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domingo, 4 de marzo de 2018

LUCA GIORDANO (Lucas Jordán)



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Este trabajo está dedicado a uno de mis pintores favoritos, se trata del grandioso pintor italiano Luca Giordano (1634-1705) conocido como Lucas Jordán para los españoles, para los que trabajó muchos años y donde adquirió fama y reconocimiento. 

Realizó grandes trabajos, para la corte de Carlos II, entre otros... en el Casón del Buen RetiroPalacio Real de MadridPalacio Real de AranjuezCatedral de Toledo y el Monasterio de El Escorial.

Su estilo se caracteriza por la armonía de los colores y la facilidad de invención, fue un importante fresquista napolitano con una línea claramente tenebrista.

Fue discípulo de José de Ribera, al que admiraba y  fue conocido como “Luca fa presto” (El rápido) por la rapidez con que ejecutaba sus obras.

Luca Giordano. Nació en Nápoles en el año 1634. Pintor barroco italiano. En España fue también muy conocido como Lucas Jordán, por la castellanización del nombre.

Aunque hijo de un modesto pintor..., la amistad con José de Ribera marcaría su vida. Luca empezó a temprana edad a trabajar con Ribera, y debido a la gran influencia del artista español y a los numerosos viajes por Roma, Venecia y otras ciudades, en busca de un mayor conocimiento de las diferentes técnicas de la época, se convierte en uno de los mejores artistas del barroco. Es singularmente famoso por su rapidísima producción y su versatilidad; efectuará imitaciones "a la manera de Rafael", Tiziano y Rubens.

A los veinte años realiza una serie de lienzos para la iglesia de San Pietro Ad Aram en el que plasma su maestría y también el influjo de Ribera. A partir de esos años, su prestigio crece y recibe encargos de importancia para diversas iglesias italianas e incluso españolas.

Su actividad, bastante prolífica, y su velocidad al pintar lleva a que sea calificado como fa presto. El influjo de Ribera se manifiesta en la composición y en la iluminación tenebrista, pero con un empleo del color diferente, llegando incluso a hacer imitaciones por encargo del estilo de Ribera.

Hacia 1670, debido a su actividad incesante en frescos de numerosos monasterios e iglesias y a los numerosos encargos españoles de obras pictóricas, el rey Carlos II le encarga pintar los frescos del Real Monasterio de El Escorial.

En 1692 llega a España, donde permanecerá durante una década. La libertad, inventiva y la técnica de Giordano fueron una de las causas del éxito de los frescos de El Escorial. A esta obra siguieron otras de gran importancia como El Palacio del Buen Retiro, la Iglesia de Atocha y la sacristía de la Catedral de Toledo, además de numerosas obras en lienzos para la corte y el clero.

Debido a la muerte de Carlos II y a la difícil situación durante la época de Felipe V, decide volver a Italia, donde fallecería tres años después.

Tras su muerte fue desacreditado con dureza por artistas y críticos, que le consideraban responsable de la decadencia de la pintura tras los años esplendorosos de España. El nuevo interés que suscita, a principios del siglo XX, la época barroca contribuyen decisivamente a la revalorización del pintor italiano. Hay que reconocer que su producción en España influyó claramente en Goya.

Aparte de sus frescos en el Monasterio del Escorial, destaca el existente en el Casón del Buen Retiro, único mural que subsiste en Madrid, de los varios que ejecutó. Su presencia mediante pinturas sobre lienzo es por el contrario enorme: más de 40 en el Museo del Prado, como "El sueño de Salomón" y retratos ecuestres a pequeño formato de Carlos II y su esposa, seguramente modelos previos para ejemplares a gran tamaño que no llegaron a ejecutarse.

Entre otros lugares destaca la colección de pinturas existente en el Convento de Carmelitas de Peñaranda de Bracamonte y la del Monasterio de Guadalupe en Cáceres).

Luca Giordano falleció en Nápoles en 1705. Su cuerpo permanece en un altar lateral de la Iglesia de Santa Brígida. Muere siendo Hermano Lego de "Ordo Clericorum Regularium Matris Dei"

Evaluación crítica y legado

A Giordano se le ha criticado por ser un prolífico comerciante de todos los estilos sin ser maestro de ninguno. Se le ha considerado como un proto Tiépolo, reviviendo la gran manera de Cortona en un estilo que brillaría con Tiépolo. También, de la unión de su escuela napolitana con la tradición veneciana, prepararía el camino a Francesco Solimena.

Tras su muerte, fue desacreditado con dureza por artistas y críticos, que le consideraban responsable de la decadencia de la pintura española tras los años esplendorosos de Velázquez y Murillo. El nuevo interés que suscita la época barroca a principios del siglo XX, contribuyé decisivamente a la revalorización del pintor italiano. Hay que reconocer que su producción en España influyó claramente en Miguel Jacinto Meléndez, Antonio Palomino y Francisco de Goya.

Para mí conocer y profundizar en la obra de Giordano ha sido una grata sorpresa, conocía algunos cuadros, especialmente en el Museo del Prado, también del Monasterio de El Escorial, pero haciendo este trabajo he podido conocer mejor su obra y descubrir un artista excepcional. Posteriormente a la realización de este tema, he tenido ocasión de seguir a este artista y profundizar en su obra visitando con regularidad el Prado -soy amigo-protector del museo-, y con frecuencia vuelvo a visualizar sus emotivos cuadros. 

Espero que os guste la recopilación que he realizado de su prolífica y variada obra.





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Retrato de Luca Giordano en un aguafuerte del siglo XVIII




