JUNE CRESPO | ARTISTA GANADORA DEL VII PREMIO INTERNACIONAL DE ARTE FUNDACIÓN MARÍA JOSÉ JOVE
Se ha alzado con la victoria entre más de 800 artistas
Estoy que no me lo creo, muy agradecida. La verdad es que vengo de un año en el que estoy recibiendo varios reconocimientos, y me está sobrepasando un poco. Esto me está dando mucho ánimo para continuar poniendo energía en esta vía que he elegido.
Su obra pone el cuerpo en el centro. ¿Es una reivindicación?
Lo que me interesa es proponer una nueva idea del cuerpo a través de cómo se organiza la materia en la obra. Parte de la matriz de la figura estereotipada de un maniquí, pero voy deformándolo de manera que pierde ese género. Propone un cuerpo sin interior ni exterior, como un canal activo, con una puerta siempre abierta al azar.
¿Todo puede ocurrir en el proceso creativo?
Uno tiene entre manos una intuición, y pone los ingredientes para que vaya hacia delante, pero siempre es una negociación entre el objeto y yo. Me gusta dejarme sorprender por lo que puedo recoger.
Este año, usted y las tres finalistas que pasan a la colección de la Jove son mujeres. ¿se está imponiendo el arte femenino?
No creo que sea una cuestión de imponer. Siempre ha habido muchas creadores, y es lógico que se reconozca el trabajo que hacemos. Pero supongo que ha sido una decisión del jurado reconocer la labor de artistas femeninas.
Y de los jóvenes. ¿Las oportunidades que hay son suficientes?
Hasta los 35 años, hay bastantes convocatorias, pero es un apoyo puntual y hay mucha gente dedicándose al arte que no consigue ese reconocimiento. Es un poco injusto lo selectivo que es este ámbito. A mí me da pena que haya gente que no pueda sortear un primer apoyo para desarrollarse más.
Usted ha hecho residencias en el extranjero. ¿La situación es diferente en el resto de Europa?
Yo estuve en Ámsterdam, y notaba que la gente tiene más herramientas. Creo que en otros sitios de Europa están mucho más preparados para el mundo del arte.
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