponerlas.

En contrapartida, los ladrones huyeron a la casa de los padres de Perches después del robo, en la colonia Jardines de San Mateo. Allí guardaron las reliquias en una maleta y la escondieron en un armario; estuvieron ahí al menos un año.



Carlos Perches (izquierda) fue uno de lo autores del "robo del siglo". Se involucró con narcotraficantes y lo delataron.
La caída de los ladrones

Al principio se investigó a los coleccionistas privados en el puerto de Acapulco, como también hubo operativos en los estados de Quintana Roo, Yucatán, Michoacán y en la frontera con Estados Unidos. Pero el paso del tiempo enfrió la cosas y el Mundial de México 1986 hizo que el famoso "robo del siglo" quede casi en el olvido.

Si bien una de las principales hipótesis era que se trataba de un grupo de traficantes profesionales que se dedicaba al robo de arte, al cabo de cuatro años la Policía descubrió, para su sorpresa, que los culpables fueron dos universitarios de clase media y que vivían en las afueras de la Ciudad de México.

Así las cosas, el 9 de junio de 1989, la policía mexicana encontró un bolso de lona en el armario de la casa de Carlos Perches en el suburbio de Satélite. Allí conservaba más de 100 de las joyas robadas. Pero, ¿cómo encontraron a los ladrones?



La máscara de Pakal, una de las piezas recuperadas, fue encontrada en la tumba de Pakal “el Grande”, gobernante de la antigua ciudad de Palenque en el estado mexicano de Chiapas.
Un narcotraficante los delató

Después del robo, Carlos Perches y Ramón Sardina se metieron en el negocio de la venta de drogas en Acapulco. Generaron vínculos con narcotraficantes e intentaron venderle algunas de las piezas robadas.

Uno de ellos los delató para que le rebajaran la condena una vez que la policía lo atrapó. Así se terminó un robo que parecía perfecto y que habían estado planeando durante casi seis meses.

Perches fue arrestado de inmediato junto a siete supuestos cómplices y falleció luego de una década en la cárcel. Sardina se dio a la fuga y sigue prófugo, aún 36 años después. Pero el misterio más grande, y aún desconocido, es por qué decidieron asaltar el museo. Y todo parece indicar que esa pregunta seguirá sin respuesta.

Fuente

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Te puede interesar;

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...