ALGUNAS OBRAS 


Obras de Giordano en el Museo Nacional del Prado


    • Abraham escucha las promesas del Señor, óleo sobre lienzo, 66 x 180 cm, 1695-1696 [P151].
    • Abraham adorando a los tres ángeles, óleo sobre lienzo, 65 x 168 cm, 1695-1696 [P152].
    • Lot embriagado por su hijas, óleo sobre lienzo, 58 x 154 cm, 1695-1696 [P153].
    • Sacrificio de Abraham, óleo sobre lienzo, 85 x 124 cm, firmado, 1655 [P154].
    • Isaac y Rebeca, óleo sobre lienzo, 84 x 122 cm, (en dep. en el Museo de Belas Artes da Coruña), h. 1655 [P156].
    • Viaje de Jacob a Canaán, óleo sobre cobre, 59 x 84 cm, h. 1687 [P157].
    • Lucha de Jacob con el ángel, óleo sobre lienzo, 251 x 112 cm, h. 1694 [P158].
    • El cántico de la profetisa María, óleo sobre cobre, 58 x 84 cm, h. 1687 [P159].
    • La derrota de Sísara, óleo sobre lienzo, 102 x 130 cm, 1690-1692 [P160].
    • Victoria de los israelitas y el cántico de Débora, óleo sobre lienzo, 102 x 154 cm, h. 1692 [P161].
    • Hércules en la pira, óleo sobre lienzo, 224 x 91 cm, h. 1697 [P162].
    • Sansón y el león, óleo sobre lienzo, 95 x 142 cm, 1695-1696 [P163].
    • David vencedor de Goliat, óleo sobre lienzo, 96 x 106 cm [P164]. Atribución dudosa.
    • Bethsabé en el baño, óleo sobre lienzo, 219 x 212 cm, 1697-1698 [P165].
    • La prudente Abigail, óleo sobre lienzo, 216 x 362 cm, 1696-1697 [P166].
    • El sueño de san José, óleo sobre tabla, 62 x 48 cm, h. 1697 [P167].
    • Sagrada Familia con san Juanito, óleo sobre tabla, 104 cm de diámetro, h. 1665 [P168].
    • Sagrada Familia, óleo sobre tabla, 49 x 38 cm, h. 1697 [P169]. Copia de Rafael.
    • Sagrada Familia con san Juanito, 78 x 104 cm, 1675-1680 [P170].
    • El beso de Judas, óleo sobre cobre, 43 x 66 cm, 1655-1660 [P171].
    • Pilatos lavándose las manos, óleo sobre cobre, 43 x 66 cm, 1655-1660 [P172].
    • San Pedro arrepentido (lágrimas de san Pedro), óleo sobre lienzo, 66 x 55 cm, h. 1697 [P173].
    • Cristo con la cruz a cuestas, óleo sobre lienzo, 77 x 71 cm, h. 1697 [P174].
    • Pentecostés, óleo sobre lienzo, 61 x 82 cm (en dep. en el Museo de Salamanca) [P175].
    • La Asunción, óleo sobre lienzo, 61 x 82,2 cm, 1700 [P176].
    • San Jerónimo, óleo sobre lienzo, 62 x 83 cm (en dep. en el Museo de Bellas Artes de Granada) [P177].
    • San Antonio de Padua, óleo sobre lienzo, 121 x 93 cm [P178].
    • Santa Rosalía, óleo sobre lienzo, 81 x 64 cm, h. 1697 [P179].
    • Santa Águeda, óleo sobre lienzo, 83 x 56 cm (en dep. en el Museo Provincial de Lugo) [P180].
    • San Francisco Javier, óleo sobre lienzo, 97 x 71 cm [P181].
    • Santa Brígida salvada de un naufragio por la Virgen, óleo sobre lienzo, 62 x 77 cm, h. 1700 [P182].
    • Toma de una plaza fuerte, óleo sobre lienzo, 235 x 343 cm, 1697-1700 [P183].
    • La batalla de San Quintín, óleo sobre lienzo, 53 x 168 cm, h. 1692-1693 [P184].
    • Prisión del condestable de Montmorency, en la Batalla de San Quintín, óleo sobre lienzo, 51 x 167 cm [P185].
    • La batalla de San Quintín, óleo sobre lienzo, 53 x 168 cm (en dep. en la Biblioteca-Museu Víctor Balaguer de Villanueva y Geltrú, Barcelona), h. 1692-1693 [P186].
    • Prisión del condestable de Montmorency, en la batalla de San Quintín, óleo sobre lienzo, 53 x 168 cm, (en dep. en Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación), h. 1692-1693 [P187].
    • El sitio de San Quintín, óleo sobre lienzo, 53 x 168 cm, 1692-1693 [P188].
    • Felipe II, con sus arquitectos, inspecciona las obras de El Escorial, óleo sobre lienzo, 53 x 168 cm, h. 1692 [P189].
    • Rubens pintando: alegoría de la Paz, óleo sobre lienzo, 337 x 414 cm, h. 1660 [P190].
    • La diosa Flora, óleo sobre lienzo, 169 x 109 cm (en dep. en el Ministerio de Asuntos Exteriores, Madrid), h. 1697 [P192].
    • La muerte del centauro Neso, óleo sobre lienzo, 114 x 79 cmh. 1697 [P193].
    • Perseo vencedor de Medusa, óleo sobre lienzo, 223 x 91 cm, h. 1697-1700 [P194].
    • Eneas, fugitivo con su familia, óleo sobre lienzo, 279 x 125 cm [P196].
    • Carlos II a caballo, óleo sobre lienzo, 81,1 x 60,3 cm, anterior a 1694 [P197].
    • Doña María Ana de Neoburgo, reina de España, a caballo, óleo sobre lienzo, 81,2 x 61,4 cm, 1693-1694 [P198].
    • Retrato de un anciano, óleo sobre lienzo, 75 x 62 cm (en dep. en el Museo Municipal de San Telmo, San Sebastián) [P199].
    • Autorretrato, óleo sobre lienzo, 58 x 44 cm [P573]. Copia.
    • Magdalena penitente, óleo sobre lienzo, 153 x 124 cm, h. 1660-1665 [P1105].
    • Retrato de Carlos II, óleo sobre lienzo, 66 x 56 cm, 1693 [P2504].
    • Carlos II a caballo, óleo sobre lienzo, 68 x 54 cm [P2761].
    • Carlos II a caballo, óleo sobre lienzo, 80 x 62 cm, h. 1694 [P2762].
    • María Ana de Neoburgo, reina de España, a caballo, óleo sobre lienzo, 80 x 62 cm, h. 1694 [P2763].
    • San Carlos Borromeo, óleo sobre lienzo, 126 x 104 cm [P2993].
    • Bethsabé en el baño, óleo sobre lienzo, 255 x 329 cm [P3177].
    • El juicio de Salomón, óleo sobre lienzo, 250 x 360 cm, 1694-1695 [P3178].
    • El sueño de Salomón, óleo sobre lienzo, 245 x 361 cm, 1694-1695 [P3179].
    • Riña de Isaac e Ismael, óleo sobre lienzo, 175 x 84 cm [P3195].
    • Armida y Reinaldo, óleo sobre lienzo, 221 x 124 cm [P3235].
    • Mesina restituida a España, óleo sobre lienzo, 272 x 443 cm, 1678 [P3261].
    • La Virgen del Rosario, óleo sobre lienzo, 305 x 208 cm [P3287].
    • Natividad de la Virgen, óleo sobre lienzo, 155 x 143 cm, firmado (en dep. en el Consejo de Estado, Madrid) [P3350].
    • San Pascual adorando el Sacramento, óleo sobre lienzo, 179 x 132 cm, firmado (en dep. en el convento de San Pascual, Madrid) [P3538].
    • Adoración de la Santa Faz, óleo sobre lienzo, 102 x 261 cm (en dep. en el Museo Municipal de la Almudí, Valencia) [P3566].
    • Riña de muchachos, óleo sobre lienzo, 238,5 x 208,5 cm (en dep. en la Real Academia de Jurisprudencia, Madrid) [P3939].
    • Alegoría del Toisón de Oro, óleo sobre lienzo, 187 x 96 cm [P4393]. Copia.
    • San Andrés, óleo sobre lienzo, 120,5 x 104,4 cm (en dep. en el Museo de Cáceres) [P4692].
    • La Adoración de los Reyes, óleo sobre lienzo, 168 x 220 cm [P5081].
    • Sansón destruyendo a los Filisteos, óleo sobre lienzo, 62 x 162 cm, 1695-1696 [P5123].
    • Turno vencido por Eneas, óleo sobre lienzo, 222 x 180 cm, 1688 [P5137].
    • Un sacrificio a la gentilidad, óleo sobre lienzo, 282 x 69 cm (en dep. en el Museo de Bellas Artes de La Coruña), h. 1702 [P5222].
    • Un sacrificio a la gentilidad, óleo sobre lienzo, 280 x 68 cm (en dep. en el Museo de Belas Artes de La Coruña), h. 1702 [P5223].
    • Tancredo después de derrotar a los persas encuentra a Clorinda en la fuente, óleo sobre lienzo, 223 x 94 cm (en dep. en la Universidad Central de Barcelona) [P5264].
    • Perseo y Andrómeda, óleo sobre lienzo, 223 x 107 cm (en dep. en la Universidad Central de Barcelona) [P5268].
    • Quinto Curzio lanzándose a la sima, óleo sobre lienzo, 290 x 355 cm (en dep. en la Universidad Central de Barcelona) [P5300].
    • Sagrada Familia con los atributos de la Pasión, óleo sobre lienzo, 307 x 210 cm (en dep. en la Universidad Central de Barcelona) [P5305].
    • Esaú y Jacob (el cambio de la primogenitura), óleo sobre lienzo, 99 x 180 cm, 1695-1696 [P5442].
    • El sacrificio de Abraham, óleo sobre lienzo, 95 x 196 cm, 1695-1696 [P5452].
    • Andrómeda y el dragón, óleo sobre lienzo, 114 x 136 cm (en dep. en la Embajada de España en París) [P6167].
    • Degollación de los inocentes, óleo sobre lienzo, 232 x 333 cm, h. 1663 [P6311].
    • Martirio de san Lorenzo, óleo sobre lienzo, 414 x 292 cm, 1695 (en dep. en el monasterio de San Lorenzo de El Escorial, Madrid) [P7095].
    • Orfeo y los animales, óleo sobre lienzo, 198 x 311 cm [P7132].
    • Cristo con la cruz a cuestas, óleo sobre lienzo, 225 x 155 cm [P7442].
    • Alegoría del Toisón de Oro, pintura al fresco, 1440 x 2100 cm, techo del Casón del Buen Retiro, h. 1697, [P7887].
    • Crucifixión de Cristo, lápiz negro sobre papel blanco, 191 x 352 mm, h. 1700 [D765].
    • Isaac reconoce a Jacob como heredero, aguada sepia y lápiz negro sobre papel blanco, 155 x 295 mm [D767].
    • Milagro de un santo franciscano, rodeado de paralíticos, aguada sepia y sanguina sobre papel blanco, 195 x 235 mm, 1660-1670 [D768].
    • Hércules en la pira, aguada gris y lápiz negro sobre papel gris, 268 x 194 mm [D771].
    • Media figura masculina de perfil, lápiz negro sobre papel agarbanzado, 130 x 160 mm [D772].
    • Sueño de un rey, aguada gris y lápiz negro sobre papel agarbanzado, 197 x 251 mm [D773].
    • Llanto por la muerte de Abel, aguada sepia y lápiz negro sobre papel agarbanzado, 212 x 172 mm [D774].
    • Escena de batalla, aguada sepia y carbón sobre papel blanco, 341 x 225 mm [D1005].
    • El juicio de Paris/Piernas y torso de un desnudo masculino, aguada, pluma, preparado a lápiz, sanguina y tinta parda sobre papel amarilleno, 241 x 294mm [D1561].
    • Sagrada Familia con santa Isabel y san Juanito, aguada sepia y lápiz negro sobre papel agarbanzado, 185 x 284 mm, h. 1660 [D2068].
    • Abraham recibe la orden de sacrificar a Isaac, aguada sepia y lápiz negro sobre papel blanco, 147 x 292 mm [D2141].
    • Visitación, aguada sepia y lápiz negro sobre papel blanco, 280 x 287 mm, h. 1696-1698 [D2150].
    • Figura femenina alegórica, sobre nubes, aguada grisácea, aguada sepia y lápiz negro sobre papel agarbanzado, 210 x 120 mm [D2156].
    • Baco rodeado de ninfas entre nubes, aguada sepia y lápiz negro sobre papel blanco, 165 x 262 mm, h. 1697 [D2157].
    • Presentación de la Virgen en el templo, aguada sepia, lápiz negro y tinta sobre papel blanco, 247 x 283 mm, h. 1690-1698 [D2158].
    • Expulsión de los mercaderes del templo, aguada sepia y lápiz negro sobre papel agarbanzado, 208 x 282 mm, h. 1680 [D3675].
    • Mucio Escevola pone la mano en el fuego delante de Porsena, sanguina sobre papel verjurado, 269 x 433 mm [D5529].


Algunas imágenes de su obra

Además de todo su obra mural, pintó una ingente cantidad de obras al óleo y configuró la imagen del monarca en el tramo final de su vida. Las colecciones del Museo Nacional del Prado cuentan con más de un centenar de obras de Luca Giordano, de las que destacan, entre otras:


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Mesina restituida a España, hacia 1678, óleo sobre lienzo, 272 x 443 cm. P03261. Luca Giordano. Museo del Prado 

Esta obra es un magnífico ejemplo de la etapa central de la producción del italiano Luca Giordano, conocido en España como Lucas Jordán. En ella se aprecia el carácter decorativo que predominó en la pintura del Barroco italiano en la segunda mitad del siglo XVII, así como la riqueza cromática y el dinamismo que hicieron famoso al artista.

La escena, de carácter alegórico, simboliza a España en la figura de una mujer que está siendo coronada y entronizada sobre las cuatro virtudes cardinales (la Prudencia, la Justicia, la Fortaleza y la Templanza), pilares del buen gobierno del país, acompañadas de sus atributos y de múltiples angelotes. A la izquierda de la composición, la Fortuna, personificada también por una figura femenina, impide embarcar al guerrero que representa a Francia. 



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Viaje de Jacob a Canaan, óleo sobre cobre, 59 x 84 cm. P00157. Luca Giordano. Museo del Prado 

Ilustra un pasaje del Antiguo Testamento. Se muestra la caravana organizada por Jacob, quién, acompañado por sus mujeres, sus hijos, su ganado y pertenencias, se encamina a refugiarse con su padre en Canaán, tras abandonar la tierra de Aram (Génesis 31, 17-18). Podrían repetir la composición de los grandes lienzos que Giordano pintó en 1687 para la iglesia de la Anunciata en Nápoles, desaparecidos en un incendio en el siglo XVIII.


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Degollación de los inocentes, óleo sobre lienzo, 232 x 333 cm. P06311. Luca Giordano. Museo del Prado 

Sintiéndose engañado por los Reyes Magos, que le habían prometido revelar el lugar exacto del nacimiento de Jesús, Herodes ordenó ejecutar a todos los niños menores de dos años nacidos en Belén (Mateo 2, 16-18). Se trata de una de las pinturas más tempranas de Giordano en el Prado, que se cita muy pronto (1667) en El Escorial. El cuadro aparece hoy cortado en todos sus lados y añadido en su parte alta por una mano distinta de la de Giordano. Las mutilaciones más importantes corresponden a la parte baja de la composición y al lado izquierdo, donde la mujer que llora ante su hijo difunto se prolongaba unos cuarenta centímetros.


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La diosa Flora, óleo sobre lienzo, 169 x 109 cm. P00192. Luca Giordano. Museo del Prado 

Diosa de la primavera y, por extensión, de las flores y los jardines, representa la fertilidad en la mitología latina. Se trata de una obra de colaboración, en la que Giordano pintó las figuras y Andrea Belvedere (Nápoles, 1652-1732), las flores. La colaboración de Luca con pintores especialistas está documentalmente probada además, con Giuseppe Recco, Giovanni Battista Ruoppolo, Giuseppe Ruoppoloy Abraham Brueghel.


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Magdalena penitente, óleo sobre lienzo, 153 x 124 cm. P01105. Luca Giordano. Museo del Prado 

La Magdalena penitente de Giordano ilustra sobre las dudas que sus imitaciones suscitaron en épocas diversas. A pesar de que ingresó en la Colección Real en el siglo XVIII con la atribución correcta, muy pronto fue citada como obra de Ribera, Murillo y otros, hasta que a mediados de 1950 fuera restituida al artista napolitano. Giordano imita el ambiente cerrado, oscuro y desértico del maestro valenciano; la actitud meditativa de la santa, la técnica suelta y empastada, los colores terrosos, las carnaciones sobre preparación oscura y las llamativas superficies color carmín de las vestiduras, que remiten al momento de máximo venecianismo del maestro español. Giordano muestra aquí su visión de Ribera, con quien pudo formarse, añadiendo influencias de otros artistas como Andrea Vaccaro, de quien toma el rostro de aspecto ensoñador.


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Isaac y Rebeca, h. 1655, óleo sobre lienzo, 84 x 122 cm. Luca Giordano. Museo del Prado (en dep. en el Museo de Belas Artes da Coruña), [P156].


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El beso de Judas. 1655-1660, óleo sobre cobre, 43 x 66 cm. [P171]. Luca Giordano. Museo del Prado 

Esta pintura ha sido relacionada con Durero (1471-1528) y con Lucas de Leiden (1494-1533). Supone un sobresaliente ejercicio de estilo que manifiesta su atenta observación de originales alemanes del siglo XV, cuya técnica Giordano intentó imitar. En ella Giordano aplicó una pincelada minuciosa y precisa de trazos cortos que reproducen con rigurosa exactitud el aspecto de los objetos, la incidencia de la luz y los brillos metálicos, así como los detalles anatómicos, todo ello en las antípodas de su sensibilidad artística. Esta pintura forma parte de un grupo de más o menos una docena, todas ellas correspondientes a la juventud del artista y representan escenas de la vida de Cristo, especialmente de la Pasión, cuyas composiciones tomó de estampas alemanas (Texto extractado de Úbeda de los Cobos, A.: Luca Giordano y el Casón del Buen Retiro, Museo Nacional del Prado, 2008, pp. 170-171).


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Sacrificio de Abraham, 1695 - 1696, óleo sobre lienzo, 95 x 196 cm. P05452. Luca Giordano. Museo del Prado 

Dios puso a prueba la fe de Abraham solicitándole que sacrificara a Isaac, su propio hijo. Antes de que Abraham pudiera consumar el sacrificio, un ángel detuvo su mano, quedando demostrada su fe (Génesis 22, 1-18). Esta pintura fue ampliada en sus dos lados por una mano próxima aunque ajena a la de Giordano. A la muerte de Carlos II se localizaba en el Palacio de la Zarzuela.


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Sansón y el león, óleo sobre lienzo, 95 x 142 cm. P00163. Luca Giordano. Museo del Prado 

Sansón fue atacado por un león al que venció con su fuerza colosal infundida por Dios (Jueces 14, 6). Forma parte de una serie dedicada a este personaje bíblico, cuya vida fue interpretada como una prefiguración de la de Cristo. En concreto, este episodio se interpreta como la victoria de Cristo sobre el pecado. Giordano concibe una escena cargada de tensión, dinamismo y violencia, en la que destaca la poderosa anatomía del personaje bíblico.


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La derrota de Sísara es una pintura al óleo sobre lienzo de Luca Giordano, realizada en 1662. Óleo sobre lienzo, 102 ×154 cm. Luca Giordano. Museo del Prado 

Esta pintura es parte de un par de bocetos que el artista ejecutó en previsión de la decoración de la iglesia de Santa María Donnaromita en Nápoles. Pero los dejó sin terminar debido a su partida a España en 1692, siendo completadas por dos de sus estudiantes: Simonelli y Cenatempio. La iconografía de la obra está tomada del Antiguo Testamento,1 que narra las luchas entre los israelitas y Sísara, general del ejército de Canaán, posiblemente cerca de la localidad de Daberat, y cómo la profetisa Débora acompañó a Barac, comandante de Israel, a la victoria y dispersión del ejército de Sísara. Posteriormente sería asesinado por la heroína Jael con un enorme clavo en la cabeza. La pintura refleja el instante en el que Sísara huye y abandona a sus tropas en el río Cishon


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Abraham escucha las promesas del Señor. 1695 - 1696. Luca Giordano. Óleo sobre lienzo, 66 x 180 cm. Museo del Prado


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Lot embriagado por su hijas. 1695-1696, óleo sobre lienzo, 58 x 154 cm. Luca Giordano. Museo del Prado 

Ante la preocupación de no encontrar varones en la tierra, las hijas de Lot embriagan a su padre para yacer con él y asegurarse la descendencia que propague la estirpe (Génesis 19, 31-35). Al fondo se vislumbra el incendio de Sodoma y la esposa de Lot convertida en estatua de sal, tras desobedecer el mandato de Dios. La obra forma parte de una serie de lienzos de formato apaisado con escenas del Antiguo Testamento, que se encontraban en 1700 en la ermita de San Juan del Buen Retiro. 


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Lucha de Jacob con el ángel, h. 1694, óleo sobre lienzo, 251 x 112 cm. [P158]. Luca Giordano. Museo del Prado 

La obra narra el pasaje del Génesis en que Jacob luchó durante toda una noche contra un misterioso adversario que resultó ser un ángel enviado por Dios. A pesar de que en un principio prevaleció la fortaleza de Jacob, al rayar el día el ángel le inmovilizó un tendón de la pierna, obligándole reconocer su impotencia (Génesis 32, 22-30). Giordano escoge el momento final de esa disputa, justo el instante en que comienza a clarear el día y se hace presente la Aurora, deidad mitológica que simboliza el amanecer.


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El cántico de la profetisa María, h. 1687, óleo sobre cobre, 58 x 84 cm [P159]. Luca Giordano. Museo del Prado 

Ilustra un pasaje del Antiguo Testamento. La profetisa María, hermana de Moisés, festeja con las mujeres de Israel la gesta que ha supuesto el paso del Mar Rojo, en cuyas aguas había perecido el faraón y su ejército (Éxodo 15, 20-21).La obra podría repetir la composición de los grandes lienzos que Giordano pintó en 1687 para la iglesia de la Anunciata en Nápoles, desaparecidos en un incendio en el siglo XVIII. 


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Victoria de los israelitas y el cántico de Débora, h. 1692, óleo sobre lienzo, 102 x 154 cm [P161]. Luca Giordano. Museo del Prado 

Representa el momento de la victoria de los israelitas contra los cananeos, cuyo general Sísara murió a manos de Jael (Jueces 4, 15-16). El lienzo muestra la retirada de las tropas de Sísara, mientras que un ángel sobrevuela la escena portando un clavo y un mazo, instrumentos utilizados para dar muerte al general enemigo. Esta pintura es un boceto para los frescos de la cúpula de la iglesia napolitana de Santa Maria di Donnaromita, que Giordano dejó inacabada a su partida para España.


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Hércules en la pira, óleo sobre lienzo, h. 1697, 224 x 91 cm. [P162]. Luca Giordano. Museo del Prado 

La escena representa los últimos momentos de la vida de Hércules. Desesperado por los dolores que le producía la túnica envenenada que le hizo vestir Deyanira, a instancias del centauro Neso, el héroe levanta una pira en el monte Eta y ordena que le quemen vivo. De espaldas vemos a Filoctetes, que prueba su amistad accediendo a prender el fuego. El lienzo forma parte de una serie de composiciones de asunto mitológico que Giordano pintó durante su estancia madrileña, probablemente para decorar el Palacio del Buen Retiro.


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Bethsabé en el baño, 1697-1698, óleo sobre lienzo, 219 x 212 cm.  [P165]. Luca Giordano. Museo del Prado 

Ejemplo de una de las obras conservadas en el Prado donde se aprecia la influencia veneciana de Veronés o Giorgione.


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Sansón destruyendo a los Filisteos, óleo sobre lienzo, 62 x 162 cm, 1695-1696 [P5123]. Luca Giordano. Museo del Prado 

Este lienzo forma parte de una serie en la que se representan diferentes pasajes de la historia de Sansón. Muestra en el centro de la composición al personaje bíblico empuñando como arma una quijada de asno, con la que exterminará a todo un ejército de filisteos (Jueces 15, 14-16). A los lados, los enemigos del pueblo de Dios huyen ante su poderosa acometida.El peculiar formato de la obra -alargado y estrecho- manifiesta su probable uso como sobrepuerta o sobreventana. 


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El juicio de Salomón. 1694-1695, óleo sobre lienzo, 250 x 360 cm. [P3178]. Luca Giordano. Museo del Prado 

Este lienzo, como El sueño de Salomón (P03179), forma parte de una serie de ocho lienzos de dimensiones semejantes, seis de los cuales guarda hoy el Palacio Real, que repiten las composiciones pintadas al fresco en las bóvedas del antecoro de la Basílica de El Escorial, en 1693, con Historias de David y Salomón. Estas composiciones en lienzo, que se mencionan varias veces en los inventarios de Palacio, sirvieron de modelos para los cartones de tapices en la Real Academia de Santa Bárbara, que hoy se guardan también en Palacio.

En este cuadro, dos madres se presentan ante el rey Salomón con sendos niños, uno de ellos muerto. Ambas se disputaban el vivo, declarándose su madre legítima. El rey ordenó que dividieran en dos al pequeño y dieran la mitad a cada una. La auténtica, conmovida ante la eventualidad de que su hijo fuera asesinado, renunció a él pidiendo que no lo mataran. Salomón mostró su sabiduría otorgando el niño a su verdadera madre (Reyes 3, 16-18).



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Riña de Isaac e Ismael, óleo sobre lienzo, 175 x 84 cm [P3195]. Luca Giordano. Museo del Prado 


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Sagrada Familia con san Juanito, h. 1665, óleo sobre tabla, 104 cm. de diámetro [P168]. Luca Giordano. Museo del Prado 

De historia desconocida hasta 1759, se tuvo a partir de esta fecha como ejemplo paradigmático de las imitaciones giordanescas, asumiendo que en ella se encuentra toda la pericia del pintor y también todas sus limitaciones. Resulta difícil deducir las intenciones de su autor, si simplemente trató de llamar la atención sobre su pericia o si, por el contrario, trató de pasar su pintura como original de Rafael. La existencia del monograma de este artista en la piedra situada a la derecha de la composición, permite sospechar su voluntad de engañar al posible comprador (Texto extractado de Úbeda de los Cobos, A.: Luca Giordano y el Casón del Buen Retiro, Museo Nacional del Prado, 2008, p. 175).


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Sagrada Familia, h. 1697, óleo sobre tabla, 49 x 38 cm [P169]. Copia de Rafael por Luca Giordano. Museo del Prado 

Se trata de una pintura que toma elementos de obras diversas para crear un producto nuevo, en el que Giordano no llega a desaparecer del todo. Así, el modelo de la Virgen parte (invertido) de La Sagrada Familia del Roble (P303). Por su parte, Santa Ana recuerda un personaje presente en otra obra de Rafael, La Madonna Spinola (Los Ángeles, Paul Getty Museum). La idea de los niños leyendo, con Cristo apoyado sobre la Virgen, con los pies cruzados y con una marcada diferencia en la tonalidad de su piel, procede de nuevo de La Madonna Spinola; mientras que el paisaje con ruinas es una característica del último Rafael (Texto extractado de Úbeda de los Cobos, A.: Luca Giordano y el Casón del Buen Retiro, Museo Nacional del Prado, 2008, p. 172).


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Sagrada Familia con san Juanito. 1675-1680, 78 x 104 cm [P170]. Luca Giordano. Museo del Prado 


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El sueño de Salomón. 1694-1695, óleo sobre lienzo, 245 x 361 cm [P3179]. Luca Giordano. Museo del Prado 


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Retrato de Carlos II. Óleo sobre lienzo, 66 x 56 cm. Luca Giordano. Museo del Prado 


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Carlos II, rey de España, a caballo. Antes de 1694. Óleo sobre lienzo, 81,1 cm x 60,3 cm. Luca Giordano. Museo del Prado 

Luca Giordano (1634-1705) realizó un retrato ecuestre de Carlos II destinado al Salón de los Espejos del Alcázar de Madrid. La intención era la de señalar una continuidad dinástica en la que Carlos constituía el último eslabón de una cadena iniciada por dos personajes de especial significación: Carlos V y Tiziano, a través del retrato de éste último: Carlos V en Mühlberg. La destrucción de dicho retrato como consecuencia del incendio del Alcázar de 1734 impide conocer el aspecto del rey, aunque cabe suponer que la necesidad de dar continuidad a un conjunto anterior debió limitar considerablemente las posibilidades visuales y narrativas. Existen actualmente dos bocetos en el Museo del Prado que han sido relacionados con el retrato perdido del Salón de los Espejos. Tradicionalmente se ha venido considerando de forma mayoritaria que esta pintura del Museo del Prado era el boceto preparatorio para ese cuadro y se señalaba que Giordano se aproximaba deliberadamente al modelo velazqueño del retrato de Felipe IV en el Salón de Reinos de palacio del Buen Retiro que, como aquél, cuenta con una pareja. En esta obra Giordano siguió en términos generales la iconografía velazqueña, aunque introdujo diferencias muy considerables, como es la aparición de elementos alegóricos con los que muestra la sagrada misión de la Monarquía Hispánica en defensa de la Fe en la parte superior (aproximándose al retrato de Felipe IV de Rubens, también desaparecido), mensaje que se completa en la parte baja con una victoria entre los infieles, que perecen aplastados por su caballo. Además, Giordano estableció una diferente relación entre el modelo y el espectador, al que Carlos II vuelve su rostro, mientras que Felipe IV, indiferente a nuestras miradas, muestra un sorprendente perfil.Sin embargo, últimamente se ha propuesto una hipótesis distinta que considera que no fue éste el retrato que colgó en el Alcázar, sino el segundo de los conservados en el Museo del Prado, Carlos II a caballo (P02761), que representa al monarca también a caballo, en elegante corbeta, vestido con coraza completa de capitán general y tocado con sombrero. A favor de esta hipótesis estaría, sobre todo, su parecido con otros retratos ecuestres del Salón de los Espejos. Los retratos ecuestres de Carlos II y Mariana de Neoburgo que debían sustituir a los de Felipe III y Margarita de Austria, cuya presencia carecía de vigencia en una fecha próxima a 1694, momento probable de su realización (Texto extractado de Úbeda de los Cobos, A. en: Cortes del Barroco: De Bernini y Velázquez a Luca Giordano, 2003, pp.77-80).


