Ángela Lergo es una artista licenciada en Bellas Artes en la especialidad de escultura por la Universidad de Sevilla y en Escenografía y Descubrimiento en la Universidad Menéndez Pelayo. Ángela nació rodeada de artistas, lienzos y óleos, lo que le ha llevado a no poder concebir su vida sin el Arte. El ser humano, figura y alma, es la parte fundamental en el trabajo de esta artista, amparada sobre todo en su representación a través de la escultura y la performance, haciendo de su obra un mensaje femenino y potente que busca socavar en las sensaciones y emociones del espectador, a veces de forma desgarradora. A Lergo le precede una amplia trayectoria en la escenografía teatral y la performance. De todo ello hay en las piezas de su trabajo habitual. Muchas de ellas en contenedores de mil símbolos y sugerencias poéticas, con el ser humano como punto de partida y continua referencia.
¿Qué es para usted el arte?
Ángela Lergo: Es una actividad mediante la cual el ser humano hace patente la idea de que está hecho a imagen y semejanza de lo divino. A través del arte el hombre es capaz de materializar la intangibilidad de los sentimientos, los pensamientos y las emociones.
El arte es disgregar las cosas en capas, donde está encerrado su contenido cultural, social, emocional, espiritual… sacar su esencia, y plasmarla en una obra para que otros la puedan contemplar.
El arte se rige por las leyes de la intuición, y usa las de la razón como instrumento, para crear una obra que vaya directa al subconsciente y a las emociones del que la observa.
¿Por qué decidiste dedicarte a la performance?
Ángela Lergo: Porque, aparte del trabajo con las instalaciones en mi estudio, me atrae la posibilidad de crear una obra en la que lo más importante sea únicamente la idea, lo que ésta es capaz de evocar, eliminando otras posibles intencionalidades de una obra, como la necesidad de que quede algo material, algo que permanezca para el futuro. El sólo hecho de la fugacidad, ya me parece que está cargado de significado y de poesía.
Me atrae también el encanto de entregar algo a la gente que estás haciendo para ellos en ese mismo instante, y el hecho de poder usar diferentes medios que lleguen a diferentes sentidos: me gusta incluir música (generalmente electrónica), olores, cosas que se puedan tocar, e incluso que queden en el espacio para que la gente las vaya borrando a su paso.
¿Cómo la descubriste?
Ángela Lergo: Durante varios años estuve diseñando escenografías para teatro, una actividad verdaderamente rica y apasionante que te permite jugar con el espacio, la escultura, la luz, el ambiente…Entonces tuve ocasión también de subirme al escenario, y todo ello me dio la oportunidad de aprender mucho sobre la emoción y las posibilidades de expresión del contacto directo con el espectador.
Después comencé a utilizar todo este conocimiento y experiencia en las inauguraciones de las exposiciones con la intención de recrear el espíritu de la obra expuesta, intentando “contar lo mismo” con otro tipo de soporte, que es el propio cuerpo o el de otros y la acción, la performance en definitiva.
Angela lergo©
¿Por qué hace una especie de activismo transgresor a través de la performance?
Ángela Lergo: Como artista me interesa despertar inquietudes, hacer que sean cuestionadas muchas realidades que se dan por válidas sólo por ser costumbre. Las cosas se pueden enriquecer si se observan desde diferentes puntos de vista, y casi nunca son tan objetivas como creemos a priori. Plantearse distintas posibilidades o detenerse a hacer un análisis profundo de la verosimilitud de nuestras creencias, costumbres o tradiciones, es una práctica muy saludable.
De todas formas no sólo hay transgresión en mis performances. También me suelo recrear en la belleza de las cosas, en su poesía o en su riqueza cultural o antropológica.
Creo que los artistas tenemos la suerte de estar en una posición privilegiada a la hora de comunicar, porque hacemos los planteamientos no desde el deber o la exigencia, sino desde la contemplación estética, lo cual hace que el espectador se muestre confiado e interesado, con una actitud positiva ante el mensaje que está recibiendo
¿Cuál es tu relación con el cuerpo humano y cómo lo utilizas de forma que sea plataforma de expresión?
Ángela Lergo: En las performances utilizo mucho mi propio cuerpo, que se convierte en recurso expresivo y en resultado final. Me sirvo de su capacidad evocadora, se convierte en mi herramienta más directa. Yo y mi propia obra nos transformamos en dos partes que se intercomunican y se hacen sólo una. Mi cuerpo y mi mente se ponen al servicio de la obra, como mis pies están al servicio de mi intención de caminar. Cada parte de mí cuerpo pretende expresar la idea final, y mi mente se encarga de dirigir la orquesta.
En la escultura también recurro a la representación de la figura humana como un importante modo expresivo. Para mí la figuración es un arma con mucho potencial, ya que el espectador reconoce el objeto automáticamente y esto hace que se confíe, se entregue a la contemplación sin reservas. Pero mis esculturas no representan personajes de la vida real, sino que parecen rescatadas del mundo de los sueños, de un mundo interior imaginado o vivido. Ahora bien, la figuración en sí misma no es para mí un fin. El “paisaje” en el que se encuentran es tan importante como la figura, está cargado de contenidos que inquietan, transmiten sensaciones, evocan y transportan…
¿Qué buscas interviniendo el cuerpo?
