La Giralda
El alminar se comenzó a construir con piedra reaprovechada en 1184 y no se completó hasta 1195. De planta cuadrada, llegó a tener más de 70 metros de altura. Con una cimentación en sillares, sustituido después por el ladrillo, se compone de dos torres superpuestas. Su prisma central está dividido en siete recintos cupulares iluminados por ventanas con arcos lobulados y de herradura. Entre ambos discurre la rampa de acceso, que conduce hasta la plataforma superior, coronada por una linterna y un campanario que agregaron los cristianos entre 1560-1568.
En la parte superior, las fachadas se dividen en tres secciones: la central se articula en ventanas gemelas; las laterales, sobre arcos ciegos, que se prolongan y cruzan formando rombos. Toda la composición se halla rematada, por cada lado, con un cuadro de diez arcos que apean en columnas y capiteles; sobre ellos un antepecho de almenas escalonadas.
La división entre las partes también es vertical: la zona central de las ventanas está flanqueada por dos paneles de ladrillos tallados dibujando rombos, que arrancan de dos arcadas gemelas ciegas y están formados por la prolongación y el entrecruzamiento de los arcos. El remate está constituido por una arcada ciega de arcos dentados polilobulados que se entrecruzan y están montados sobre columnas.
Originariamente, el yamur constituía el auténtico coronamiento del alminar. Era una pequeña torre, cuya cúpula de cerámica sostenía una aguja con cuatro esferas de bronce dorado, que fue destruida por el seísmo en 1355.
El antiguo minarete guarda la mayor parte de su decoración original, sobre todo el prisma mayor, con ligeras reformas, que apenas modifican su organización primitiva. Por encima de una base de zócalo de ladrillo liso, la superficie de las paredes exteriores está decorada con un bello dibujo geométrico de ladrillo dentro de anchos recuadros rectangulares, un trenzado de rudas sobre las arcadas ciegas, entre las que aparecen ventanas gemelas.
La configuración definitiva, con su actual coronación, es obra de la reforma que el arquitecto cordobés Hernán Ruiz realizó en el siglo XV!, que recubrió el cuerpo superior para crear la galería en que se colgaron las campanas y levantaron otros tres más en disminución.
En 1568 se puso la estatua de bronce que actualmente se alza sobre la torre y que representa a la Santa Fe, de tres metros y medio de alta, con estandarte y una rama de palma entre las manos. La obra fue realizada por Bartolomé Morel.
La escultura presta su nombre a la construcción, puesto que el estandarte sirve de veleta y hace girar la figura con el viento. Y de ahí recibe el nombre popular de giraldilla, y la torre que la sustenta la Giralda.
La famosa Giralda, el alminar de la mezquita mayor, hoy torre de la catedral de Sevilla, se levanta todavía como un símbolo del ancestral poder de los almohades, y afinísimo tiempo constituye un emblema de la ciudad.
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