Un momento de la pasión: Francis Bacon, George Dyer y dos figuras (1975)

De Francis Bacon dos figuras es un homenaje a George Dyer, el gran amor de su vida. En este video y en la entrevista a continuación, biógrafo de Bacon, Michael Peppiatt, habla de su larga amistad con el artista, la relación de Bacon con Dyer y una obra que ha colgado en su casa durante más de 40 años, con el jefe de la tarde subasta Katharine Arnold de Christie

El Dr. Michael Peppiatt es un internacionalmente reconocido historiador de arte, erudito, y curador. Él era un amigo cercano de Francis Bacon por más de 30 años y es el autor de más de 20 libros, incluyendo la biografía definitiva de Francis Bacon, Anatomía de un enigma . Su último, el libro aclamado por la crítica, Francis Bacon en su sangre , fue publicado por Bloomsbury en 2015.

En la post-guerra y la subasta de arte contemporáneo de la tarde el 11 de febrero en Londres, Christie ofrecerá dos figuras , un autorretrato en conjunción con la figura de George Dyer que se erige como un tributo a la gran musa y amante de Bacon. Trágica muerte de Dyer en 1971 dio lugar a algunos de los trabajos más potente de Bacon, incluyendo los cuatro aclamados 'Black Trípticos'. Michael Peppiatt, que adquirió dos figuras directamente desde Bacon, habló con Stephen Jones en Nueva York.

Stephen Jones: En primer lugar, se reunió Francis Bacon como un 20 años de edad.Eras un estudiante en la Universidad de Cambridge que había decidido cambiar las cosas en una de las revistas estudiantiles, entrevistando a un artista moderno. ¿Qué nos puede contar sobre una reunión que?

Michael Peppiatt: Esto puede dar una idea de cómo inocente y mal preparada que estaba: un amigo dijo: "Si usted quiere hacer una edición de la revista '- que se llamaCambridge Opinion -' en el arte moderno en Gran Bretaña, se 'd mejor que vaya a hablar con Francis bacon.' Le dije: 'No seas ridículo. Ese es un hombre de Estado isabelino '.

Era 1963 y el tocino acababa de tener su primera exposición en la galería de Tate. Este amigo mío conocía a alguien que estaba cerca de Bacon, que era un poco de una figura aterradora. Tengo que decir que, en retrospectiva, si había visto sus cuadros antes de ir a su encuentro, que probablemente no habría ido. Pero lo hice y se presentó en un pub en el Soho para tratar de cumplir con este fotógrafo amigo de tocino llamado John Deakin.De repente, vi a un hombre pequeño estaba sentado justo detrás de mí, en un taburete de la barra. Él estaba hablando en una voz exageradamente lujoso campamento, y agitando el titular de cigarrillos alrededor.

Michael Peppiatt (izquierda) y Stephen Jones en la conversación en casa de Christie de Nueva York junto a dos figuras de 1975, que se ofrece en la subasta Post-Guerra y Arte Contemporáneo de la tarde en Londres de Christie el 11 de febrero

¿Cuáles fueron sus primeras impresiones de él?

Yo estaba un poco intimidado. Era muy, muy encantador. El sabía cómo hablar con la gente joven, y él era muy seductora. Hizo que él y yo estábamos hablando en el mismo nivel. Él nunca, nunca hablaba a la gente, a menos que no le gustaba alguien, y entonces él podría hablar a ellos muy, muy eficaz. Básicamente, si te gusta, que te llevó a cabo y se dibujó en.

Era un tipo extraordinariamente cargada de la persona. Cuando estabas con él, la atmósfera tiende a subir. Tenía un sentido de la vida tal y como la vitalidad. Era evidente que estaba muy inteligente, pero también tenía esta capacidad de recuperación - que fue capaz de beber todo el día y toda la noche, tener un par de horas de sueño, y luego llegar hasta la mañana siguiente, la pintura.

¿Cuál fue su reacción cuando vio por primera vez su arte?

Me quedé horrorizado, pelos de punta! No podía cuadrar estas imágenes, que parecían ser de horror, del dolor, de la culpa y de todo tipo de emoción negativa, con este encantador Boulevardier, riendo, que parecía caminar por las paredes de un lugar a otro, de un bar en otro.

Francis Bacon y George Dyer, Soho, 1950 (Gelatina de plata), Deakin, John (1912-1972) / Private Collection / Imágenes de las fotos © Christie / Imágenes Bridgeman

Cuando vio las pinturas, qué te gusta de ellos? ¿Usted los entiende?

No, no me gusta en absoluto. Pero porque estaba estudiando historia del arte en Cambridge, sabía que algunas de sus fuentes, y se iluminaba cuando hablaba de su trabajo. Me di cuenta de que él estaba hablando de una venerable tradición y, literalmente, lo que supone una vuelta de tuerca para que sea relevante a su propio tiempo.

¿En qué punto esta amistad se convierta en algo más duradero?

Para empezar, era caótica. La entrevista que estaba haciendo simplemente seguía y seguía. Seguí a aparecer, y luego siguió su camino hacia fuera y beber demasiado. Se utilizó para satisfacer al mediodía, y luego se iría hasta alrededor de cuatro o cinco de la mañana. La conversación continuó, en realidad, durante 30 años.

Hablamos a menudo, sólo los dos de nosotros, hasta altas horas de la noche. Me conmovió mucho mucho de esto, porque vi la extraordinaria libertad que vivió su vida con la forma en que estaba siempre empujando los límites de ida y cuestionar todo.

