El recinto de Mérida ha recibido varios premios en menos de 2 años.
México
Tan solo ha pasado año y medio desde que el Gran Museo del Mundo Maya abrió sus puertas en Mérida, Yucatán. Sin embargo, su diseño le ha valido ya diversos reconocimientos internacionales, a los que ahora se suma la Medalla de Oro de la 12 Bienal Internacional de Arquitectura, celebrada en mayo pasado en Costa Rica.
“Este es uno de los premios que más nos ha emocionado, porque habían grandes proyectos compitiendo, de Japón, Canadá, Francia, Argentina, entre otros países de todos los continentes. Eran 22 naciones y se presentaron 214 trabajos. Hay que celebrarlo porque es un triunfo de la arquitectura mexicana”, dijo a MILENIO Jorge Esma Bazán, director general del proyecto y del Instituto de Historia y Museos de Yucatán.
Durante la bienal, el museo también recibió el Premio Comex del Color y el reconocimiento Arquitectura y Diseño Humanista, otorgado por la revista Domus. Según Esma Bazan, estos reflejan las cualidades que siempre han destacado en esta obra de turismo cultural: fidelidad a la arquitectura y cosmogonía maya, y un diseño audaz y accesible al visitante.
“Está arquitectónicamente concebido como un árbol, pues los mayas tenían una relación especial con la ceiba sagrada. También hay un inframundo representado por el lugar de las oficinas y el estacionamiento, así como un espacio que correspondería a los Trece Cielos: las salas permanente y temporal. Y dentro de este diseño arquitectónico, tenemos una de las museografías más modernas del mundo”, afirmó.
El recinto tiene escaleras, accesos y rampas, cuyo arreglo pretende ser fiel al concepto de basamento maya: “Ellos construían grandes plataformas, y sobre ellas edificaban sus pirámides y juegos de pelotas. El museo es una concatenación de tiempos, de historia, de tradiciones, enmarcados en una obra arquitectónica. Y está pensado para el visitante” comentó Esma Bazán.
El museo fue inaugurado el 21 de diciembre de 2012, día del fin de la cuenta larga del calendario maya. Fue diseñado por 4A Arquitectos y realizada bajo un esquema de inversión público-privada, cuya sola construcción alcanzó 450 millones de pesos y no tardó más de un año y medio. “Es la obra más rápida que se ha hecho en el sureste de México y no sé si del país”, reveló el director.
Entre los reconocimientos que ha recibido se encuentran el máximo galardón de Partnership Awards, entregado en Londres a obras realizadas bajo la misma modalidad de inversión, así como los premios Iberoamericano CIDI por Obra Emblemática 2013; por Accesibilidad y Diseño Arquitectónico, entregado por Cemex, y por Mejor Sala Temporal, del INAH.
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