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Doña María Ana de Neoburgo, reina de España, a caballo, óleo sobre lienzo, 81,2 x 61,4 cm, 1693-1694 [P198]. Luca Giordano. Museo del Prado 

La reina Mariana de Neoburgo (1664-1740), segunda esposa de Carlos II, lujosamente vestida, cabalga sobre un hermoso caballo blanco. Es evidente en él el deseo de imitar o emular a Velázquez, pues la silueta toda del caballo y la reina, derivan directamente del retrato velazqueño de Doña Isabel de Borbón (Museo del Prado, P01179), y el exquisito toque, aunque a escala reducidísima, parte, también, de los modos de Velázquez. Pero esa intención de emular al pintor sevillano se combinan con elementos alegóricos, propios de Luca Giordano, con los que se introducían temas que obsesionaban a la Monarquía Española, como es el caso de la falta de un descendiente varón, representado en este cuadro a través de ángeles niños que sostienen una cornucopia de la que obtienen flores y frutos, unas náyades que le ofrecen frutos del mar y la representación alegórica de un río, los cuales probablemente aludan a la fertilidad de la soberana.  Se piensa que los retratos pudieran estar en relación con la entrada de la reina en Madrid y evocar de algún modo los retratos que Francesco Rizzi hizo para la entrada de Maria Louisa de Orleáns en 1692, es posible que se pintasen con intención celebrativa, e incluso que retomasen un proyecto de Claudio Coello, en cuyo inventario post mortem de 1693 figuran dos bocetos de Carlos II a caballo. Compañero de Carlos II, rey de España, a caballo (P000197) y de su misma procedencia, no hay sin embargo testimonio de que llegara a pintarse un lienzo de grandes dimensiones con esta composición, aunque quizás se pensase en ello.Como en el caso de su pareja, Carlos II, rey de España, a caballo, el Museo del Prado conserva otro ejemplar, Mariana de Neoburgo, reina de España, a caballo (P02763), de una calidad que permite considerarlo réplica (Texto extractado de Pérez Sánchez, A. E.: Luca Giordano y España, 2000, p. 198; y de Úbeda de los Cobos, A. en: Cortes del Barroco: De Bernini y Velázquez a Luca Giordano, 2003, p. 80).


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San Pedro arrepentido (lágrimas de san Pedro), óleo sobre lienzo, 66 x 55 cm, h. 1697 [P173]. Luca Giordano. Museo del Prado 

Pintura de devoción privada en la que Giordano presenta a San Pedro arrepentido derramando lágrimas de aflicción, después de haber negado a Cristo por tres veces. Con la mirada elevada al cielo, las manos entrelazadas sobre el pecho en gesto de piadosa oración y actitud de profundo recogimiento, el Apóstol implora perdón por su pecado. Sobre la piedra del primer término, en la que han quedado marcados los profundos surcos de sus lágrimas, descansa la llave que lo identifica como fundador de la Iglesia.


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Cristo con la cruz a cuestas, óleo sobre lienzo, 77 x 71 cm, h. 1697 [P174]. Luca Giordano. Museo del Prado 

La imagen de Cristo doliente portando la Cruz con una soga al cuello, constituye una genuina producción de la estancia española de Giordano. El artista actualizó un modelo de devoción privada cuyos precedentes iconográficos se remontan a Sebastiano del Piombo (c. 1485/1486-1547) y Tiziano (c. 1489-1576), obteniendo con ello un considerable éxito, como se deduce de las numerosas versiones que se conservan del mismo. Todas ellas reproducen con gran fidelidad la composición aquí expuesta que, por su excelente calidad, puede ser considerado el ejemplar original.


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La Asunción de la Virgen, óleo sobre lienzo, 61 x 82,2 cm, 1700 [P176]. Luca Giordano. Museo del Prado 

Se trata de una obra prácticamente desconocida, que fue restaurada con motivo de la exposición Luca Giordano y el Casón del Buen Retiro.Tanto la técnica como el punto de vista muestran que se trata de un boceto preliminar, quizás para la capilla de la Dormición de la Virgen en el Monasterio de las Descalzas Reales de Madrid. 


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San Francisco Javier, óleo sobre lienzo, 97 x 71 cm [P181]. Luca Giordano. Museo del Prado 


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San Carlos Borromeo, óleo sobre lienzo, 126 x 104 cm [P2993]. Luca Giordano. Museo del Prado 


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Santa Rosalía, óleo sobre lienzo, 81 x 64 cm, h. 1697 [P179]. Luca Giordano. Museo del Prado 

Giordano representa a la patrona de Palermo como eremita, en un momento de éxtasis místico. Coronada de rosas, posa delicadamente su mano izquierda en el pecho mientras que con la derecha sostiene una vara de azucenas. La actitud recuerda el modelo impuesto por Guido Reni (1575-1642) y su escuela, con la cabeza ladeada, los ojos elevados al cielo y la boca entreabierta mostrando su beatitud. La obra perteneció a la colección de la reina Isabel de Farnesio, como indica la flor de lis pintada en el ángulo inferior derecho.


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Santa Brígida salvada de un naufragio por la Virgen, óleo sobre lienzo, 62 x 77 cm, h. 1700 [P182]. Luca Giordano. Museo del Prado 


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Toma de una plaza fuerte, óleo sobre lienzo, 235 x 343 cm, 1697-1700 [P183]. Luca Giordano. Museo del Prado 

Este cuadro forma parte de un conjunto de obras pintadas para decorar el vestíbulo oeste del Casón del Buen Retiro, con escenas de la Guerra de Granada. Todas ellas presentan un personaje principal, a caballo, y perfectamente diferenciado del resto. Frente a ello, el artista manifestó un perfecto desdén por la identificación de las escenas, repitiendo una sucesión de planos de batalla que evoca la confusión y la violencia de la guerra, pero que en modo alguno permite identificar acontecimientos concretos. El único elemento narrativo se encuentra en este cuadro, donde aparece un personaje de rodillas y aspecto más turco que nazarí, que señala la fortaleza que aparece al fondo, asumiendo su derrota y entregando la plaza.


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La batalla de San Quintín, óleo sobre lienzo, 53 x 168 cm, h. 1692-1693 [P184]. Luca Giordano. Museo del Prado 


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El sitio de San Quintín, óleo sobre lienzo, 53 x 168 cm, 1692-1693 [P188]. Luca Giordano. Museo del Prado 


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Prisión del condestable de Montmorency, en la Batalla de San Quintín, óleo sobre lienzo, 51 x 167 cm [P185]. Luca Giordano. Museo del Prado 

Anne de Montmorency (1492-1567), condestable de Francia, fue uno de los más destacados militares que tomaron parte en la batalla de San Quintín. Durante la misma fue herido y capturado por las tropas de Felipe II. Murió en 1567 por las graves heridas sufridas en la batalla de Saint-Denis. Giordano compuso una escena que refleja el momento final de la batalla, cuando Montmorency, desarmado y sin señal alguna de las graves heridas infringidas, es presentado a un personaje con banda de capitán general y que no puede ser otro que Filiberto Manuel de Saboya, general de las tropas españolas. Detrás del francés unos jinetes portan las banderas apresadas.


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Felipe II, con sus arquitectos, inspecciona las obras de El Escorial, óleo sobre lienzo, 53 x 168 cm, h. 1692 [P189]. Luca Giordano. Museo del Prado 


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Rubens pintando: alegoría de la Paz, óleo sobre lienzo, 337 x 414 cm, h. 1660 [P190]. Luca Giordano. Museo del Prado 

Constituye una de las pinturas más complejas de Giordano, tanto desde el punto de vista compositivo, como por su significado y cronología. En su mitad derecha representó una compleja alegoría de la guerra, representada por Marte, que es rechazado por Venus, su amante, que simboliza la paz y protege todo aquello que la guerra destruye. Rubens (1577-1640) asiste a la escena rodeado de personajes simbólicos. En el plano inferior aparecen sobre el suelo los objetos que destruye la guerra: el poder político (el cetro y el orbe); el comercio o el conocimiento científico (el astrolabio y la esfera armilar); la literatura o los tratados de paz (un manuscrito enrollado); las artes (la máscara, la estatua, el laúd con las cuerdas rotas, la partitura, el compás y la escuadra) y finalmente, la fama (corona de laurel). Detrás, violentos cañonazos anuncian el inicio de la contienda, que sólo espera para iniciar su destrucción que el Furor se libre de sus cadenas.