Ángela Lergo: Para mí la utilización de un cuerpo en mi obra es de suma importancia. No banalizo con él porque le tengo mucho respeto. Cada cuerpo es una complejísima maquinaria cargada del poder evocador que le da el ser sustento y contenedor de nuestra capacidad de pensar, sentir, comunicarnos y querernos. Por toda esa gran riqueza me apasiona trabajar con el cuerpo, tanto la performance como la escultura, y cada movimiento y cada gesto que hago están cargados de intención…
¿Qué le inspira para trabajar, cuál es el motivo?
Ángela Lergo: Realmente no lo sé. A veces yo misma me lo pregunto. Es verdad que hago un trabajo con el que obtengo una gran satisfacción personal. Por un lado porque es lo que quiero hacer, es sincero, y por otro porque veo cómo la gente comunica perfectamente con él, el diálogo entre mi obra y la persona que la contempla suele ser fluido y muy enriquecedor para ambos. Pero por otro lado es un trabajo duro. Esta es la parte que la gente desconoce del trabajo del artista. El esfuerzo tanto mental como físico es mucho, las horas de descanso son escasas y las compensaciones materiales no son proporcionales a la cantidad de neuronas empleadas. Sin embargo, lo único que puedo decir, es que el impulso de continuar es superior a cualquier planteamiento práctico.
¿Qué pretende con su trabajo?
Ángela Lergo: Plasmar las ideas que se agolpan en mi mente, las inquietudes que la ocupan, difundir mi deseo de que la vida sea mejor de lo que es, y buscar entre la avalancha de información, de acontecimientos, y de los sentimientos que todo ello nos causa, lo bueno que ya tiene.
Pretendo, sobre todo, que me haga sentir bien.
¿Cuál es la importancia del vacío en sus instalaciones?
Ángela Lergo: El vacío, siempre y cuando la composición tenga la armonía necesaria, sugiere tanto como cualquier otro elemento, porque en realidad no existe como tal, sino que se llena automáticamente con la esencia y el significado de todo lo que lo envuelve.
Por eso le doy tanta importancia como al volumen de espacio ocupado, y lo utilizo como una pieza más. El vacío forma parte siempre de mi obra, se incorpora a la instalación como un elemento más de su morfología.
¿Por qué utiliza mercurio líquido? ¿Qué le atrae de este material? ¿Qué otros materiales utiliza en sus performances y esculturas y cuáles no le gusta?
Ángela Lergo: He utilizado infinidad de materiales, tanto naturales (sal marina, especias, lana de oveja, leche, plantas, arena, tierra de labranza, sangre…) como industriales (contenedores de petróleo, neumáticos de tractor, metacrilato…), electrónicos (leds de iluminación RGB, programadores, pantallas de televisión…). Cualquier elemento es sensible de comunicar y capaz de convertirse en parte de una obra de arte. Todos ellos tienen gran riqueza de lecturas que están cargadas de significados por su relación cultural, social, espiritual o material con el ser humano.
El mercurio está relacionado con el agua. En Medina Sidonia, en la época mozárabe de Andalucía, había una fuente que, a ciertas horas del día, recibía la luz del sol de tal manera, que el agua parecía de metal. La llamaban la fuente de mercurio. Está relacionado también con la medicina, permitiendo medir la temperatura de la fiebre de nuestras frentes…El mercurio, siendo un metal, es líquido, y se mueve y se escurre de una forma extraña entre nuestros dedos…
¿Cómo ve el desarrollo de la escultura y también la performance a nivel mundial y en España? ¿Hay diferencias, por ejemplo, entre Estados Unidos y Europa?
Ángela Lergo: Más que cualquier diferencia entre EEUU y Europa, me llama la atención especialmente la intervención en el panorama del arte en general y en la escultura en particular de los artistas orientales.
Creo que el arte oriental está ejerciendo una gran influencia en el europeo y americano.
Los orientales tienen una visión más frívola de la escultura que nosotros. Quizá es por la falta de una evolución paulatina del arte moderno en oriente. Más bien han importado el arte moderno y se han sumado a él sin una evolución que lo dote de significado. A mí, personalmente, me parecen superficiales, “graciosas”.
Fuente¿Cuál o cuáles han sido los momentos más gratificantes de su carrera? Una reflexión.
El momento del proceso de producción de la obra más gratificante es, para mí, el momento en que la concibo. Cuando la obra es sólo una idea, y le voy dando forma en mi mente.
A veces también, aunque no tan a menudo como yo quisiera, hay momentos en que disfruto mucho realizando la pieza, especialmente al modelar en barro un cuerpo o la expresión de una cara.
Y al final, siempre lo son los momentos en que puedo observar la reacción de la gente ante mi obra. Disfruto comprobando la gran sensibilidad con la que pueden los demás reaccionar ante ellas. Me gusta comprobar que soy capaz de despertar en alguien, aunque sea un instante de felicidad.Extracto de entrevista realizada por Pablo Barrenechea.
https://www.enkil.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario