Wenzel Bilger. Crédito: Jacobia Dahm Photography.
El Goethe-Institut en Colombia está presente en Bogotá desde 1957. Desde entonces ofrece clases de alemán, talleres para niños, una biblioteca de miles de títulos, un archivo fílmico y más. Desde julio de 2017, la sede en Colombia está en manos de Wenzel Bilger, su nuevo director. Hablamos con él sobre la política, el cambio climático y la diversidad en todas sus formas.
Wenzel Bilger empezó a trabajar en el Goethe-Institut hace unos 12 años. Inició su carrera en la casa madre de la institución cultural oficial de Alemania en el mundo, ubicada en Munich. La misión del Goethe es difundir el idioma alemán en el extranjero y fomentar el intercambio cultural. Bilger pasó varios años desempeñándose como director de Programación del instituto en Nueva York, donde coordinaba las actividades culturales del Goethe en Norteamérica, es decir Canadá, Estados Unidos, México y Cuba. Desde principios de julio llegó a Colombia para asumir la dirección del instituto en el país, que lleva 60 años operando en Bogotá.
Bilger ya conocía Colombia: “Vine por primera vez en 2012 para un proyecto que organicé con unos colegas aquí. Se trataba de un taller de curadores sobre los puntos de encuentro entre política y arte contemporáneo. Los artistas son ciudadanos y viven en la sociedad, así que el arte siempre tiene una función social”.
Crédito: Daniel Reina.
Una de sus pasiones es el senderismo, y la biodiversidad natural de Colombia fue uno de los elementos que lo trajeron al país. “Tengo un interés personal en las relaciones entre estética natural y estetica artística. La naturaleza es fascinante pero también es muy interesante la relación entre naturaleza y el ser humano y sus sociedades, especialmente en este momento en que debatimos todas las preguntas sobre el cambio climático”.
De formación es un ‘científico de ciencias culturales’ y sociólogo, con un enfoque en teoría cultural y estética. Dice que tiene una formación "más conceptual": "Después me empecé a interesar en artes visuales y en arte del performance, en formas experimentales que no se dejan encasillar”.
En cuanto a su puesto, Bilger sonríe y dice “estoy muy agradecido porque me transfieran a Colombia en este momento que es tan histórico y tan lleno de esperanza. Pero tampoco es un momento fácil. Por ahora tenemos varios proyectos sobre la memoria. Alemania es un país con una historia muy complicada y cargada de problemas, que claro son muy diferentes a los de Colombia, pero para nosotros la memoria y sus funciones sirven para la construcción de futuro. Las sociedades no pueden formar un futuro justo, pacífico, sin ocuparse de la memoria. También tenemos pequeños proyectos [que venían de antes] que tienen una dimensión más educativa, como el cine comunitario. No solo lo llevamos a centros urbanos como Bogotá o Medellín o Cali, vamos a regiones más desfavorecidas para ver qué pueden hacer la cultura, las artes y el cine en estos lugares”.
Crédito: Daniel Reina.
Bilger enfatiza en que lo primero que quiere hacer es conocer el país antes de delinear su proyecto administrativo para el instituto. “La manera de trabajar en el Goethe es siempre en función del contexto específico. Entonces todavía no puedo decir mucho sobre la programación que voy a hacer, en dos o tres meses ya sabré más. Lo que traigo es una formación y una red de personas con quien trabajé, artistas, intelectuales y académicos que están interesados en las mismas cosas que yo: los lazos entre política y arte, en preguntas acerca de la naturaleza, de su dimensión histórica y contemporánea, de los desafíos que tiene ahora. También tenemos proyectos como el Ciclo de Cine Rosa en septiembre, cuya temática también entra en esas preguntas sobre de la función del arte en el desarrollo de la sociedad”. Este año, el ciclo cumple 16 años. Es una muestra de cine que presenta trabajos históricos y contemporáneos creados por y para la comunidad LGBTI.
Para los miembros del Goethe el ciclo se dará tras una coyuntura especial: en junio de este año se aprobó la plena legalidad del matrimonio homosexual en Alemania. La canciller Angela Merkel voto en contra de la decisión histórica. Ante el tema, Bilger señala que es “interesante, muchos por fuera del país pensaban que ya era así y nosotros tambien de vez en cuando pensábamos que el matrimonio para todos ya era legal. De hecho, mi marido está aquí en Colombia conmigo [risas]".
Para Bilger, lo interesante de ese tema es que se relaciona a la manera como él ve el Goethe y su función: "No es que existan sociedades desarrolladas y otras no. Todas tienen partes más avanzadas y menos avanzadas, por lo que debe haber un diálogo entre ellas. Los alemanes podemos aprender mucho de los colombianos, así como los colombianos de nosotros. Hay cosas muy interesantes en lo que está pasando allá y lo que está pasando acá con el proceso de paz. En el mundo hay sentimientos muy fuertes, no solo en cuanto a la sexualidad y género sino también en cuestiones de raza y etnia. La crisis de refugiados en Europa es un tema fuerte. Hay elementos muy nacionalistas, muy populistas. Siento que de alguna manera vamos a lograr salir de eso, pero es un proceso y lo único que podemos hacer es facilitar el debate internacional y la cooperación. Un país aislado no va a poder resolver ninguno de los problemas que agobian el mundo, necesitamos trabajar juntos y aprender unos de otros. El Goethe puede tener una función en ese diálogo e intercambio cultural. No quiero exagerar o sobrevalorar nuestro papel, somos una institución pequeña, pero intentamos poner de nuestra parte”.
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