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jueves, 29 de marzo de 2018

Balance 2017: Bienalsur, el evento más destacado del año



BienAlSur, la primera Bienal Internacional de arte Contemporáneo de América del Sur, fue el evento cultural que arrasó con sus  exposiciones, performances e intervenciones en cinco continentes durante 120 días y rankeó como un evento cultural sin precedentes, que sólo en la Argentina atrajo a un millón de personas. Desde su KM 0 ubicado en el ex Hotel de Inmigrantes hasta el último KM, el más lejano a Buenos Aires, ubicado en Japón, BienAlSur desplegó una cartografía que marcó un hito en la historia de las bienales. Esta edición, que finaliza el último día de este año, logró conectar de manera simultánea a 32 ciudades de 16 países y agrupó a más de 350 artistas y curadores.
Impulsada por Aníbal Jozami, director de la Bienal; Diana Wechsler, directora artístico-académica, y Marlise Ilhesca, la asesora general, construyeron -junto a un equipo de prestigiosos curadores- un nuevo concepto de sur. Un sur global e itinerante que organizó una megaeveto que se presentó como proceso y que apunta a su nueva edición conservando esta idea eje y redoblando la apuesta.
Anibal Jozami anticipó detalles de la segunda edición que se realizará con sede central en Buenos Aires entre junio y septiembre de 2019 y cuyo llamado a concurso para la presentación de proyectos de artistas de todo el mudo se hará a partir del 1° de marzo de 2018.
El lanzamiento oficial de la Bienal se hará entre marzo y abril del año próximo en el Polo Norte, ya que es el único lugar del mundo que tiene una única dirección a donde ir: el sur, explicó Jozami en referencia a la bienal, cuyo objetivo es posicionar al territorio sur como epicentro de la acción en el atlas del arte mundial y de subvertir los parámetros esgrimidos entre países centrales versus periféricos.
El proyecto, desarrollado por la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF), consiguió una articulación novedosa al establecer un diálogo con otras universidades, museos e instituciones prestigiosas de numerosos países, así como un reparto diferente de saberes y competencias, a la vez que cuestionó las liturgias curatoriales e incitó a los artistas a producir obras en sitios que no son sus lugares de origen. Al situarse a distancia de los mandatos del mercado, permitió detectar a artistas emergentes.
“No queríamos una estructura rígida de bienal -dijo Wechsler-. Queremos que siga esta idea móvil”. Más del 95% de las obras que forman parte de la Bienal fueron seleccionadas tras un intenso proceso que incluyó dos convocatorias internacionales abiertas con temáticas libres. La idea de este llamado fue invitar a artistas y curadores a pensar proyectos específicos e inéditos y, así, se recibieron más de 2500 propuestas provenientes de 78 países. Durante esas convocatorias se observó la presencia recurrente de proyectos que dialogan fuertemente tanto dentro como fuera del mundo del arte.
Con foco en Buenos Aires, la bienal se abrió hacia el mundo al recorrer una cartografía de 18.370 kilómetros. En la capital argentina se inauguraron más de 20 sedes, a las que se suman más de 80 en otras ciudades del mundo. Se expusieron más de 100 muestras que
involucraron a más de 570 artistas y curadores.
Desde Buenos Aires hasta Tokio de desplegó una ambiciosa cartografía que  pasó por Rosario, Córdoba, Salta, San Juan, Tucumán,Montevideo, San Pablo, Lima, Asunción, Valparaíso, Bogotá, La Paz, Madrid, Paris, Benín, entre otras ciudades, pudieron verse obras de artistas como Christian Boltanski, Pedro Cabrita Reis, Marie Orensanz, Charly Nijensohn, Vik Muniz, Cildo Meireles, Arnaud Cohen, Reza, Regina Silveira, Alexander Apóstol, Eugenia Calvo, Eduardo Basualdo, Maxim Holland, Graciela Sacco, por mencionar solo algunos, además de piezas de colecciones de importantes museos como el Reina Sofía de España y el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Ginebra.
Para Ilhesca, “la fortaleza de la bienal es que le permite a cada lugar rescatar y resaltar su identidad sin que se lo impongan de afuera, en el marco de un proyecto global. El gran desafío es que la bienal no pierda su esencia: despertar el interés del gran público en el arte”.
Millones de personas disfrutaron y participaron de este hecho artístico en cada una de las sedes e instituciones, más la incidencia de las múltiples instalaciones y obras en el espacio público y el alcance en los 16 países intervinientes –Argentina, Australia, Japón, Benín, España, Brasil, Francia, Paraguay, Bolivia, Chile, Ecuador, Colombia, Guatemala, Perú, Uruguay y Venezuela–. Además, el sitio oficial de BienAlSur tuvo más de 500 mil visitas y en Facebook alcanzó los 346 mil seguidores de diversos sitios.
Argentina por primera vez fue anfitriona de una bienal de arte contemporáneo que ya impuso su sello: un sur expandido, descentralización de las sedes a lo largo de una cartografía ambiciosa, un modo de vivir el arte que abandona la contemplación para apelar a la participación de los espectadores-participantes y sobre todo, un evento que arranca desde que abre su convocatoria: los debates “preliminares” a la bienal en sí misma -por llamarla de alguna manera- son parte del evento y suman discusión, dudas, interrogantes sobre cómo crear en este siglo XXI convulsionado y ardiente, una bienal que en plena efervescencia del neoliberalismo abre un cauce necesario para pensar y representar el mundo, un mundo que necesita de nuevas redes de circulación del arte, espacios que la bienal fue conquistando palmo a palmo desde el primer día que lanzó su primera discusión hace ya dos años.
En definitiva, lo que parece proponer BienAlsur con su movimiento permanente es un sin fin de acciones que exceden las acciones puntuales que se van a presentar cada dos años, para convertirse en un movimiento perpetuo y sin descanso que organiza su previa y su post con la misma contundencia e interés que el mientras tanto de la bienal en sí.
Por eso más allá de que Buenos Aires tuvo este año muestras de lujo -desde Tomás Saraceno a Yves Klein, desde Diane Arbus a Ai WeiWei- @jaquealarte.com destaca BienAlSur por la originalidad de su organización y por esa necesaria circulación permanente para reflexionar sobre el arte y para vivirlo que propuso en esta primera edición y que parece que espera asegurarse en la edición 019.
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El Museo de la Ficción de Matías Umpierrez



