El 44% de la población de Dallas ya es hispana. Una cifra que supera el 60% en otras ciudades de Texas como San Antonio. Otros estados norteamericanos como Arizona, Nuevo México y California también cuentan con una amplia mayoría hispana. No es de extrañar, pues, que haya un creciente interés por todo lo español en Estados Unidos. Pero en el arte, como en otros muchos sectores, la historia se ha contado solo a través de las grandes estrellas. Y, como suele ocurrir en el cine, muchas veces tienen más peso los secundarios de lujo que los propios protagonistas. El arte moderno español es conocido en Norteamérica de manera muy sesgada:Picasso ha sido expuesto hasta la saciedad (solo en el MoMA, una treintena de veces), tambiénMiró, Juan Gris, Dalí? Pero, dejando a un lado este repóquer se ases, ¿saben en este país quiénes acompañaron a estos nombres en la aventura de la modernidad artística española?
Dallas, que acoge estos días su feria anual del estado de Texas, es conocida especialmente por ser el lugar donde fue asesinado el presidente John Fitzgerald Kennedy (episodio recordado con todo lujo de detalles en el interesante Museo del Sexto Piso, situado en el depósito de libros desde donde Lee Harvey Oswald convirtió en mito a JFK) y donde vivía el malísimo J. R. en la celebérrima serie televisiva. Más allá del petróleo, los rodeos, las cabezas de ganado, las botas vaqueras y el sombrero texano, esta ciudad cuenta con una vida cultural muy atractiva e intensa: importantes museos como el Nasher Sculpture Center, el Museo de Arte de Dallas, el Meyerson Symphony Center (algunos de estos edificios han sido diseñados por arquitectos de renombre como Renzo Piano, I. M. Pei, Rem Koolhaas...) y destacadísimos y activos coleccionistas y mecenas.
Uno de los espacios más interesantes de la ciudad es el Meadows Museum de Dallas, que pertenece a una prestigiosa universidad privada: la Universidad Metodista del Sur (SMU). Gestado por el empresario y filántropo Algur H. Meadows en 1965 como «un pequeño Museo del Prado en Texas», atesora una colección de un millar de piezas que van desde la Edad Media hasta el arte contemporáneo. En sus fondos, tres Velazquez (incluida la espléndida «Sibila con tabula rasa»), cinco Murillos, seis Goyas (entre ellos, un retrato que hizo al final de su vida de su nieto Mariano)... En su fachada luce una ondulante escultura cinética de Santiago Calatrava (»Wave») y una preciosa cabeza de chica, realizada en alambre por Jaume Plensa (»Sho»), ya convertidos en señas de identidad de esta hermosa pinacoteca.
El museo celebró su 50 aniversario con una selección de los tesoros de las colecciones de la Casa de Alba y Juan Abelló
Tras celebrar en 2015, con gran éxito, su 50 aniversario con los tesoros de dos de las grandes colecciones privadas españolas (las de la Casa de Alba y Juan Abelló), ahora recoge el testigo la Asociación Colección Arte Contemporáneo, formada hace casi 30 años (en julio de 1987) por un grupo de importantes empresas españolas, que ha logrado atesorar más de 1.100 obras. Es un proyecto pionero e inédito de mecenazgo, cuya fórmula es de lo más original: las obras que se adquieren son seleccionadas por un comité asesor y pasan a un fondo común. Posteriormente, se reparten en lotes entre las distintas empresas. No las disfrutan sus dueños, como es habitual, sino que se muestran al público. Se hallan depositadas, en régimen de comodato, en el Museo Patio Herreriano de Valladolid.
Integran la asociación las siguientes empresas: Accenture S.L., ACS, Actividades de Construcción y Servicios S.A.; Aon Gil y Carvajal S.A., Banco Bilbao Vizcaya Argentaria S.A., Banco Popular Español S.A., Bodegas Vega Sicilia S.A., Carlos Entrena Palomero, Cartera Industrial REA S.A., Ebro Foods S.A., Fernando de la Cámara García, Gas Natural Fenosa, Grupo La Toja Hoteles S.L., Hullera Vasco Leonesa S.A., Lignitos de Meirama S.A.-Gas Natural Fenosa, Navarro Generación S.A., Pedro Navarro Martínez, Petrus Grupo Inmobiliario, S.G.L. Carbón S.A., Técnicas Reunidas S.A., Unión Fenosa Distribución S.A. y Zara España S.A.
Aunque parte de sus fondos se han cedido en estos años para una veintena de exposiciones, tanto en España como en el extranjero, es éste el mayor conjunto de obras que sale por vez primera de nuestro país. Concretamente, noventa de medio centenar de artistas, que abarcan de 1915 a 1957, cuelgan en el Meadows Museum, desde hoy y hasta el 29 de enero de 2017, junto a otras cinco del museo texano firmadas por Picasso, Dalí, Miró, Julio González y María Blanchard, en la exposición «Modern Spanish Art», cuyas salas envuelven el espacio central del museo, donde se exhibe un magnífico conjunto de arte medieval.
