Plom Gallery es una pinacoteca única en España, con sede en Barcelona, que permite que los críos adquieran cuadros «con su propio título de propiedad»
Cómo hacer que los niños se acerquen a un mundo al que incluso muchos adultos ponen reparos por falta de formación o sensibilidad? La solución se encuentra en pleno centro de Barcelona y se llama Plom Gallery.
Se trata de una galería de arte contemporáneo orientada exclusivamente a los más pequeños. «Si queremos que de mayores se interesen por el arte y el mundo de las galerías, tenemos que introducirlos desde pequeños para que poco a poco se vayan acostumbrando y vayan aprendiendo a apreciarlo», explica Marta Zimmermann, directora de esta galería pionera. Ella misma vivió en primera persona esa necesidad de transmitirle a su hijo su pasión por este mundo y por eso nació Plom Gallery, que abrió sus puertas el pasado mes de octubre con la exposición 'Plom Gallery y los superpoderes del arte'.
Una primera muestra para la que Zimmermann se ha rodeado de un total de doce artistas: Sergio Mora, Amaia Arrazola, Miju Lee, Brosmind, Maxi Luchini, Blanca Hernández, Pep Brocal, Eva Armisen, Coqué Azcona, Carmen Segovia, Ibie y Mr. Ed. Algunos han realizado obras expresamente para esta primera exposición de Plom Gallery, mientras que otros han aportado cuadros de su producción anterior.
No faltan piezas llenas de color y de personajes fácilmente reconocibles por los más pequeños, como los que muestran algunas obras de Sergio Mora: una Mona Lisa muy especial, un Willy Wonka a caballo -sin Charlie ni la fábrica de chocolate- o un oso Yogi que ha cambiado su tarro de miel por a un jamón. «A los más pequeños les llaman mucho la atención los cuadros con los colores más vivos y fuertes. Pero a medida que crecen les van interesando más las historias que hay detrás de las obras y cada uno va, poco a poco, construyendo su gusto y su criterio», detalla Zimmermann.
Pero si algo tienen en común todos ellos es su sinceridad a la hora de plantarse ante un cuadro. «Lo mejor de los niños es que son demasiado pequeños como para tener prejuicios. Si algo les gusta, lo dicen; si no, también». Al entrar en Plom Gallery suelen reaccionar con asombro: «¿Cuadros para mí?», dicen algunos. Pero lo cierto es que suelen mostrarse agradecidos de poder ir a un lugar en el que los tratan más como personas que como niños.
Y como tal reaccionan ante objetos o personajes que reconocen. «Son una verdadera sorpresa, un soplo de aire fresco, porque nunca sabes con qué te van a salir». Ellos crean sus propias historias alrededor del cuadro según sus propios gustos, su estado de ánimo o, incluso, en función de quién les acompañe. «A unos, una figura les recuerda a alguien o a algo y lo relacionan, otros prefieren imaginarse una historia, y otros se fijan en los detalles más pequeños. Pero lo mejor es cuando vienen con padres que les guían, les preguntan y dejan que hablen. Es entonces cuándo vemos cuán lejos pueden llegar sus pensamientos y sensaciones», reflexiona Zimmermann.
De 100 a 2.000 euros
Una de las principales características de Plom Gallery es que los más pequeños pueden adquirir los cuadros (los precios oscilan entre 100 y 2.000 euros) y así obtener el título de propiedad de las obras y su certificado de autenticidad. «Todas las galerías dan un certificado de autenticidad con la compra de la obra. Nosotros, además de los datos del artista y de la obra, añadimos el nombre del niño propietario para fortalecer el vínculo entre él y el arte», recalca Zimmermann
¿Cómo entender que los niños sean propietarios de una obra de arte? Tiene una respuesta sencilla para la directora de Plom Gallery: «Los juguetes, los libros y la ropa se gastan, pero si regalas una obra de arte es algo que es para toda la vida. El título de propiedad certifica eso, que esa obra de arte concreta es de esa persona y de nadie más». Tanto es así que hay niños que incluso han pagado la obra con sus propios ahorros.
En este medio año de rodaje, Plom Gallery ha recibido una respuesta muy buena del público y multitud de medios, nacionales e internacionales, se han hecho eco de esta iniciativa pionera. «Pero aun nos queda un largo camino por recorrer», advierte su directora. No se les escapa que una galería de arte sólo para niños puede resultar una idea muy peregrina para muchos. «Es algo nuevo y diferente y cuesta un poco que la gente entienda qué hacemos. Hay quien lo entiende al segundo, pero hay que explicarlo mucho para que cada vez seamos más».
De momento, Plom Gallery sigue preparando sus próximas exposiciones y actividades para seguir haciendo que los más pequeños se interesen desde bien pronto por el mundo del arte. Uno de sus próximos proyectos es crear un Plom Kids Club, es decir, un club para los niños que tengan ganas de conocer más cosas sobre los artistas, estar al corriente de las últimas novedades y participar en las ofertas especiales que les permitirían conseguir obras a precios más asequibles. Todo sea para que les pique el gusanillo.
Fuente
http://www.hoy.es
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