¿Cómo se puede museificar la ficción? Para responder a esta pregunta, Matías Umpierrez (Buenos Aires, 1980) lleva a cabo el primer Museo de la Ficción: una serie de instalaciones performativas que transitan entre las artes vivas, el videoarte y las intervenciones site-specific, desafiando los límites tempo-espaciales de la ficción, con el fin de encontrar una forma de guardar una construcción dramática, para la presente y posterior memoria colectiva.

La pieza inaugural del Museo de la Ficción se llama IMPERIO y es una adaptación de Macbeth, de William Shakespeare, creada por Umpierrez y ambientada en la España de la década de los noventa, que pone en evidencia la ficción como herramienta de mediación social y política produciendo un mix entre la industria del entretenimiento, los mecanismos de poder en la actualidad y la furia que despierta el enfrentamiento entre tradición y globalización.
En esta versión, Macbeth es interpretado por una mujer (Ángela Molina) y Lady Macbeth por un hombre (Robert Lepage), “porque en esta pieza –explica el director–, los géneros no condicionan los comportamientos de los personajes, solamente valen los impunes deseos de poder que a lo largo de la historia permanecen tan intactos como la codicia que empuja a gran parte de los sistemas económicos y políticos que gobiernan el mundo”. El reparto lo completan Elena Anaya, Chema Tena, Ana Torrent, Adolfo Fernández, Javier Pereira, Tessa Andonegui, Javier Tolosa y Bore Buika, entre otros.






Museo de la Ficción se puede ver ahora en la sala Laboratorio del Museo San Telmo de San Sebastián. Está compuesto por un cuadrilátero de pantallas, de 5 x 3 metros cada una, que muestran cuatro perspectivas diferentes de la pieza. 

El público adquiere un rol fundamental al sumergirse en esta experiencia: cada espectador hace su propio montaje creando su propia dramaturgia a partir de aquello que desea ver u omitir.
Fuente: hoyesarte.com



Por jaquealarte

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https://jaquealarte.com

El niño radiante: 30 años sin Basquiat



“Fue el primer artista negro en aparecer en la tapa de la revista dominical del New York Times. Bajo el nombre de Samo (same old shit –la misma mierda de siempre-) graffiteó toda New York. Con una brocha empapada de pintura blanca pintó una pared y cambió la historia del arte para siempre. Sedujo a artistas y a galeristas. Facturó millones. Antes de pintar, tuvo una banda punk.


No hablaba de dinero, al menos del suyo.Adoraba la fama. Warhol lo admiraba y lo fichó como aliado y amigo. Madonna se enamoró de él, un rato. Sus padres fueron su lastre. En una entrevista le preguntaron qué haría si supiese que le quedaban 24 horas de vida: luego de pensarlo mucho contestó que las pasaría con su madre y su novia. Murió de sobredosis de heroína a los 28 años, solo”, escribí esto hace unos años cuando vi el Basquiat Show en Milán, una retrospectiva muy exhaustiva de su obra, que incluía un fragmento del documental que hoy te presentamos completo y subtitulado al español: Basquiat, the radiant child.


Fue dirigido por su amiga cineasta Tamra Davis. Davis no sólo rinde homenaje a su amigo sino que hace de él un ícono. La película cuenta con material exclusivo que incluye una larga entrevista a Basquiat así como también los puntos de vista sobre su vida y sobre su obra de Julian Schnabel, Larry Gagosian, Bruno Bischofberger, Tony Shafrazi, Fab 5 Freddy, Jeffrey Deitch, Glenn O’Brien, Maripol, Kai Eric, Nicholas Taylor, Fred Hoffmann, Michael Holman, Diego Cortez, Annina Nosei, Suzanne Mallouk, Rene Ricard, entre otros.
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https://jaquealarte.com

Zanele Muholi: “Soy una activista visual”

