Nariguera que representa a un personaje con una soga. Mochica, 100 – 800 d.C. Oro y turquesa. © Archivo Museo Larco
Entre los años 200 y 850 d. C. se desarrollaron en los valles y desiertos de la costa norte del Perú una serie de cacicazgos y reinos de gran complejidad cultural. Las sociedades mochicas ofrecen un caso singular de desarrollo siglos antes de la expansión de los incas.
Fueron las primeras sociedades estatales en el hemisferio sur, inventaron una de las metalurgias y alfarerías más avanzadas del mundo, construyeron auténticas montañas de adobe para llevar a cabo sus prácticas religiosas, y con ellos se produjo un enorme crecimiento de la población y de sus capacidades productivas. CaixaForum Barcelona acoge hasta el 7 de junio la gran exposición 'Arte mochica del antiguo Perú. Oro, mitos y rituales', que presenta 200 obras del arte precolombino procedentes de la colección del Museo Larco de Lima.
Finas vasijas de cerámica, joyas y elementos ceremoniales confeccionados con metales preciosos, delicados textiles y objetos plumarios, y diversos objetos de uso ritual realizados en madera, piedra, concha o hueso, no solo muestran la destreza de los artistas del antiguo Perú, sino que abren una ventana en el tiempo para permitir al público asomarse a la cosmovisión de los antiguos habitantes de esa parte del mundo. En el antiguo Perú, la civilización surgió miles de años antes de la existencia del Imperio Inca. Los primeros trabajos arqueológicos, realizados a principios del siglo XX, mostraron que los incas gobernaron el Perú únicamente durante los últimos 150 años de un desarrollo cultural que duró más de 10.000 años. -
El territorio
Los pobladores que llegaron al antiguo Perú aprendieron a lo largo de miles de años a conocer los retos, ventajas y limitaciones de este territorio. Las comunidades se adaptaron y aprovecharon los recursos de las diversas regiones, y el Perú se convirtió así en uno de los pocos lugares del mundo donde surgió la civilización, hace aproximadamente 5.000 años.
En la costa norte, la abundancia de recursos marinos permitió a sus pobladores contar con una fuente de alimentación permanente. La domesticación del algodón, hace también 5.000 años, y la confección temprana de redes incrementaron la pesca.
Además de asegurar el alimento para una población cada vez más numerosa, la pesca abundante también otorgó a los pobladores costeños un recurso valioso para establecer un intercambio con sus vecinos de las alturas, algo que resultaba indispensable para acceder a sus fuentes de agua. De esta manera sería posible el desarrollo de obras hidráulicas para irrigar las áridas tierras de la costa.
Las comunidades costeñas, bajo el liderazgo de autoridades que iban consolidando su poder político y religioso, conformaron los valles que hoy enverdecen la costa peruana y se convirtieron en sociedades agrícolas. En esta región, a lo largo de 3.000 años se desarrollaron las culturas cupisnique, mochica, lambayeque y chimú. Sin embargo, los pobladores norteños mantuvieron a lo largo de su historia relaciones con otras sociedades del centro (Lima, Chancay), del sur (Nazca, Chincha) y de las tierras altas (Recuay, Huari) del área central andina.
Cómo concebían el mundo
Agrupadas las piezas en diferentes temas, la exposición se presenta como un recorrido didáctico y accesible a través de los mismos, para entender cómo concebían y organizaban el mundo las sociedades agrícolas de aquel Perú precolombino, especialmente la cultura mochica, y cómo era su relación con los seres que lo habitaban.
Una invitación a descubrir la sofisticación y complejidad de unas culturas que florecieron en el Perú muchos siglos antes de la expansión de los incas.
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