La mañana de un martes del mes pasado, Steve Meadows salió de su casa en Venice, California, llevando consigo un material que tenía una historia extraordinaria. Seguido por los realizadores de un documental y con la ayuda de un amigo, este arquitecto de 66 años, actor, inventor y aficionado al arte montó en su camioneta dos pinturas que podrían convertirse volverse muy preciadas y que intrigan al mundo del arte internacional.
Ambas obras -dos naturalezas muertas en papel y lienzo- serán recibidas por el Museo Van Gogh en Ámsterdam, donde serán analizadas para determinar si salieron del pincel del maestro holandés.
Su autentificación conmocionaría al mundo del arte y multiplicaría astronómicamente su valor: el lienzo, de 52 por 68 centímetros, sería el segundo Van Gogh identificado desde 1928.
El récord de venta de un cuadro de Vincent Van Gogh (1853-1890), que murió en la miseria, lo tiene el "Retrato del doctor Gachet" (1890), vendido a más de 82 millones de dólares en 1990.
"Me siento aliviado de mandarlos al museo", dijo Meadows. "Yo solo quiero la verdad".
Las pinturas están en proceso de evaluación. Una de ellas podría ser un estudio preliminar hecho por el pintor holandés a su "Vaso japonés con rosas y anémona", actualmente exhibido en el Museo de Orsay de París. La otra podría tratarse de una naturaleza muerta original del artista, un "Abanico japonés".
La evaluación de los expertos en Ámsterdam marca un nuevo giro en la dramática historia de una colección de obras de arte disputada desde hace décadas.
Ambas pinturas pertenecieron al polémico holandés Jelle De Boer, quien acumuló, a mediados del siglo XX cientos de piezas nunca autentificadas que él afirmaba que eran de Van Gogh.
Las autoridades suizas confiscaron muchas de ellas en 1967 bajo sospecha de falsificación. Y han sido objeto de batallas legales durante décadas.
Cruzada por autentificación
De Boer murió en 1970 y sus herederos vendieron los derechos de su colección de arte a inversionistas belgas y holandeses en 1992. Una década después se pudo finalmente reunir toda la colección.
Steve Meadows adquirió sus dos pinturas, según su abogado, Donald Burris, e inmediatamente comenzó la puntillosa tarea de autentificarlas. Gastó cientos de miles de dólares en diversos análisis de paletas y de hilos del lienzo, recurriendo en particular a las imágenes infrarrojas y a los rayos X de alta resolución.
Los resultados fueron positivos: las dos paletas son consistentes con la de Van Gogh.
Uno de los cuadros corresponde, por su tamaño y su composición, con otro Van Gogh pintado en torno a 1890.
El segundo, el "Abanico japonés", comparte características con dos obras del artista que datan de su período parisino, a fines de la década de 1880, justo antes de su muerte, y con dos obras de Edouard Manet.
Van Gogh es conocido por haber hecho muchos duplicados precisos de sus pinturas usando distintos colores.
El "Abanico japonés" tiene características similares con las pinturas de su período París (1889-88) así como del trabajo de Edouard Manet a principio de la década de 1880.
Las evaluaciones con escáner mostraron que habían sido dibujados, en posición horizontal, encima de una imagen floral anterior pintada en vertical. Van Gogh regularmente pintaba sobre otras obras, según algunos historiadores.
Espera por resultados
Alentado por la evidencia encontrada, Meadows contrató a Burris, un abogado conocido por actuar en el famoso caso de 2004 en la Corte Suprema para recuperar obras robadas por los nazis a familias judías.
En julio de 2015 enviaron los papeles al Museo Van Gogh, la máxima autoridad en la materia, que dos meses después respondió que recibiría las obras a principios de 2017.
"Todo apunta a que son trabajos de Van Gogh", dijo Burris. "Estamos agradecidos con el museo por aceptar revisarlas. Sabemos que no asumieron ningún compromiso sobre el resultado, pero tenemos esperanzas".
David Brooks, un especialista en Van Gogh que reside en Toronto, dijo que quedaría sorprendido si se confirma su autenticidad dada la reputación de la colección de De Boer. Pero no lo descarta. "El hecho de haber pasado la puerta del departamento de investigación del Museo Van Gogh es alentador", indicó.
El optimismo de Meadows viene de la experiencia del abogado y coleccionista de arte Andrew Brainerd, que compró cuatro pinturas de De Boer en 1966. Después de décadas de esfuerzos, convenció a algunos expertos de que uno era un estudio auténtico de Manet de 1859.
Pueden pasar meses, inclusive años, antes de que se llegue a un veredicto. El museo puede confirmar o negar la autenticidad, o determinarla inconclusa.
Mientras tanto, al artista californiano solo le resta esperar en su casa en Venice, que compró al músico Eric Clapton, para saber si es dueño de dos obras invaluables o si se embarcó en una costosa y fallida aventura.
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