El Museo de Arte Moderno de Buenos Aires  presenta una exposición del proyecto fotográfico Somnyama Ngonyama [Salve! oscura leona] de la sudafricana Zanele Muholi ( 1972; vive y trabaja en Johannesburgo), artista y activista. Lesbiana y negra, en un país que aún enfrenta más de un apartheid: la raza, el género, el fluir sexual. Allí, ella habita su cuerpo a pesar de todes. Allí construye su obra para armar la identidad de muchxs excluidos y criminalizadxs, de muchxs que forman parte de su comunidad, de su red, de su raza y de su rechazo a obedecer porque sí.
La construcción de su obra y su reputación está basada en el registro de los crímenes de odio: contra los negros, contra los negros de la comunidad queer más específicamente.
En esta serie que se presenta en Buenos Aires a partir del 15 de marzo, Zanele da vuelta su cámara. Ahora se retrata a sí mismx y, al hacerlo, pone en evidencia la propia historia de ellxs (su pronombre preferido) —la negritud, la historia política de su país, la condición de género—, al tiempo que compromete la mirada del espectador que, ante sus imágenes, se ve obligado a preguntarse sobre el cómo, el cuándo, el dónde y el por qué de la construcción de estas imágenes.
Este viraje al autorretrato contrasta, repetimos,  con el proyecto al que Muholi dedicó toda la vida: registrar a los miembros de la comunidad negra LGBTI de Sudáfrica y a la vez afirmar su misión de “reescribir una historia visual de los negros queer y trans para que el mundo sepa sobre nuestra resistencia y nuestra existencia, víctima de la mayor cantidad de delitos de odio dentro y fuera de Sudáfrica”.
“Exagerando lo oscuro de mi piel estoy recuperando mi negritud -dijo al diario El Pais el año pasado- que siento que está constantemente producida por el otro privilegiado. Mi realidad es que no tengo que hacer mímica, soy negra, como mis ancestros. Vivimos como negros los 365 días del año y deberíamos hablar sin miedo”, explica.
También cuenta que en su familia no hay fotos de sus abuelos ni de sus bisabuelos. Borrando la estirpe deliberadamente, en Sudáfrica, no se hace otra cosa que remarcar la falta, y ese sentimiento de nostalgia es, según Muholi, el que la ha acompañado durante toda su vida: “Si hubiera podido conocer sus caras, una parte de mí misma se sentiría menos vacía”.
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Sacco, Alaoui & Geiger: la unión hace la fuerza