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La muerte del centauro Neso, óleo sobre lienzo, 114 x 79 cmh. 1697 [P193]. Luca Giordano. Museo del Prado 


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Perseo vencedor de Medusa, óleo sobre lienzo, 223 x 91 cm, h. 1697-1700 [P194]. Luca Giordano. Museo del Prado 


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Eneas, fugitivo con su familia, óleo sobre lienzo, 279 x 125 cm [P196]. Luca Giordano. Museo del Prado 


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Bethsabé en el baño, óleo sobre lienzo, 255 x 329 cm [P3177]. Luca Giordano. Museo del Prado 


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Esaú y Jacob (el cambio de la primogenitura), óleo sobre lienzo, 99 x 180 cm, 1695-1696 [P5442]. Luca Giordano. Museo del Prado 


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Turno vencido por Eneas, óleo sobre lienzo, 222 x 180 cm, 1688 [P5137]. Luca Giordano. Museo del Prado 

Eneas alcanzó las costas del Lacio procedente de Cartago y disputó a Turno el dominio del reino de los latinos. La victoria de Eneas constituye el primer capítulo de la historia de Roma (Eneida, XII, 914-952). Giordano representa el momento de mayor fuerza dramática, cuando el héroe troyano se dispone a dar muerte a Turno, mientras que en la parte alta, Venus, madre de Eneas, contempla la escena. A la derecha aparece la ninfa Juturna, hermana de Turno, que huye ante el inevitable desenlace. La obra se inspira en la decoración de la galería del Palacio Pamphili en Roma, realizada por Pietro da Cortona
.

uca Giordano en El Escorial


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Frescos de la Escalera principal del Monasterio de El Escorial. La Escalera principal sigue la típica tradición española de escalera imperial con un tramo principal dividido en dos a los lados a partir de la primera meseta, manteniendo el eje de simetría del convento y compatibilizando los tres pisos del Patio de los Evangelistas con los tres del convento mediante puertas discretas que permiten el paso a la zona más recogida y doméstica. Se suele atribuir a Bergamasco, aunque su proyecto fue modificado y desarrollado por Juan de Herrera. Su caja tiene una gran altura y cuenta con una cubierta propia que cubre la gran bóveda esquifada que ilumina desde arriba sus magníficos frescos.


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Detalle de la bóveda de la escalera principal del Escorial 

Está decorada con frescos de Pellegrino Tibaldi, Luca Giordano y Luca Cambiaso, destacando La batalla de San Quintín y la Fundación de El Escorial, en la que aparece Felipe II discutiendo las trazas del Monasterio con Juan Bautista de Toledo y Juan de Herrera, junto al Obrero Mayor, el jerónimo Fray Antonio de Villacastín.


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La Sala Vicarial, es una de las Salas Capitulares del Monasterio de El Escorial.

Salas capitulares. Destinadas actualmente a pinturas, eran las salas donde los monjes celebraban sus capítulos, especie de confesiones mutuas para mantener la pureza de la congregación. Desde tiempos de Velázquez, que intervino en su decoración, albergaron importantes pinturas. A pesar del traslado de muchas al Museo del Prado, actualmente se exhiben varias tan importantes como La Última Cena y un San Jerónimo de Tiziano y La túnica de José de Velázquez. En febrero de 2009 se volvió a colgar en sus paredes el Martirio de San Sebastián de Van Dyck, recuperado (tras su adquisición por Patrimonio Nacional) dos siglos después de su sustracción durante la invasión napoleónica.

Su espléndida pinacoteca está formada por obras de las escuelas alemana, flamenca, veneciana, italiana y española, de los siglos XV, XVI y XVII. Incluye diversas obras de algunos de los pintores predilectos de Felipe II como El Bosco, Pieter Coecke o Michel Coxcie; una Adoración de los pastores de Tintoretto, obras de maestros como Federico Barocci, Paolo Veronese, Luca Giordano, Francesco Guercino, José de Ribera, Zurbarán, Alonso Cano y otros muchos autores, así como la famosa Crucifixión (o Gran Calvario) de Rogier van der Weyden.
 
 
Luca Giordano en la Basílica de El Escorial. Foruna crítica y recepción, según Tavera, Santos y Palomino.

 En la serie de frescos que Luca Giordano realizó para Carlos II en El Escorial,elpintor napolitano desplegó un conjunto de formas típicamente italianas,sin otroprecedente en España que el propio Monasterio,y sin llegar a experimentar otrasinfluencias a su llegada a Madrid.Las distintas apreciaciones a su obra,indepen-dientes de la historiografía italiana que,ya desde 1681,se había hecho eco de sufama temprana, son un testimonio único por su fidelidad y el conocimiento queofrecen sobre el artista,que al entrar al servicio directo del Rey hizo alarde detodo su talento no solo pictórico,sino también mercantil y cortesano.El presen-te análisis de las fuentes españolas,en el momento crucial de su estreno escuria-lense,pretende arrojar nueva luz sobre el origen y motivación de estos comenta-rios,así como esclarecer y hacer fructificar las distintas percepciones sobre elcarácter personal y artístico de Giordano...

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Altar mayor de la Basílica de El Escorial.


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Salomón y la Reina de Saba en la Bóveda de la Basílica de El Escorial, 1693-94. Obra de Luca Giordano.

Las bóvedas la Basílica de El Escorial fueron pintadas al fresco por Luca Giordano en época de Carlos II. Contienen las siguientes representaciones:

    • Delante del coro: El juicio final.
    • Delante de la capilla mayor: Muerte, sepultura y asunción de la Virgen.
    • En la nave derecha:
        • Alegoría sobre la Inmaculada.
        • Victoria de los israelitas sobre los amalecitas.
        • El juicio de San Jerónimo.
    • En la nave izquierda:
        • La anunciación, la concepción, el nacimiento de Jesús y la adoración.
        • Los israelitas viajando por el desierto.
        • El triunfo de la Iglesia militante.

 
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Bóveda del Tránsito de la Virgen, detalle del Luneto Norte. Luca Giordano, 1693-94. Basílica del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, Madrid. Patrimonio Nacional.


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Bóveda de La Gloria de la Monarquía Hispánica. Luca Giordano. Detalle del retrato de Carlos II junto a Mariana de Neoburgo y Mariana de Austria. Basílica del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, Madrid. Patrimonio Nacional.


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Bóveda de La Coronación de la Virgen. Luca Cambiaso,1584. Basílica del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, Madrid. Patrimonio Nacional.


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Bóveda de La Historia de David. Luca Giordano, 1694. Basílica del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, Madrid. Patrimonio Nacional.


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Bóveda del Triunfo de la Pureza Virginal. Luca Giordano, 1693. Detalle del Carro conducido por La Inmaculada. Basílica del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, Madrid. Patrimonio Nacional.


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Bóveda del Tránsito de la Virgen. Luca Giordano,1693-94. Detalle de la Muerte de la Virgen. Basílica del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, Madrid. Patrimonio Nacional.


 56 

Bóveda de El Juicio Final. Luca Giordano, 1694. Detalle de la Muerte de la Virgen. Basílica del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, Madrid. Patrimonio Nacional.


 57 

Bóveda de la Victoria contra los Amalecitas, detalle. Luca Giordano, 1694. Basílica del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, Madrid. Patrimonio Nacional.


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Bóveda de La Historia de Salomón. Luca Giordano, 1694. Detalle del Sueño de Salomón. Basílica del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, Madrid. Patrimonio Nacional.


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Bóveda de La Encarnación del Verbo, detalle de la Sibila Pérsica. Luca Giordano. 1692. Basílica del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, Madrid. Patrimonio Nacional.


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Bóveda de El Paso del Mar Rojo. Luca Giordano. 1694. Basílica del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, Madrid, Patrimonio Nacional.


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Luca Giordano - La gloria de la monarquía de Carlos II - Bóveda de la escalera de El Escorial.


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Friso bajo la bóveda de la escalera del Convento, Detalle del Autorretrato de Luca Giordano junto a un personaje identificado como Antonio Palomino. Basílica del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, Madrid. Patrimonio Nacional.


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De Giordanao es también la conocida escena de la Construcción de El Escorial donde aparecen Felipe II con Juan Bautista de Toledo, Juan de Herrera y fray Antonio de Villacastín de la parte superior de la escalera principal. A la derecha del rey y de Santa Teresa, el pintor se retrató con sus clásicas gafas de Quevedo. Las otras paredes se completan con escenas de la batalla de San Quintín.


Enlace interesante de los trabajos de Luca Giordano en El Escorial



Giordano en el Casón del Buen Retiro


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Alegoría del Toisón de Oro en la bóveda del Casón del Buen Retiro (Madrid). Obra de Luca Giordano. Hacia 1697, pintura al fresco, techo del salón principal del Casón del Buen Retiro, Madrid, 1400 x 155 cm. 

