Seguro que a simple vista más de uno sabría identificar fácilmente o diferenciar una pintura cubista de cualquiera otra, y es que si por algo llama la atención el cubismo es por tener unas características muy llamativas y vistosas.
Las principales, y a las que cualquier persona interesada en el arte suele recurrir, es que una pintura cubista, independientemente de la temática que el autor quiera representar, las figuras siempre se reducen a formas geométricas. Igualmente, otra de las particularidades, es la anulación de la perspectiva, es decir, el hecho de que en un mismo plano podamos ver una figura u objeto que al mismo tiempo esté representada tanto de frente como de perfil, es lo que se conoce como “perspectiva múltiple”.
Ahora bien, ¿sabrían diferenciar entre el cubismo analítico o sintético? ¿Qué? Ahh ¿que no sabían de estas dos variaciones de este movimiento artístico? No se preocupen, pues a menos que no seas un super entendido en Historia del Arte no tendrías porqué saberlo, pero como el saber no ocupa lugar… no estaría mal que aprendieran cosas nuevas ¿no?
A continuación, le explicamos en qué consiste estas dos variantes del cubismo, el cubismo analítico y el cubismo sintético, con algunas de sus características más representativas y ejemplos. ¿Se atreverán después de leer este post a diferenciar entre estas dos fases?
El cubismo como tal, es decir, como movimiento artístico tiene un periodo cronológico que abarca desde 1907 hasta 1920, sin embargo, dentro de este, se pueden identificar hasta dos etapas cubistas, siendo la primera de ellas, el cubismo analítico que va desde 1907 hasta 1911.
El cubismo analítico, también conocido como cubismo hermético, aparte de las dos características anteriormente comentadas, propias del cubismo, también se caracteriza por plasmar esas tres dimensiones con formas geométricas muy marcadas, es decir, llevando al máximo la descomposición de la obra, hasta tal punto que en ocasiones es muy difícil de identificar lo que el artista ha querido representar.
Cierto es que las pinturas cubistas gozan de una gran impronta intelectual, dado que el espectador una vez se sitúa frente a ellas, lo que ve son formas aparentemente desordenadas, y digamos que su función es ordenarlas, recomponerlas y reconocer aquellos personajes, objetos que pertenecen al mundo real, descifrando el mensaje que el autor quiso transmitir con su creación.
El color es otra de las características claves del cubismo analítico, y es que, todas aquellas obras realizadas durante este periodo, se distinguen por una pérdida de color notable, y más aún, si lo comparásemos con los movimientos antecedentes como el fovismo y el impresionismo, que se caracterizaron por llenar sus composiciones de colores muy llamativos. En el cubismo analítico, veremos todo lo contrario, los colores son opacos y monótonos, con una paleta que se limita a tonalidades negras, grisáceas, marrones y ocres.
Algunas obras propias de este cubismo analítico son El retrato de Ambroise Vollard de Pablo Picasso o La guitarra de George Braque.
Cubismo sintético
El cubismo sintético es la segunda etapa que experimentó el cubismo, y se desarrolló principalmente entre los años 1912 – 1914.
Tras un pequeño análisis sobre el cubismo analítico, muchos de los creadores y seguidores de este movimiento fueron tachados de artistas abstractos, dado que, sobre todo en los últimos años, muchas de sus composiciones rozaban la abstracción, de hecho, si se fijan el cubismo fue una de las primeras tendencias donde la obra estaba acompañada de un pequeño título que hacía referencia a lo que estaba representado resultando más fácil su compresión.
Picasso siempre se mostró enojado cada vez que alguien clasificaba su obra de abstracta, pues no porque no viesen de forma clara lo que quería representar, tenía que ser abstracto, de modo que este junto a sus más fieles seguidores, entre los que se encontraban Juan Gris, George Braque o Fernand Léger, decidieron crear una nueva variante, que, aunque estando dentro del cubismo, se diferenciase de la anterior. Es lo que se conoce como el cubismo sintético, y su principal característica es el uso de la técnica del collage.
A través del collage pretendieron darle formas a sus representaciones cubistas mediante elementos que pertenecían a la vida cotidiana, tales como los recortes de periódicos, partituras de música, trozos de madera, de tela… creando composiciones, que si bien, eran mucho más simples y sencillas también eran más figurativas, y, por ende, más fáciles de comprender.
Referente al color, también hubo un cambio, y es que con el cubismo sintético se vuelve a dar una vuelta al color dejando atrás aquellas paletas cromáticas de tonalidades oscuras, para ver composiciones con colores mucho más vistosos.
Entre algunos de los ejemplos más representativos del cubismo sintético, se encuentran Bodegón con botella de Burdeos de Juan Gris y Mandolina y guitarra de Picasso.
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