Las inauguraciones, muchas veces, vienen acompañadas de acontecimientos ajenos pero que de algún modo impactan en su propuesta original y las resignifican. Podría tratarse de una coyuntura política o social determinada, o de algún acontecimiento que hace tambalear al circuito artístico. En este caso, la apertura de la triple muestra del Centro de Arte Contemporáneo de Museo de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (MUNTREF) está atravesada por dos hechos imposibles de ignorar: por un lado, el fallecimiento de la artista rosarina Graciela Sacco (ocurrido en noviembre del año pasado) y por el otro, el paro internacional de mujeres con sus respectivas manifestaciones. Junto a Sacco exponen la brasilera Anna Bella Geiger y la franco- marroquí Leila Alaoui. Las tres artistas, a su manera, tienen cosas importantes que decirle al mundo, y juntas siempre es mejor. La mirada femenina, presente de manera contundente, no es una mirada pasiva, indulgente o sumisa, sino que, sin perder el tono poético y estético, aborda con fuerza categórica cuestiones políticas universales.
SACCO
Desde las escaleras que acceden al tercer piso del Ex Hotel de Inmigrantes, unos ojos (“Entre nosotros”) nos interpelan. Su mirada colectiva y anónima nos prepara para un recorrido que intenta poner en palabras –en preguntas- conflictos en torno a lo público, al poder de la voz multiplicada, al enfrentamiento social, al rol de la mujer y a la memoria colectiva.
Preguntas es el título de una muestra que funciona a modo de homenaje. Fernando Farina y Diana Wechsler, curadores y amigos personales de Graciela, tomaron como punto de partida aquella retrospectiva del 2014 llamada Nada está donde se cree y realizada en el mismo espacio. El acento, en este caso, estuvo puesto en la reflexión de sus obras a modo de interpelaciones que operan sobre el espectador una y otra vez y que lo enfrentan a sus propias ambigüedades y paradojas. Éstas quedan visibilizadas ya desde algunos títulos, como es el caso de “Cualquier salida puede ser un encierro”, instalación que consiste en el pasaje por un puente que atraviesa un cielo y un mar y que se presenta a su vez liberador, amenazante e infinito. No solo de ambigüedades se trata, sino de sostenerlas en el tiempo y que se re signifiquen infinitamente. Muchos de estos trabajos, originalmente plasmados en espacios públicos como intervenciones urbanas, se re contextualizan, y según palabras del propio Farina “operan en un presente continuo”, dado que su poder trasciende la propia época.
Paso a paso las obras nos preguntan, nos intiman, nos incomodan. Tal es así el caso de uno de sus últimos trabajos, inédito hasta el momento: la reactualización de la “Maja Anunciada”, una serie creada a principios de la década de los 90. En su nueva versión/visión, la Maja se presenta como un tríptico en el que una mujer con alas, vista desde una perspectiva similar a la famosa pintura de Gustav Courbet, da luz a un arma que nos apunta, intimidante. Otra de sus piezas emblemáticas de la serie “El combate perpetuo” también nos amenaza, en cuanto ese hombre proyectado por la luz y fragmentado es detenido en ese instante en el que por arroja un objeto hacia el espacio exterior, hacia donde habita el espectador pasivo que Sacco intenta una y otra vez sacudir ante la violencia latente. El recorrido continúa con un conjunto de bocas (“Bocanada”) que grita en silencio algo que nos involucra, algo de lo que tenemos que hacernos cargo. Así también, en la obra “Cuerpo a cuerpo”, una joven Sacco apunta hacia nosotros su cámara, gesto que guarda toda su potencia como el dedo apoyado en el gatillo.
La mirada sostenida se dirige siempre hacia el afuera. Es directa, no da vueltas. Y a pesar de eso, el gesto nunca pierde su poesía y delicadeza. Estas cualidades surgen de las transparencias, de la apariencia fantasmal, de la traslucidez de su estética. La obra se sostiene en ese punto de encuentro entre la franqueza de su interrogación y la sutileza de sus materialidades. Se ampara en un lugar que es íntimo y público a la vez, lugar en donde la política entendida como expresión de lucha se transforma en una expresión artística.
ALAOUI
Leila Aloui, quien falleciera hace algo más dos años en un atentado terrorista en Burkina Faso, ya había sido invitada por Muntref para la muestra Migraciones (en el) arte contemporáneo (2015). Siempre aferrada a problemáticas tan actuales como las del mundo árabe o los derechos de la mujer, Aloui aborda en este caso el relato de la experiencia, por parte de otros, sobre el migrar y todo lo que ello implica. Dentro de ese gran concepto que es la migración, entran otros: fronteras, identidad, lenguaje y pertenencia. La artista utiliza la fotografía y el video para adentrarnos en un universo en donde estos inmensos y precipitados oleajes migratorios forman cicatrices en el cuerpo y en el alma de aquellos que lo sufren. Los relatos expresan la fragilidad de los que se aventuran a la travesía con todo el temor y la esperanza a cuestas.
“Crossings” está compuesto de imágenes de carreteras desoladas y oscuras, de inmensas dunas, de frondosos árboles que tocan el cielo, del infinito y amenazante mar. Son paisajes proyectados en una pantalla fragmentada en tres partes, en un intento acertado de representar un recorrido colmado de dificultades. Los sonidos del silencio, de los motores, de los pasos, de los niños llorando ante la oscuridad y el desamparo, son intercalados con los cuerpos y miradas de aquellos que vivieron la odisea y que aparecen y se funden en el negro profundo de la pantalla, o de lo desconocido y peligroso.
El video es acompañado además por un conjunto de retratos de los protagonistas de esta historia. Personas anónimas e invisibles en el mundo actual, que suelen ser representados como una gran masa que genera miedo, rechazo, incomodidad y culpa frente a quienes tenemos un hogar. Alaoiu, con su lente, los saca del anonimato y muestra con toda su integridad los rostros y cuerpos que cargan con las marcas del exilio.
GEIGER
Artista conceptual y prolífica, Geiger ha indagado continuamente en diversos soportes y materialidades para reflexionar sobre las fronteras. En esta ocasión, Geografía física y humana presenta 75 piezas que incluyen fotografías, videos, collages, cuadernos de artista e instalaciones y que dan cuenta de un universo creativo siempre inspirado en la geografía como herramienta conceptual y material. Sus mapas son el resultado de una historia que Geiger desmonta y reconstruye a partir de su propia concepción sobre las fronteras, siempre desde la ironía y el humor como herramientas reflexivas. Este juego de desarmar y rearmar el mundo es una batalla artística por quebrar la mano dura de la creación del hombre poderoso y avasallante. Es una manera de repensar el relato hegemónico de la historia a partir de la representación utópica de otras realidades posibles.
En sus mapas, así como en la naturaleza, conviven fauna, flora, hombres y mujeres. Esos trazos, históricamente inanimados, cobran vida en sus collages. Ecuaciones y variaciones de los territorios son una recreación de un universo en potencia. Geiger aborda estas cuestiones a partir de la repetición y la serialidad, en un intento de anular el discurso único y reemplazarlo por múltiples voces que habitan el gran atlas. Las políticas coloniales, los discursos de poder y los estereotipos culturales son conceptos puestos en jaque una y otra vez. El corpus de Geiger no es vasto solo por su volumen, sino por su temática casi inabarcable. Habla del ser, de la compasión por el hombre como una cuestión política e ideológica; su herramienta es la reinvención constante de la representación del mundo. Como lo define su curadora Estrella de Diego, su obra es poética, y a la vez política. Ninguna cualidad podría funcionar sin la otra.
Hay una fluidez en el recorrido, una conexión evidente. Las obras, aunque dispares en su materialidad y su abordaje, se potencian en un continuo intercambio. Son abiertas y permeables porque fueron realizadas por mujeres así. Mujeres que intentan esbozar algunas ideas sobre cuestiones sociales y políticas desde un lugar personal e introspectivo, pero que a su vez no se cierran sobre si mismas. Quizás sea la coyuntura o el contexto, lo cierto es que esas problemáticas actuales y palpables se evidencian imagen tras imagen y se potencian en el diálogo y en la subjetividad de sus miradas. La crudeza y urgencia de los temas son atravesados por una sensibilidad propia de artistas que han combatido, -y sus obras lo siguen haciendo-, por un mundo más sensible y comprometido.

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https://jaquealarte.com


‘Vlaminck. La expresión del color’, llega al Museo Soumaya

The Gardener 1904
'El jardinero', pintura de Maurice Vlaminck de 1904


El trabajo del pintor francés Maurice Vlaminck podrá ser apreciado en las 122 obras de su exposición ‘Vlaminck. La expresión del color’ inaugurada este martes en el Museo Soumaya de la Ciudad de México.


El trabajo del pintor francés Maurice Vlaminck (1876-1958) podrá ser apreciado en las 122 obras de su exposición

‘Vlaminck. La expresión del color’ inaugurada este martes en el Museo Soumaya de la Ciudad de México.

El acervo, uno de los más importantes del artista francés y que pertenece a la Fundación Carlos Slim, contiene óleos, gouaches, acuarelas y dibujos que van desde su llamado periodo cezaniano (1907-1916), hasta los que realizó a partir de 1925.