Fue toda una experiencia de miedo, ya veces las cosas fueron un poco mal y en algunos de los bares había situaciones peligrosas, digamos. Él era muy bueno en empujar una situación en la medida en que iría, y entonces de alguna manera la gestión para salir del peligro que él había creado.

Francis Bacon y George Dyer en el Orient Express a Atenas, 1965 (Gelatina de plata), Deakin, John (1912-1972) / Private Collection / Imágenes de las fotos © Christie / Imágenes Bridgeman

¿Cómo fue él trata de explicar su arte para usted?

Él diría cosas como, 'Lo que estoy tratando de hacer es dar la sensación más directa posible'. Tenía este sentido de la vida y de la muerte, y yo creo que por eso me pareció tan horrible. No estoy seguro de lo que para muchas personas es horrible ahora, pero entonces era tan nuevo.

En Londres la gente todavía estaban saliendo de la pesadilla de la inmediata posguerra.Podemos ver la belleza de la pintura ahora, pero en ese momento era tan violenta, tan radical. La violencia era realmente la fuerza de la nueva.

George Dyer se convirtió en una figura muy importante en la vida de Bacon, tanto personal como profesionalmente. La relación entre Bacon y Dyer puede ser lo que produjo algunos de este arte fantástico ...

Bacon fue atraída por algo tan sexual diferente de él como sea posible: los hombres jóvenes musculares que él creía que eran criminales peligrosos. George parecía la parte, a pesar de que un delincuente que había sido bastante éxito. Siempre estaba en la cárcel, aunque en realidad él era un alma tímida. Parte de la tragedia es que Bacon llevó a cabo George de que la vida dándole suficiente dinero para no tener que robar. Para George, se metió en este mundo muy sofisticada de Bacon y realmente perdió el equilibrio.

Francis Bacon fotografió con su tríptico de 1976, en la Galerie Claude Bernard, París, 1977. foto John Minihan / Evening Standard / REX Shutterstock. © El Patrimonio de Francis Bacon. Todos los derechos reservados. DACS 2016

Dyer, como su libro describe tan bien en el pasaje sobre la primera gran exposición de París de Bacon en la Galería Maeght en 1966, no le importaba para el público de arte ...

Bacon fue siempre muy divertido por el hecho de que George no tarifa [estas personas];sintió una cierta verdad allí. George siempre fue alterando las cosas y Bacon disfrutó de eso; le gustaba barreras se rompan.

Lo que me parece interesante del libro es que se consigue una sensación de Bacon como siendo una figura muy jovial social, y sin embargo, el trabajo que estaba produciendo en este momento es muy oscuro, casi torturado. ¿Cómo se explica usted esa disonancia?

No puedo dar cuenta de él, de verdad. No pretendo saber. Creo que Bacon fue alguien que se extendía entre los extremos. Podía ser extremadamente generosa, e increíblemente media. Él podría ser un gran apoyo e increíblemente crítica y destructiva.

Vemos como las pinturas oscuras porque vienen encima con esta fuerza increíble. Es por eso que una pintura de Bacon nunca desaparece - es siempre allí, siempre está consciente de una presencia. Yo vivía con tres cabezas durante unos 20 años, cuando yo estaba viviendo y escribiendo en París. Yo nunca podría mirar hacia abajo. De alguna manera, se las arregló para transmitir esta fuerza en sus pinturas.

Francis Bacon (1909-1992), dos figuras , 1975. Óleo sobre lienzo. 77 5/8 x 27 3/4 pulgadas (197,2 × 70,3 cm.) Estimado:. 5,000,000-7,000,000 £. Este trabajo se ofrece en la subasta Post-Guerra y Arte Contemporáneo de la tarde en Londres de Christie el 11 de febrero

Esta pintura de George Dyer se llevó a cabo en 1975, cuatro años después de Dyer se suicidó. ¿Nos puede hablar a través de dos figuras , y en el que creo que encaja dentro de ese período de duelo y la recuperación de Bacon?

¿Cómo se pinta la muerte? ¿Cómo se pinta pérdida? ¿Cómo se pinta la culpabilidad de una manera que no es sentimental? En una forma terrible, la muerte de George dio tocino el gran tema de su pintura. Se trataba de la pérdida, sobre el dolor, sobre la culpa, porque se sentía culpable de que no había logrado salvar George de suicidarse.

George había intentado suicidarse varias veces, y Bacon había logrado llevarlo a un hospital, pero desde su gran inauguración de la exposición a los Ballets Grands en París, que no había estado disponible.

Lo que siguió a la muerte de George era cuatro años de pintura, casi sin interrupción.Estas fueron las pinturas muy oscuros, y aquí es donde empieza a llegar a un acuerdo con su pérdida, y recuerda un momento particularmente íntima con George. Así sea para recordar, en cierto sentido - una pasión, una cierta felicidad del pasado. A la felicidad perdida.

Bacon sí un panorama más amplio, de los cuales la mitad este. La primera vez que tuve la imagen completa, y luego él vino y vuelta a mi apartamento en París un día y dije, 'Si pudiera tener en mis manos de nuevo en eso, sabes, creo que podría hacerlo mucho mejor.' Yo dije, 'Bueno, usted sabe, usted debe tomar de nuevo entonces.

Él pensó que era demasiado narrativa, y quería cortarlo en dos, y hacer dos pinturas fuera de él. A mí me pasó más de una vez en que él iba a ver algo que él me había dado, y luego quieren llevarlo de vuelta a "mejorar" la misma. Muy a menudo no lo volvería a ver.

Es sólo en retrospectiva que estas cosas adquieren importancia. No se me ocurrió que estaría de pie aquí 40 años más tarde, hablando de ello.

Fuente

http://www.christies.com