La máquina es capaz de aprender sola y de incorporar a sus cuadros detalles de quienes le observan mientras trabaja
Un robot es capaz de pintar como si fuese un artista impresionista. Los ingenieros que lo han diseñado lo han programado para aprender y también para añadir a sus cuadros detalles de las personas que están a su alrededor. La máquina, que trabaja de un modo minucioso y concienzudo, es el resultado de la colaboración del banco francés Rosbank y del fabricante de tecnología japonés Hello Computer y ha sido presentada, con un gran éxito, en una muestra internacional en Rusia.
Este enorme dispositivo, que cuenta con un brazo articulado que sujeta un pincel, lo impregna de pintura y realiza trazos sobre el lienzo, fue expuesto durante dos semanas en el parque Sokolniki de Moscú. Estaba dentro de un gran cubo de vidrio y avanzaba en su tarea bajo la atenta mirada de los transeúntes. El invento era el resultado de muchos meses de indagación, creación de prototipos y desarrollo de soluciones en función de los problemas que iban apareciendo. Así se llegó a un programa informático que tiene la facultad de evolucionar como si fuese una persona.
Prueba de esta propiedad es que, en una ocasión, tras acabar un dibujo, lo tachó porque no estaba satisfecho del resultado. Esta característica, más emocional que técnica, evidencia que en todo momento mantiene una actitud muy crítica ante la progresión de su labor. Pues bien, este robot fue instalado al exterior para pintar dos símbolos de la capital rusa: los arcos del parque Sokolniki y la catedral de San Basilio. Las fotografías de estos dos iconos fueron cargadas en el sistema y él empezó a reproducirlas siguiendo un riguroso mapa de colores. Pero el método escogido todavía fue más complejo.
El robot, que tomó el estilo de Claude Monet (1840-1926), el artista que acabó dando nombre a uno de los movimientos más populares de la historia con su obra Impresión, sol naciente (1872), incluyó un escáner que permitió que los curiosos que le observaron en plena acción se convirtiesen en coautores de sus cuadros. ¿Cómo? De una manera muy ocurrente: los tonos de su ropa fueron incorporados a la paleta, con lo que estas representaciones ganaron en realismo, como destaca un portavoz de Hello Computer, Maxim Yakhontov.
El aparato fue instalado al exterior en Moscú mientras reproducía los arcos del parque Sokolniki y la catedral de San Basilio de la capital rusa
En cifras, la máquina escaneó a 1.300 residentes, invirtió 40 horas de actividad constante, consumió dos litros de pintura y dio 20.000 toques de pincel en cada imagen. Sus promotores quisieron compartir esta experiencia a gran escala y llevaron el aparato a la Exposición Innoprom, en Ekaterimburgo. Igualmente allí llamó la atención su interés por entregar lienzos impecables, es decir, por ir más allá del mero encargo y aspirar a la perfección.
En buena medida, esta propuesta coincide con la de Patrick Tresset, quien combina robótica y dibujo. Por ejemplo, en la exposición Machine Studies, organizada en Londres, colocó una veintena de máquinas que consistían en una cámara y un brazo mecánico con un bolígrafo, todas ellas controladas por un ordenador portátil. Estos aparatos conversaban entre sí valiéndose de un lenguaje inspirado en el código Morse y en los días de colegial de Tresset en Francia
Fuent
Fuente
https://www.lavanguardia.com
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