«Las vanguardias del arte del siglo XX representaron un capítulo fundamental para los procesos creativos tanto de oriente como de occidente y Vlaminck es uno de los primeros artistas de vanguardia, conocido como ‘El Salvaje’ e integrante del fauvismo, quizás el más consecuente», explicó a la agencia EFE Alfonso Miranda, director del museo.

Miranda explicó que la exposición abarca seis núcleos temáticos: Intensidad. Naturalezas muertas; Rutas. Ciertos caminos sin destino; Tonos saturados. El color y la velocidad; Marinas. Cisterna oscura y resonante; Blanco. La temperatura del color y Paleta; y Lo salvaje: El color gritado.

«Es un recorrido por la campiña francesa, desde el invierno con nieves violentísimas hasta los campos de trigo en trazos vertiginosos como si el propio artista montado en su bicicleta o su coche concretara el recorrido», añadió. Entre los temas favoritos del artista en su obra están: radiantes almiares, agitados mares, ventosos bosques, geométricas naturalezas muertas, sosegadas tormentas de nieve, villas y puentes, los cuales se pueden apreciar en sus más de 120 obras.

Una parte importante de la muestra es que mediante luz espectrante, el espectador podrá analizar las diferentes pinceladas de Vlaminck.

Miranda señaló que el laboratorio de conservación de museo realizó una serie de fotografías con la tecnología Visualización de Superficie Reflectante (RTI por sus siglas en inglés) que destaca la topografía de los trazos de pintura sobre lienzo. Dicha técnica permite identificar el orden y la velocidad con que fueron aplicados, así como las herramientas que empleó el artista francés: pincel, espátula, esponja, tubo directo, estopa e incluso sus dedos.

«Recordemos que durante la primera y segunda Guerra Mundial no era posible tener tantos materiales disponibles y eso lo hizo experimentar con estopa, espátula, con sus dedos o directamente del tubo de pintura para crear esos surcos volumétricos, que lo muestran como un pintor de carácter», destacó.

Con la exposición, el Soumaya celebra siete años durante los que ha sido visitado por más de nueve millones de personas, y 60 años de la muerte del pintor francés, ceramista, grabador, ciclista, maestro de violín, escritor de novelas eróticas y coleccionista de arte africano.

La muestra, que revisa la técnica y forma de trabajo del artista a partir de 1925, no tiene fecha de cierre ya que las autoridades del museo esperan ver el impacto que provoca entre el público para programarla.

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Van Gogh vuelve después de 20 años al mercado de subastas francés


AGENCIA EFE / 29.03.2018 - 03:25 AM

Según la casa de subastas Artcurial, que lo presentó hoy a la prensa, ese óleo de 1882 es "emblemático" de los principios del artista y contiene las premisas de la "revolución pictórica" que encarnaría su autor, uno de los máximos exponentes del postimpresionismo.



El pintor holandés Vincent Van Gogh, ausente del mercado francés de subastas durante más de dos décadas, vuelve a una puja en París el próximo 4 de junio con el cuadro "Raccommodeuses de filets dans le dunes", cuyo precio estimado está entre los 3 y los 5 millones de euros.

Según la casa de subastas Artcurial, que lo presentó hoy a la prensa, ese óleo de 1882 es "emblemático" de los principios del artista y contiene las premisas de la "revolución pictórica" que encarnaría su autor, uno de los máximos exponentes del postimpresionismo.

El director asociado del Departamento de Arte Moderno de Artcurial, Bruno Jaubert, explicó a EFE que aunque no es una obra "menor", pertenece a un periodo que hasta ahora ha estado lejos del foco del mercado.

Su propietario, un coleccionista europeo privado cuyo nombre no se ha desvelado, se lo había prestado al Museo Van Gogh de Ámsterdam en 2009.

La expectación ante su llegada a las subastas francesas deriva de las escasas obras del artista en el circuito internacional, apenas dos o tres al año, y del creciente interés por él de museos privados y fundaciones de creación reciente.

Van Gogh (1853-1890) tenía 29 años cuando pintó ese paisaje holandés con remendadoras de redes, tomado cerca del mar del Norte, y hacía apenas dos que se había consagrado completamente a la pintura.

El azar, según Jaubert, ha querido que su puesta a la venta coincida con la de otras cinco obras de juventud de Paul Gauguin, realizadas entre 1876 y 1887, en un momento en que ambos artistas, cuya relación fue primero cercana y luego tormentosa, todavía no se habían conocido.

La casa de remates destaca que tres lienzos, un dibujo y una decoración pensada para una pandereta de Gauguin salen por primera vez al mercado, pertenecen a la colección Favre-Tessier y tienen un precio estimado que va de los 20,000 a los 310,000 euros.

La venta impresionista y modernista de esa casa de subastas incluye en total medio centenar de obras, con toda una colección de Fernand Léger (1881-1955), una "Naturaleza muerta con teléfono y revólver" del español Óscar Domínguez y un retrato de mujer y un dibujo de arlequines del también español Pablo Picasso

Un estudiante francés que preparaba su tesis cazó a los traficantes de obras del Daesh






                                      Obras con las que traficaban. (Policía Nacional)


La operación se desencadenó gracias a las pistas ofrecidas por el joven que llevaron a detectar numerosas piezas procedentes del expolio en Libia


Un estudiante universitario francés que realizaba una tesis sobre obras arqueológicas de la región de la antigua Cirenaica, hoy en día Libia, resultó fundamental en la investigación que ha permitido seguir el rastro a una trama dedicaba a la adquisición y venta de piezas de valor histórico con fines de financiación del terrorismo yihadista. La operación se desencadenó gracias a las pistas ofrecidas por el joven, que condujeron a numerosas piezas procedentes del expolio del Daesh en Libia localizadas en manos de un anticuario y un marchante de nacionalidad española.