El pintor Napolitano Luca Giordano (1634- 1705) se enfrentó en el Casón del Buen Retiro a uno de los retos más importante de su carrera como decorador de enormes superficies murales. La misión de Giordano era decorar la bóveda del Salón de Embajadores, una superficie de 12 metros de ancho por 20 de largo. Su pintura debía ensalzar la monarquía en un momento de crisis política provocada en parte por la cuestión sucesoria, una vez que resultó evidente que el monarca Carlos II no iba a tener hijos. Durante su residencia en España entre 1692 y 1702, Giordano se convirtió en el pintor más relevante del final del reinado del que sería el último rey español de la Casa de los Austria.

La bóveda del Casón fue pintada por Luca Giordano, artista napolitano conocido en España como Lucas Jordán. En 1692 fue llamado por Carlos II para decorar la escalera y las bóvedas de la Basílica de El Escorial (1692 – 1694), continuando después en el despacho y dormitorio (destruido) del monarca en el Palacio de Aranjuez; el Casón del Buen Retiro (c. 1697); la sacristía de la catedral de Toledo (1698); la Real Capilla del Alcázar (destruido) y San Antonio de los Portugueses (1699). La llegada de Felipe V en 1701 y el inicio de la Guerra de Sucesión provocó la vuelta de Giordano a Nápoles en 1702. Allí murió en 1705 dejando una obre ingente y una considerable fortuna.

El tema representado en esta bóveda es la Alegoría del Toisón de Oro, homenaje a la monarquía española precisamente en el reinado del último rey de la dinastía de los Habsburgo españoles o Casa de Austria. Se conmemora en ella la fundación de la Orden del Toisón de Oro, creada por los duques de Borgoña, que trajo a España el rey Carlos I que también era señor de aquel ducado. En torno a una esfera celeste con los signos del Zodíaco de la que pende la condecoración que lleva aparejada esta orden real (una cadena de oro con un corderillo, también de oro) se agrupan multitud de figuras alegóricas, que aluden al poder político de la monarquía.

El gran valor de esta bóveda de Giordano, una de las obras maestras del Museo del Prado, parece haber sido la razón de que el edificio del Casón se haya conservado mientras que los otros restos del complejo del Buen Retiro desaparecían con la construcción del barrio de los Jerónimos. La restauración llevada a cabo para su preservación mientras se realizaban las obras de remodelación del edificio permite consolidar la pintura original que se conserva casi en un 80%.

El proyecto de reforma de este espacio, el Salón de Luca Giordano, se ha guiado por el objetivo de poner en valor la bóveda incorporando la balconada interior que originariamente circundaba esta sala y proponiendo un cuidado sistema de iluminación de la misma.

"Sin duda que allí pensó este artífice [Giordano] unir lo bello, lo grande, y lo extraordinario, que cabalmente, son las tres mejores calidades que desean las nobles artes, y que inmortalizan a los profesores que han sabido unirlas. No se puede negar que esta obra, mirada en todas sus circunstancias, es una de las excelentes que se han ejecutado al fresco, donde, desechada toda idea trivial, puso Jordán la mira en la buena disposición y en la nobleza, dando á la obra cierta novedad, y armonía que a todos sorprende"

Antonio Ponz, Viaje de España o Cartas en que se da noticia de las cosas más apreciables y dignas de saberse, que hay en ella (1772-1794), 1947, t. VI, p. 554

Más info



Otras obras


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El hallazgo de los frescos de Giordano en el Despacho de Carlos II en el Palacio de Aranjuez, con el retrato alegórico del Rey en una de las faces del dios Jano, ha renovado el interés por la obra del pintor napolitano en aquel Real Sitio. En el estudio se proponen la identificación y ordenación de las das series de cuadros pintados por Giordano para el Despacho y la Cámara del Rey: la primera dedicada Orfeo y Apolo, como civilizadores y educadores de los hombres, y la de la Cámara consagrada a los dioses, el origen de los tiempos y la fertilidad de la Tierra.


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Detalle de las pinturas de Luca Giordano en la cúpula de la sacristía de la Catedral de Toledo, España.


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Pinturas de Luca Giordano en los techos de la Sacristía de la Catedral de Toledo


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La creación del Hombre, fresco en el Palacio Medici Riccardi en Florencia, 1684-1686. Obra de Luca Giordano


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Triunfo de los Medici entre las nubes del Monte Olimpo, fresco en el Palacio Medici Riccardi, 1684-1686. Obra de Luca Giordano


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El arcángel san Miguel y los ángeles caídos. Obra de Luca Giordano


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San Joaquín y Santa Ana con la Virgen niña. Luca Giordano, siglo XVII. Óleo sobre lienzo. Iglesia de San Miguel (Cuéllar, Segovia)


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La juventud tentada por el vicio. 1664. Óleo sobre lienzo, 265.9 x 289.9 cm. Städelsches Kunstinstitut. Francoforte sul Memo. Obra de Luca Giordano


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Virgen del Rosario, santo Domingo y santa Catalina de Siena - frente -san Francisco de Asís, santo Tomás de Aquino - izquierda -santa Catalina Mártir y santa Catalina de Ricci - derecha -(Luca Giordano, 1657, Museo Nacional de Capodimonte, Nápoles)


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Adoración de los pastores, c. 1688, 115 x 16 cm. Museo del Louvre. Obra de Luca Giordano



Iglesia de San Antonio de los Alemanes (Madrid)


Intervención de Luca Giordano 


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Iglesia de San Antonio de los Alemanes. Madrid. Dirección: Corredera Baja de San Pablo, 16. En pleno centro de Madrid, a dos pasos de la Gran Vía. Es una joya del barroco madrileño. La iglesia tiene planta elipsoidal, construida por el arquitecto Pedro Sánchez, a partir de 1624 como complemento del Hospital de Portugueses, que había sido creado por Felipe III en 1606. Tras la independencia de Portugal, se le cambió el nombre a la Iglesia y al Hospital por el de San Antonio de los Alemanes. El interior de la iglesia está cubierto con pinturas al fresco, en las que se representan temas relacionados con la vida de San Antonio de Padua. En su decoración participaron el escultor portugués Manuel Pereira, y los pintores Luca Giordano, Vicente Carducho, Carreño de Miranda y Eugenio Cajés entre otros. 


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Apoteosis de san Antonio, pinturas de la bóveda por Juan Carreño de Miranda y Francisco Rizi.

Al independizarse Portugal de la monarquía española a partir de 1640, el edificio quedó vacío, y en 1689, la regente Mariana de Austria decidió cederla al séquito de alemanes católicos que vinieron a Madrid acompañando a Mariana de Neoburbo, quien debía contraer matrimonio con Carlos II. A partir de ese momento va a ser conocida como San Antonio de los Alemanes.

En 1702, Felipe V concedió la administración del recinto a la Hermandad del Refugio, que había sido fundada en 1615 por el padre Bernardino de Antequera, don Pedro Lasso de la Vega y don Juan Jerónimo Serra, y que por esos años se encontraba sin edificio tras arruinarse su iglesia del postigo de San Martín.


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Pinturas de Luca Giordano en la Iglesia de San Antonio de los Alemanes de Madrid

El edificio actual, que hoy en día sigue regentado por la Hermandad del Refugio, fue construido a partir de 1624 según un proyecto del jesuita Pedro Sánchez, aunque fue el arquitecto Francisco Seseña quien dirigió las obras, ayudado por Juan Gómez de Mora, a quien se le atribuye la fachada. Construida sobre una planta oval, San Antonio de los Alemanes es una de las iglesias más bellas de la ciudad, sobre todo su interior, todo ello pintado al fresco por Lucas Jordán, Francisco Carreño, y Francisco Ricci. También es de destacar el soberbio retablo mayor, realizado a mediados del siglo XVIII por el arquitecto Miguel Fernández, con esculturas de Francisco Gutiérrez.

En 1887 el exterior fue restaurado por el arquitecto Antonio Ruiz de Salces, quien dio uniformidad al conjunto formado por la iglesia y la Hermandad. En 1972 fue declarado Monumento Nacional. 


El interior


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Este exterior anodino no hace presagiar la maravilla que encierra su interior, apodado justamente la “Capilla Sixtina del Barroco” y que, afortunadamente no fue afectado por la restauración debido a su excepcional mérito artístico. En efecto, traspuesto el breve atrio, la sorpresa es magnífica. El visitante se encuentra ante un espacio oval, totalmente cubierto de espléndidas pinturas en su bóveda y muros, formando todo ello prácticamente una sola capilla, ya que las laterales no son sino simples rehundimientos en las paredes en forma de arco. En la provincia de Madrid, según Bonet Correa, solo hay otra iglesia con la misma forma oval, la de las Bernardas de Alcalá de Henares, de traza de Juan Gómez de Mora.

La mejor descripción de este monumento es la que hace don José del Corral y al que seguiremos con algún añadido procedente de otras fuentes y algún ligero comentario personal.