Organizada en colaboración con Acción Cultural Española, ha contado con el patrocinio de BBVA/Compass y la aportación de algunas de las empresas que conforman la Asociación Colección Arte Contemporáneo, como Técnicas Reunidas S.A.; las Fundaciones AON España y ACS y Gas Natural Fenosa. Por extraño que parezca, nunca hasta ahora se había revisado en profundidad el arte moderno español en Estados Unidos. Tan solo se había hecho de forma parcial. El «New York Times» la ha incluido como una de las exposiciones que no hay que perderse este otoño en Estados Unidos. La difusión del arte español y las colecciones de nuestro país en Norteamérica es una forma crear Marca España. Desde el corazón de Texas, el Meadows Museum se ha convertido en un inmejorable embajador de la cultura española en este país.
José Lladó, presidente y alma de la Asociación Colección Arte Contemporáneo, ha encabezado la comitiva española que ha desembarcado en Dallas estos días con el objetivo de que la modernidad artística de nuestro país conquiste Texas, como así ha sido. En ella figuraba Cristina Fontaneda, destituida como directora del Museo Patio Herreriano, después de diez años en este cargo, justo el día que estaba viajando para la inauguración de la muestra. No es esto, precisamente, un código de buenas prácticas. Explica Lladó que «es un proyecto muy importante que llevamos planeando hace ya unos años. Cuando los responsables del Meadows Museum conocieron la colección en Valladolid se dieron cuenta de que era una aportación que reescribía parte de la historia del arte español. En la aventura de poner en marcha esta colección hemos tenido la inmensa suerte de contar con personas como Antonio Bonet Correa, Simón Marchán, Julián Gállego, María Corral y Eugenio Carmona, buscando y seleccionando obras juntos, y unos empresarios que han creído en ellos silenciosamente».
«Con esta colección hemos ayudado a escribir otra historia no escrita del arte español», dice José Lladó
Lladó no oculta su enorme satisfacción mientras pasea orgulloso por las salas de la muestra: «En Estados Unidos se ha expuesto mucho a Picasso, Dalí, Miró... Recuerdo perfectamente la salida del ?Guernica? de Nueva York rumbo a España. Yo era entonces embajador. Conocen muy bien a las grandes figuras del arte español. Pero, de repente, se encuentran con otra historia no escrita, que con esta colección hemos ayudado a escribir. Es una satisfacción ver colgadas estas obras en Dallas. Uno tiene la sensación de haber logrado algo que ha ido persiguiendo toda la vida. Cuando miro atrás veo que ha merecido la pena».
Junto a nombres celebérrimos como Picasso, Gris, Miró y Dalí, se incluyen en la exposición artistas como Chillida, Julio González, Tàpies, Oteiza, Togores, Torres-García, Martín Chirino, Barradas, Ángel Ferrant, José Guerrero, Alberto Sánchez, Maruja Mallo, Pablo Palazuelo, Sunyer... También les acompañan otros menos conocidos por el gran público, como Alfonso Olivares.
María Corral, directora de la Colección Arte Contemporáneo, advierte que «hay una personalidad» en todos los artistas españoles expuestos: «Cuando los ves, ninguno de ellos podría haber sido francés, alemán o inglés». Destaca la singularidad y la calidad de las piezasy cómo éstas cambian en un contexto nuevo. «Esto nunca se había mostrado en Estados Unidos. En los años 60 hubo exposiciones en el Guggenheim y el MoMA de Nueva York del grupo de Cuenca y El Paso. También se ha visto el arte de los 80, con Barceló, Sicilia... Pero es la primera vez que se muestra todo lo que ocurrió en España en esta época. Se ha hecho una gran selección y la narrativa de la exposición es estupenda».
Su artífice, Eugenio Carmona, cree que «para entender la amplitud y la intensidad del arte moderno español es necesario olvidar los lugares comunes de los ?ismos? y mirar el contenido de las obras por sí mismas. Los artistas españoles que trabajaron en pleno siglo XX nunca dejaron de trascender y borrar los límites formales». Esta colección recupera la memoria y vincula el arte español con la modernidad. El comisario ha estructurado la muestra en cinco secciones, que constituyen cinco recorridos, cinco sensibilidades: los realismos modernos, la transición del cubismo a un arte constructivo, la relación entre arte y naturaleza, los surrealismos expandidos y el nuevo lirismo. En cada uno de ellos, apunta el comisario, se aprecian conexiones entre los artistas, pero también una diversidad de enfoques. «No solo cada sala cuenta una historia, sino cada pared de cada sala», advierte Carmona. Ni la Guerra Civil ni el franquismo pudieron frenar la modernidad del arte español.
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