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El universitario rastreaba internet en busca de vestigios de manifestaciones artísticas procedentes de este territorio, que atravesó por las colonizaciones de los imperios griego y romano, cuando detectó que dos personas ofrecían para su venta obras que no deberían haber salido de su lugar de origen. Algunas de ellas, en concreto dos estatuas de la época romana, aparecían troceadas, cortadas a nivel del cuello. Los españoles implicados tenían en su poder una cabeza masculina y otra femenina, separadas del tronco de las figuras, que también fueron localizadas.






Los cabecillas fueron detenidos en Barcelona y acusados de financiación del terrorismo yihadista, receptación, falsedad documental y contrabando. Tras pasar a disposición de la Audiencia Nacional, ambos quedaron en libertad con fianza. El anticuario, un barcelonés de 31 años, se especializó de forma autodidacta en el mundo de las antigüedades, que comenzó a estudiar desde los 17 años. Adquirió notoriedad en el sector e incluso había participado en foros académicos donde se trataba la destrucción del patrimonio histórico por parte del Daesh.


Las imágenes del operativo que ha distribuido el Ministerio del Interiormuestran cómo las obras se conservaban en cajas de madera selladas o recipientes metálicos. Envueltos en papel film, los agentes del Cuerpo Nacional de Policía detectaron también cántaros de origen griego y mosaicos. En el almacén, colocados sobre palés, aparecieron los cuerpos de las estatuas. La policía intervino también obras de la zona tripolitana, entre ellas sarcófagos y piezas de origen egipcio.


Los cabecillas fueron detenidos en Barcelona y acusados de financiación del terrorismo yihadista, receptación, falsedad documental y contrabando. Tras pasar a disposición de la Audiencia Nacional, ambos quedaron en libertad con fianza. El anticuario, un barcelonés de 31 años, se especializó de forma autodidacta en el mundo de las antigüedades, que comenzó a estudiar desde los 17 años. Adquirió notoriedad en el sector e incluso había participado en foros académicos donde se trataba la destrucción del patrimonio histórico por parte del Daesh.

Las imágenes del operativo que ha distribuido el Ministerio del Interiormuestran cómo las obras se conservaban en cajas de madera selladas o recipientes metálicos. Envueltos en papel film, los agentes del Cuerpo Nacional de Policía detectaron también cántaros de origen griego y mosaicos. En el almacén, colocados sobre palés, aparecieron los cuerpos de las estatuas. La policía intervino también obras de la zona tripolitana, entre ellas sarcófagos y piezas de origen egipcio.

En concreto, la policía, en cooperación con la Fiscalía de la Audiencia Nacional, realizó en origen el seguimiento de seis piezas que fueron adquiridas por los acusados en la etapa en que Libia ya se encontraba bajo el control de grupos vinculados al Estado Islámico, entre 2011 y 2016. El Ministerio Público considera que el expolio de los territorios que dominan se ha convertido en una de las principales vías de financiación de estas organizaciones. El dinero se usa en muchas ocasiones para el desarrollo de actividades terroristas.


Rastreaba internet en busca de vestigios de manifestaciones artísticas cuando detectó que dos personas ofrecían para su venta estas obras


Según informó Interior, la red en que se integraron los dos españoles arrancó su actividad en 2014. El anticuario tejió contactos con proveedores de todo el mundo que le permitían el acceso a piezas arqueológicas de diversas civilizaciones. Tras el aviso del estudiante francés, los agentes detectaron en 2016 irregularidades cometidas en los expedientes de importación de obras adquiridas. Las obras de la región de Cirenaica aparecían etiquetadas como importadas desde otros destinos, como Asia u Oriente Medio.


Los españoles no negociaron directamente con el Daesh sino con intermediarios. Los envíos se efectuaban de este modo desde terceros países y se identificaban como simples objetos decorativos. La Policía Nacional, tras la incautación, solicitó el apoyo de las autoridades de Libia, que determinaron que procedían de los yacimientos de Apolonia y Cirene, dos necrópolis de la región Cirenaica. Muchas de ellas estaban dañadas, lo que demuestra que se extrajeron por la fuerza.

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https://www.elconfidencial.com/

El arte contemporáneo japonés desembarca en Cuba

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‘Going away closer’ estará en exposición hasta el próximo 28 de abril
LA HABANA.- Algunos especialistas opinan que la cultura es un manto universal, cuyos hilos conectan realidades que a simple vista parecen diametralmente opuestas. La exposición Going away closer que por estos días transcurre en el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, retoma tal premisa, conjugando las diversas visiones que acerca de la distancia, el tiempo, la vida, la muerte y las remembranzas, poseen dos países tan diferentes como Cuba y Japón.

