El museo dedicado a Van Gogh en Ámsterdam
es el mejor del mundo para los visitantes europeos. El mismo público
sitúa en segundo lugar al Louvre, de París; el tercero es el Rijksmuseum,
de la propia capital holandesa. Lo dice un estudio elaborado por la
Escuela de Administración de la Universidad Erasmus, de Róterdam, que ha
comparado la reputación de 18 salas de 10 países occidentales (Europa y
Estados Unidos) además de Asia y América Latina, y ha preguntado a sus
propios habitantes y a turistas extranjeros. El museo del Prado ocupa la
octava plaza tanto en Europa como en el mundo, para ambas categorías de
sondeados. El Reina Sofía, la 12ª y 15ª, respectivamente. El Louvre parisiense supera a los demás en todas las categorías.
“Podemos estar orgullosos de que dos museos holandeses encabecen la lista de los mejor evaluados. Muestra el nivel de nuestro sector”, ha dicho Axel Rüger, director del Van Gogh. Por su parte, Cees van Riel, responsable de comunicación de la Escuela de Administración de la universidad de Róterdam, subraya “el tirón de un espacio dedicado desde hace 40 años a un solo artista”. También el hecho de que “el Van Gogh sea relativamente nuevo comparado con gigantes tradicionales, como el Hermitage ruso, El Prado o el Museo Británico”.
Los casi 12.000 encuestados fueron divididos entre visitantes originarios de los países de cada museo (150 como mínimo) y turistas extranjeros (no menos de 50). Se estableció también otra categoría: 6.419 personas que acuden de forma regular a los museos, y otras 5.065 que no lo hacen con frecuencia. “Aunque los nativos de un país puntúan más a un museo propio, y el caso del Hermitage, de San Petesburgo, es muy visible, no siempre ocurre. El Museo de Shanghái, o el centro Cultural Banco do Brasil, por ejemplo, recibieron más votos fuera que dentro”, señala el trabajo.
A continuación, se apuntan tres razones para el éxito de una sala de arte: lo mucho que pueda conocerse dentro y fuera del país; la estrecha relación y asociación con la ciudad que lo alberga, y lo atractivo de su colección. “Los más grandes no son vistos como los mejores. Algo que solo consiguen, en el mundo, el Louvre y el Museo Británico”, dicen los expertos holandeses. En su opinión, “los museos sirven al público, protegen el patrimonio nacional y atraen y educan a la gente”. “Es un papel que puede inspirar a las empresas por sí mismas, y también a ambas partes, para que aúnen esfuerzos”.
Junto a las salas ya mencionadas, en el estudio aparecen la National Gallery y Tate Modern (Londres); Museo Vaticano; Museo D´Orsay y Museo Nacional de Arte Moderno -Centro Pompidou- (París); National Art Center (Tokio); los museos de Arte Moderno y Metropolitano de Arte (Nueva York) y la National Gallery of Art (Washington).
Fuente
https://elpais.com
“Podemos estar orgullosos de que dos museos holandeses encabecen la lista de los mejor evaluados. Muestra el nivel de nuestro sector”, ha dicho Axel Rüger, director del Van Gogh. Por su parte, Cees van Riel, responsable de comunicación de la Escuela de Administración de la universidad de Róterdam, subraya “el tirón de un espacio dedicado desde hace 40 años a un solo artista”. También el hecho de que “el Van Gogh sea relativamente nuevo comparado con gigantes tradicionales, como el Hermitage ruso, El Prado o el Museo Británico”.
Los casi 12.000 encuestados fueron divididos entre visitantes originarios de los países de cada museo (150 como mínimo) y turistas extranjeros (no menos de 50). Se estableció también otra categoría: 6.419 personas que acuden de forma regular a los museos, y otras 5.065 que no lo hacen con frecuencia. “Aunque los nativos de un país puntúan más a un museo propio, y el caso del Hermitage, de San Petesburgo, es muy visible, no siempre ocurre. El Museo de Shanghái, o el centro Cultural Banco do Brasil, por ejemplo, recibieron más votos fuera que dentro”, señala el trabajo.
A continuación, se apuntan tres razones para el éxito de una sala de arte: lo mucho que pueda conocerse dentro y fuera del país; la estrecha relación y asociación con la ciudad que lo alberga, y lo atractivo de su colección. “Los más grandes no son vistos como los mejores. Algo que solo consiguen, en el mundo, el Louvre y el Museo Británico”, dicen los expertos holandeses. En su opinión, “los museos sirven al público, protegen el patrimonio nacional y atraen y educan a la gente”. “Es un papel que puede inspirar a las empresas por sí mismas, y también a ambas partes, para que aúnen esfuerzos”.
Junto a las salas ya mencionadas, en el estudio aparecen la National Gallery y Tate Modern (Londres); Museo Vaticano; Museo D´Orsay y Museo Nacional de Arte Moderno -Centro Pompidou- (París); National Art Center (Tokio); los museos de Arte Moderno y Metropolitano de Arte (Nueva York) y la National Gallery of Art (Washington).
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