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Frescos de Luca Giordano. Los muros del cilindro se cubren con pinturas al fresco de Luca Giordano: abajo, entre los altares, santos reyes (en la imagen, Fernando de Castilla y León y Hermenegildo), por encima, con acusado sentido escenográfico y en fingidos tapices sostenidos por ángeles y alegorías de las virtudes, los milagros del santo portugués: Resurreccción del joven Parrasio. En los fondos de altares, en la fotografía, Santa Engracia, de Caxés, y Santa Ana, del propio Giordano. Sobre ellos los retratos de busto de los Austrias menores y de Felipe V con sus esposas, como favorecedores del hospital, son obra probable de Francisco Ignacio Ruiz de la Iglesia. 


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Cúpula de San Antonio de los Alemanes. Cúpula elíptica de San Antonio de los Portugueses (también llamada de San Antonio de los Alemanes y de la Hermandad del Refugio) con pinturas al fresco de Luca Giordano, Francisco Ricci y Antonio Carreño, a quien corresponde la Gloria de San Antonio de Padua que ocupa el cielo de la bóveda. 

Frente a la entrada está el altar mayor, obra del arquitecto Miguel Hernández, de mediados del siglo XVIII, que sustituyó a otro más antiguo. Es de estilo barroco italiano, “brillantemente académico, de positiva riqueza” según Tormo, formado por un solo cuerpo, con columnas corintias que tiene al frente un solo nicho de planta circular en el que se halla colocada una imagen magnífica de San Antonio de Padua, obra del escultor portugués Manuel Pereira, autor asimismo del San Bruno de la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Este retablo se halla dentro de un arco rehundido, de medio punto, en cuya clave campean las armas reales en un grupo escultórico realizado por Francisco Gutiérrez, el autor de la fuente de la Cibeles, y de quien son también los niños tallados en mármol y situados en el cornisamento del retablo.


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Santa Engracia. Iglesia de San Antonio de los Alemanes. Madrid. Lienzo de Eugenio Cajés, que era hijo de un pintor italiano, llegado a El Escorial en el reinado de Felipe II, para trabajar en el amplio programa decorativo del Monasterio. En un pequeño óvalo, sobre la clave del arco, vemos el retrato de Felipe IV, por Francisco Ruíz de la Iglesia, autor de diversos rostros de reyes de España, sobre los arcos de los retablos. Existen pequeñas tallas anónimas del siglo XVIII sobre los sagrarios de estos altares, siendo San José con el Niño quien preside este altar. 

El retablo primitivo central de Miguel Tomás y de Juan Garrido, y del que, según informa Tormo, se conserva un grabado de Vicente Nogués de 1721, tenía un cuadro pintado por Vicente Carducho y en los dos retablos laterales sendos de Eugenio Cajés que pueden ser lo que están en la sacristía.

Los retablos laterales están colocados dentro de un pequeño arco, hundido en el muro; en la clave de estos arcos lucen, entre temas vegetales que le dan marco medallones con los retratos de Felipe III, Carlos II, Felipe V, Maria Luisa Gabriela de Saboya, Mariana de Noeburgo y Felipe IV, pintados o atribuidos, según Tormo, a Francisco Ignacio Ruiz de la Iglesia, aunque investigaciones posteriores de los profesores de la Universidad Autónoma de Madrid Gutiérrez Pastor y Arraz Otero permiten adjudicar su autoría al pintor vizcaíno Nicolás de la Cuadra. Sobre cada uno de estos altares hay un pequeño balconcillo en forma de tribuna cerrado por doradas celosías. Sobre la puerta de ingreso al templo pasa más desapercibido el retrato de la reina Mariana de Austria, quizás el único pintado por Ruiz de la Iglesia. En la sala de Juntas de la Hermandad parece que hay otros dos retratos reales de Felipe V con armadura y de su primera esposa, María Luisa Gabriela de Saboya, ambos muy jóvenes, pintados también por Nicolás de la Cuadra.

Estos retablos están formados por grandes lienzos, tres de ellos pintados por Lucas Jordán en 1694 (Santa Ana o la familia de la Virgen, y el magnífico Santo Cristo y el San Carlos Borromeo, este dudoso), otros dos de Eugenio Cajés, pintados en 1631 (Santa Isabel en el altar último del lado del Evangelio y Santa Engracia) y otro, la Trinidad, de autor desconocido. 

Pero la más fundamental obra de arte de este templo es la decoración al fresco que cubre enteramente –el barroco sufre de horror al vacío- toda su bóveda y paramentos.

De la cornisa al suelo es obra del napolitano Lucas Jordán, pintor de de cámara de Carlos II, ahora tan revalorizado, realizada entre 1692 y 1700. Estos frescos están realizados fogosamente con el estilo ágil y de correcta factura que caracterizaba el buen hacer del “fa presto”, en una gama de colores con predominio de los grises y azules. La composición tiene dos partes. En la alta, bajo la cornisa, se desarrollan unos como tapices, en los que están representados pasajes de la vida y milagros de San Antonio de Padua y que muestran la asombrosa facilidad del artista para la situación de las figuras y el trazado de los más difíciles escorzos. Estos tapices, en numero de ocho se extienden entre los retablos antes mencionados y figuran estar sujetados en la parte superior por ángeles en diversas posturas; los bordes inferiores son a veces levantados por otros angelotes y sobre sus ángulos están pintadas figuras alegóricas representando las Virtudes y otros símbolos religiosos.

Todavía bajo estas figuras, hay otras de gran tamaño que llegan hasta muy cerca del suelo y que representan Reyes Santos, también en número de ocho y en dinámicas posturas, centrados cada uno sobre dos grandes jarrones y con una amplia cartela con su nombre. Estos son, en lado del Evangelio, Santa Cunegunda, emperatriz de Alemania; el de su esposo, San Enrique, emperador; San Luis rey de Francia y San Esteban de Hungría. En el lado de la Epístola, Santa Indicia o Edita (según Tormo), de Inglaterra, San Fernando, rey de Castilla y León; San Hermenegildo, rey visigodo mártir y San Hermenerico o Hermerico, príncipe de Hungría.

Estos frescos fueron restaurados hace unos cuatro años por un equipo del Instituto del Patrimonio Histórico Español dirigido por Antonio Sánchez Barriga y hoy, rescatados del deterioro causado por el salitre y el carbonato, muestran rehabilitados toda su espectacular belleza.

Subiendo la vista hacia la bóveda, podemos contemplar que toda ella, desde la cornisa a lo alto está llena de pinturas al fresco, ejecutadas por Juan Carreño y Francisco Rizzi, que la iniciaron hacia 1661, aunque posteriormente, en 1690, debido a la necesidad de su reparación por las humedades sufridas, las retocó Jordán que hizo algunas innovaciones en la composición. Según Palomino, Carreño pintó la parte más alta donde representó a San Antonio en la Gloria con la Virgen y el Niño. Debajo de esta composición trazó Rizzi unas pintadas hornacinas donde figuran ocho santos portugueses con sus símbolos (Santa Beatriz de Silva, fundadora de las Concepcionistas en Toledo; San Dámaso, papa; San Fructuoso, obispo de Braga; Santa Sabina; Santa Julia; Santa Irene, la de Santarem; Beato Amadeo (o, según Tormo, Amador de Montsatso, ermitaño y San Gonzalo de Amaranto) situados en medio de una riquísima, delirante, decoración barroca cuajada de medallones, ángeles, frutos, cartelas, motivos arquitectónicos, columnas, arabescos volutas y otros adornos. Los citados artistas se inspiraron para la decoración en unos dibujos de Mitelli y Angelo Colonna cuyos proyectos de arquitectura fingida se conservan en la Biblioteca del Palacio Real, al igual que se conserva en el Museo del Prado el dibujo de la pintura de la bóveda de Ricci. La intervención de Jordán, aparte la reparación de los daños sufridos, consistió en situar a San Antonio sobre una nube y cambiar unas columnas lisas por otras salomónicas.


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Más info de la iglesia de los alemanes

Pues esto es todo amigos, espero que os haya gustado el amplio trabajo dedicado al pintor italiano Luca Giordano o Lucas Jordán, para los españoles. Desde luego es un excelente maestro del Barroco italiano, para mí se ha convertido en uno de los grandes, espero que esta recopilación de su obra contribuya en su divulgación, francamente es impresionante.


Fuentes y agradecimientos: museodelprado.es, Sara Fuentes Lázaro/academia.edu, es.wikipedia.org, mcu.es, artcyclopedia.com, delacuadra.net, alejandroblanco/flickr.com, pintura.aut.org, dialnet.unirioja.es, elmundo.es, elpais.es, artehistoria.jcyl.es, cvc.cervantes.es, flickr.com, es.wahooart.com, artetorreherberos.blogspot.com.es, rutasconhistoria.es, disfrutandodemadrid.blogspot.com, propias y otras de Internet.
 
Más info de Luca Giordano. Enlace del Museo del Prado

Fuente
http://www.foroxerbar.com



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