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Por primera vez una muestra de arte japonés contemporáneo se exhibe en territorio cubano, enmarcada en las celebraciones por el aniversario 120 de la migración japonesa a la Isla. Anteriormente, la presencia de esta importante producción se había limitado, de forma aislada e individual, a las bienales de La Habana.
Going away closer cuenta con obras de siete artistas japoneses y cuatro cubanos (Glenda Léon, Reynier Leyva Novo, Leandro Feal y José Manuel Mesías), que proponen un acercamiento entre las culturas de dos países cuyas condiciones sociales, climatológicas, económicas y tecnológicas son muy contrastantes.
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Para los japoneses, cada obstáculo que impide el contacto online en y desde Cuba, es una circunstancia propicia para regresar a los métodos tradicionales de comunicación. La posibilidad de ver, sentir y escuchar in situ, aporta una experiencia real que rompe el estado ficcional de proximidad generado por las nuevas plataformas de interacción en la era digital.
El realismo cubano es dulceamargo y enrevesado, incómodo a veces para el extranjero. Siendo amantes de la perfección, los japoneses no perdieron oportunidad de adaptar su visión al primitivismo de un país en el que cada resultado positivo reviste un sacrificio enorme.
En el conjunto de obras expuestas se aprecia el diálogo entre similitudes geográficas e históricas, como el hecho de ser dos islas con su propia historia de amor-odio hacia Estados Unidos. Pero también se observa el choque entre el tiempo psicológico de Cuba y el avance contrarreloj de un país que en menos de cien años ha sobrevivido a una sangrienta guerra mundial, dos ataques atómicos e incontables desastres naturales, para convertirse en un paradigma de desarrollo, al borde de la ciencia ficción.
Al interior de esa abismal diferencia se procura también un conocimiento mutuo, en el cual subyacen preocupaciones universales: desde traumas postcoloniales hasta la sensación individual de extrañamiento e intolerancia hacia las vidas de los otros. Poéticas singulares, en algunos casos expresadas con los materiales y recursos disponibles en Cuba, revelan los imaginarios y obsesiones de cada artista.
La obra de Takahiro Iwasaki, natural de Hiroshima, refleja su pasión por lo artesanal y su preocupación por el desarrollo nuclear, capaz de cambiar la fisonomía del planeta en un instante. Fuera del desorden (Uni-formes) es un amasijo de ropas que recrea el mapa de Cuba. Al centro, grúas y torres meticulosamente fabricadas con hilos señalan la ubicación de la planta termonuclear de Cienfuegos, un peligro -¿conjurado?- que, de forma inesperada, hace eco a una inquietud personal relacionada con el trágico legado de Hiroshima.
Natsunosuke Mise combina técnicas de la pintura Nihonga con elementos del pop art y el collage para realizar lo que parecen mapas a gran escala. Las piezas Intercambiabilidad y Pintura de Japón -el pequeño universo de la vasija- constituyen una especie de soporte de compatibilidad donde símbolos de otras latitudes, en este caso la bandera cubana, se yuxtaponen a motivos de la cultura japonesa.
Quizás la obra más impresionante, por su narrativa y composición, es Los no bienvenidos de Tadasu Takamine. La instalación de fibra de plástico azul ocupa una sala completa y fue inspirada por un extraño suceso, en el cual dos botes con cuatro cadáveres encallaron a pocos pasos del estudio del artista. Largo tiempo estuvo Takamine preguntándose qué tipo de vida hubo en aquellos botes, y de qué forma habrían muerto aquellas personas. Con Los no bienvenidos el artista busca contagiar al espectador de esas mismas dudas, inducirlos a meditar sobre el ciclo de la vida y la peligrosa proximidad de la muerte que no acontece de modo natural.
Por la parte cubana, José Manuel Mesías aporta una producción interesante con su serie Cosas que se parecen; una indagación sistemática en objetos que podrían considerarse definidos en su forma y utilidad, pero en las manos del artista adquieren otras connotaciones. Mesías produce un tipo de arte que oscila entre lo popular y lo académico, sin empecinamientos estilísticos. Es un planteamiento  estético muy ingenioso que emerge de la observación, juega con las formas, los espacios y la metamorfosis natural o artificial de la materia.
Going away closer, que permanecerá hasta el 28 de abril en el Centro de Arte Contemporáneo, marca el término de un proyecto cuya concreción se vio, más de una vez, amenazada. El proceso mismo de organizar y montar la exposición fue tan difícil como establecer conexiones entre dos culturas que se asocian más por contraste que por analogía.
Tendidos los puentes -del todo o a medias-, once artistas japoneses y cubanos han hecho posible un diálogo que resalta por la variedad de conceptos, técnicas y recursos artísticos desplegados.
Fuente

miércoles, 28 de marzo de 2018

Alfons Borrell Palazón

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                           Alfons Borrell i Palazón a la Fundació Joan Miró


Alfons Borrell y Palazón (Barcelona3 de junio de 1931) es un pintor abstracto español

Biografía

En 1940 su familia se trasladó a Sabadell, ciudad donde Alfons Borrell vive desde los 9 años. Después de hacer varias tareas ocasionales, en 1950 completó el servicio militar en el Puerto de Pollensa (Mallorca), donde asistió al taller de Hermen Anglada Camarasa 3 y menudeó con pintores medios de Mallorca. De regreso en Sabadell en 1952, trabajó en la relojería familiar. En Barcelona, hizo dos cursos libres de dibujo al natural en la Escuela de Bellas Artes de Sant Jordi, donde en 1953 conoció a la que sería su mujer, Rosa. En 1955 Borrell evolucionó desde la figuración hasta el expresionismo abstracto . El mismo año, participó con Joaquín Montserrat en la creación de la Sala de Arte Actual en la Academia de Bellas Artes de Sabadell y en 1957 colaboró en la revista Riutort, dirigida por Andreu Castells, en Sabadell. En 1959 conoció a Juan -Eduardo Cirlot, que más adelante le dedicó un ensayo.


