Jean-Louis André Théodore Géricault, conocido como Théodore Géricault (Ruan, 26 de septiembre de 1791-París, 26 de enero de 1824), fue un pintor francés. Prototipo de artista romántico, tuvo una vida corta y atormentada que dio lugar a varios mitos sobre él.
La Balsa de la Medusa, 1819 , óleo sobre lienzo, 491 x 717 cm , Museo del Louvre, París.
Nacido en una familia acomodada de Ruan, Géricault estudió en los talleres de los pintores Carle Vernet (en donde conoce a su hijo Horace) y Pierre Guérin antes de inscribirse el 5 de febrero de 1811, en la Escuela de Bellas Artes de París.
Su primera gran obra, Oficial de cazadores a la carga, exhibida en el Salón de París de 1812, reveló la influencia del estilo de Rubens e interés en la representación de un asunto contemporáneo. Este éxito de juventud, ambicioso y monumental, fue seguido de un cambio de dirección: durante los siguientes años Géricault produjo una serie de pequeños estudios de caballos y caballeros.1 Exhibió el Coracero herido en el Salón de 1814, una obra más elaborada y peor recibida.1 En los siguientes dos años pasó por un estudio auto-impuesto de construcción y composición de figuras, mientras evidenciaba una predilección personal por el drama y la fuerza expresiva.
Tras fracasar en el concurso del gran Premio de Roma, decidió viajar a Italia por su cuenta. Quedó muy impresionado ante los pintores del Renacimiento italiano, en especial ante Miguel Ángel, así como ante elflamenco Rubens. Este viaje a Florencia y Roma (1816–17) fue provocado en parte por el deseo de huir de una relación romántica con su tía, a quien dejó embarazada.3
Este viaje hizo nacer su fascinación por Miguel Ángel. La propia Roma le inspiró la preparación de un lienzo monumental, la Carrera de los caballos Barberi, una obra de composición épica y tema abstracto que prometía ser «totalmente sin paralelo en su época».4 Al final, Géricault nunca acabó la pintura, y regresó a Francia.
Desde los inicios de su carrera, Géricault demostró cualidades que le distinguen claramente de los pintores neoclásicos de la escuela de Jacques-Louis David: en efecto, prefirió tratar temas de la vida cotidiana, elevándolos a la categoría de hechos heroicos. Mostrando la desesperación y el sufrimiento de la gente, pasa pronto a ser el pintor romántico más representativo, pero por independencia de estilo y carácter poco dócil, Géricault se mantuvo al margen de los grandes encargos oficiales, un género que sí sedujo a Delacroix.
Géricault realizó entre 1821 y 1824, una serie de pinturas con modelos de locos o maníacos, tomando del natural a una serie de personas que eran tratadas en el asilo del psiquiatra Jean-Étienne Esquirol. A través de esta serie pretendía recabar un repertorio de expresiones de la locura.5
Aquejado de una dolorosa enfermedad, posiblemente cáncer de huesos, Géricault pasó sus últimos años sin poder acometer pinturas de gran formato. Produjo diversas litografías con ayuda del artesano Eugène Lami.
La ludópata (1819-1822).
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