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                              Signature of the Spanish artist Alfons Borrell

En 1969 formó parte, con Antoni Angle, Llorenç Balsach y Grau, Joan Josep Bermúdez, Manuel Duque, José Llorens, Joaquim Montserrat y Luis Vila Plana, siguiendo la corriente de la Action painting, del Grupo Gallot, el cual realizó varias acciones en la calle, en Sabadell y en Barcelona. Invitado por el crítico de arte Alexandre Cirici Pellicer, participó en la exposición inaugural del primer Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, en la cúpula del Cine Coliseum. 2 Se casó con Rosa y en los próximos años nacieron sus tres hijos.

Borrell

A principios del 60 comenzó una década de investigación y de investigación, que le llevó a la simplificación de la forma y el color . En 1971 participó en la creación de la Sala Tres en la Academia de Bellas Artes de Sabadell . En 1973 trabajó en el orden y las simetrías, con una producción en la que destacan cambios en los materiales y en la manera de utilizarlos : adoptó la pintura acrílica en sustitución del aceite.2
En 1975 tuvo lugar la primera exposición retrospectiva de su obra, en Sabadell. El año siguiente participó en la exposición " pintura Y " en la Fundación Joan Miró, donde surgió como uno de los principales representantes de la nueva generación de pintores catalanes influidos por la obra de Joan MiróAntoni Tàpies o Albert Ràfols-Casamada.2
En 1977 entró en contacto con Lluís Maria Riera, director artístico de la Galería Joan Prats, y conoció Joan Brossa, inicio de una fecunda amistad.

Borrell

En 1978 Borrell tuvo una exposición individual en el espacio 10 de la Fundación Joan Miró y colaboró en la revista Eczema . Fue seleccionado para participar en la exposición "Cordura y locura. 11 artistas catalanes ", en el Centro Georges Pompidou de París. En 1979 comenzó a exponer regularmente en la Galería Joan Prats de Barcelona (1982, 1986, 1990, 1992, 1994...) y desde entonces sus obras se han exhibido en importantes eventos en Francia, en Alemania, los Estados Unidos y Japón.2
Su pintura recibe o ha recibido el apoyo de críticos como Juan Eduardo Cirlot, Alexandre Cirici, Maria Lluïsa Borràs, Maria José Balsach, Pilar Parcerisas, Manuel Guerrero y los escritores y artistas Joan Brossa, Vicenç Altaió, Joaquim Sala- Sanahuja o Perejaume y Oriol Vilapuig.2
En 1982 Borrell realizó tres diseños para el Teatro Estable en Sabadell. Entre 1983 y 1996 fue profesor de pintura en la Escuela Isla, escuela municipal de artes y oficios de Sabadell. En 1986 presentó un proyecto de espacio público en Sabadell, que no se terminó llevando a cabo. En 1987 realizó su primera exposición individual en París . Su crisis tras la muerte de su mujer Rosa, en 1988, dio como resultado la evolución de su pintura en el sentido de un radicalismo formal.

Borrell

En 1993 realizó un libro (Traslado) con Joan Brossa. En 1996 realizó la exposición itinerante por Cataluña "Alfons Borrell o el aura de la pintura". En 1997 formó parte de la exposición " Pintura de los setenta en Barcelona.

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Borrell participó en 2003 en la exposición del 25 aniversario de la Fundación Joan Miró. En 2006 se inauguró el Centro Cultural Tecla Sala de Hospitalet de Llobregat la exposición retrospectiva " Alfons Borrell o la celebración del color", que itinerante en el Museo de Arte de Sabadell en 2007.2
En 2008 la Galería Seis de Sabadell hizo una revisión de la obra de Borrell sobre papel entre los años 1960 y 1980 . En 2010 el pintor expuso en la Galería Joan Prats - Artgràfic, donde se presentó el libro de artista Vocales, con poemas de Arthur Rimbaud y editado por Ediciones Origami. El MACBA adquirió, para su colección, un conjunto de dibujos de Borrell de finales de los años setenta, los cuales formaron parte de la exposición sobre sus fondos que se presentó en Barcelona y en Corea . Ese mismo año, el Ateneo Barcelonés, coincidiendo con la remodelación y restauración del edificio de su sede, le encargó una obra permanente de grandes dimensiones para la entrada del auditorio.

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En 2011 realizó Tráfico boreal con Josep M. Mestres Quadreny, un nuevo proyecto editorial de tinta invisible. Coincidiendo con su 80 aniversario, la Fundación Palau de Caldes d'Estrac presentó una revisión de la obra sobre papel de 1956 a 2010. exposición que se presentó en el Museo de Arte de Sabadell en 2013, año que vio la luz Reconocer Borrell -dirigido por Aleix Gallardet y producido por Pirinaigua Audiovisuales -, un documental sobre la trayectoria y la persona de Alfons Borrell.

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En 2014, dentro de la VII Noche del Galerisme, recibe los Premios GAC organizados por las tres asociaciones de galerías de Cataluña: el Gremio de Galerías de Arte de Cataluña, la Asociación Art Catalunya y la Asociación Art Barcelona. Se le da el premio honorífico en reconocimiento a su trayectoria y a su "papel clave" en la difusión del arte. Actualmente continúa pintando y viviendo en Sabadell, donde prepara un proyecto de intervención en el espacio público, en el centro de la ciudad.

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